Seirin no Basket

19.3 Mi primer beso

El día había pasado a una velocidad vertiginosa, no había tenido valor para ir a clase de nuevo... Y mis compañeros pensaban que estaba enferma, lo que era mejor así.

No sabía que cara debía poner ante Kuroko e Izuki-senpai...

Estaba limpiando mi apartamento cuando la vibración del móvil me interrumpió. Era un mensaje...

Izuki-senpai:
Izaya, tenemos que hablar... ¿Dónde quieres quedar?

Me puse nerviosa, sabía que tarde o temprano ésta situación sería ineludible. Sin embargo, no me sentía para nada preparada.

No se me ocurría ningún lugar, por lo que al final quedamos en su casa al terminar el entrenamiento.

Necesitaba despejar mi mente y calmar mis nervios desesperadamente, por lo que me puse mi equipación de baloncesto y acudí a la cancha del barrio. Una vez llegué me topé con que el chico de piel morena ya me estaba esperando.

"Al fin llegas Kirisato" dijo nada más verme.

Alcé una ceja ante su gran sonrisa depredadora.

"Ese es el nombre que uso en la casa de té, mi auténtico nombre es otro" respondí poniendo ambas manos en las caderas, a la vez que le devolvía la sonrisa asesina.

"Oh~ entonces, ¿cuál es?" Inquirió jugueteando con el balón entre sus manos.

Le omití descaradamente y le quité el balón, lo apoyé sobre mi cadera y con la mano libre tiré de su camiseta para hacer que se agachase a mi altura.

"Es un s-e-c-r-e-t-o" canturreé en su oído.

Ésto solo pareció divertirlo más.

"No perdamos tiempo, uno contra uno, muñequita" su sonrisa se ensanchó.

Fruncí el ceño, estaba claro que lo hacía para irritarme...

"¡Te dije que dejases de llamarme de esa forma!"

Salí corriendo a plena potencia en dirección a su aro, pero él rápido como el diablo, me adelantó y se paró frente a mi.

"Ya que no me dices tu nombre, tendré que llamarte de alguna forma, ¿no?"

Parecía divertido con la rapidez con la que mi irritación tomaba forma.

Busqué frenéticamente un camino de líneas con la habilidad del sendero,  con lo que fingí sobrepasar su guardia, pero no lo tenía nada claro.

Boté el balón rápidamente pasándolo de una mano a otra y me acerqué a él. El muchacho intentó arrebatarme el esférico de un manotazo pero finté a toda velocidad y me dispuse a tirar.
Ante ésto el saltó para cubrir la canasta pero me escabullí por un lateral y encesté con un precioso gancho.

Un gruñido escapó por entre los labios del alto adolescente peliazul, lo cual me hizo poner una sonrisa de suficiencia.

"No te dejaré anotar más, ésto era sólo el calentamiento..." amenazó.

Reí sinceramente, ¿cómo podía tenérselo tan creído?

Era su turno, avanzó con confianza a través de la cancha, rápidamente me puse en guardia extendiendo mis brazos a los lados, lista para defender.

Siguiendo mi estrategia, disimuló haciendo que tiraba, y yo fingí moverme de mi posición lista para interceptarlo, pero había previsto mis movimientos, giró sobre si mismo e intenté arrebatarle el balón, que rápidamente cambió de mano. Solté un gruñido y me dispuse a perseguirlo pero anotó con un tiro en suspensión.