19. Four Lanterns

215 23 10
                                    

Había regresado de Kyoto con el ánimo sumido en la más profunda miseria. ¡No estaba preparada ni para una relación, cuanto menos para casarme!

Pasé el fin de semana discutiendo con el abuelo... ¡Sin saberlo había volado mi tapadera con uno de mis compañeros de equipo!

Aunque ninguno de los dos candidatos se había puesto en contacto conmigo, lo cual me aliviaba a la par que me ponía de los nervios debido a la incertidumbre.
Odiaba la incertidumbre...

Y lo peor de todo era que si la madre de Izuki-senpai le contó todo lo que había estado tramando junto con mi abuelo y le había dado mi número... Sabía mi secreto. Pero no me había dado señales de vida y tampoco podía sacar el tema de ninguna forma para preguntar hasta que punto sabía de la historia...

Estaba tan aterrorizada que no había asistido a la escuela en unos días, pese a que me había despertado temprano ya que olvidé quitarle el sonido a la alarma.

Me planteé volver a la cama, sin embargo el estupendo día que hacía fuera me animaba a que lo disfrutaste.

Até mi larga melena en una coleta alta y me puse una de mis equipaciones de baloncesto, metí en la mochila todo lo necesario para el día de hoy y decidí ir a la cancha del barrio.

En cuanto llegué me topé con que no estaba vacía, unos chicos de mi edad parecían estar sudando la gota gorda contra un moreno peliazul.

"Vaya..." sopesé curiosa por la exótica apariencia del muchacho.

Entré en la pista sin perder tiempo.

"¿Os apetece contar con uno más?" Inquirí con los brazos en las caderas.

Todos me dirigieron una mirada incrédula.

"Adelante. Creo que les vendría bien tener a alguien más... Aunque sea una chica" matizó el chico peliazul.

Su voz era grave, estaba claro que había madurado. Su presencia era imponente y había algo en el que lo hacía parecer una bestia depredadora. Pero no lograba saber qué pasaba por su mente.

Lo que si sabía era que los estaba menospreciando a todos.

"¿Tan sobrado andas como para menospreciar ayuda? ¿O es por que soy una chica?" Pregunté haciendo comillas con los dedos ante la palabra chica.

"No te preocupes, tu curiosidad se verá saciada pronto" me guiñó un ojo de forma sugerente.

No hacía más que enfurecerme...

"Vale, parece que esto ha pasado a convertirse en algo entre tú y yo" siseé entre dientes.

Los otros dos chicos no dejaban de mirarnos con recelo.

"Para nosotros no tiene sentido participar en algo que no vamos a ganar " dijo uno de ellos abatido.

El otro asintió para mostrar apoyo con la proposición de rendición de su compañero.

"Parece ser que sólo quedamos tú y yo muñequita de porcelana"

"Me vuelves a llamar muñequita y te rompo los dientes" le aseguré tranquilamente, dejando que el veneno filtrase por entre las palabras que le había dedicado.

Y lo iba a lamentar, ¡oh si! Le iba a patear su prieto trasero de niño malo.

" Cuando quieras" rugí de forma poco femenina.

"Hagámoslo interesante... ¿qué tal una apuesta?" Sugirió con una mueca ladina.

"¿Qué clase de apuesta?"

Seirin no BasketDonde viven las historias. Descúbrelo ahora