Recuperé la consciencia justo para encontrarme con mis demacrados compañeros de equipo diseminados por el gimnasio, cualquiera diría que habían ido a correr por el infierno ida y vuelta.
"Ugh..."gruñí llevando mi mano a la cabeza.
Con esto, todos dirigieron sus atenciones hacia mi. Aún parecían tensos ante mi arrebato con respecto al tema de 'el portal de los deseos', nombre con el que Koganei y los demás habían decidido llamar a mi bolsa, debido a la supuesta 'alta tasa de aparición de maravillosos e íntimos artículos femeninos'.
"Riko te ha dado bien, ¿eh?" inquirió el capitán Hyūga con un leve movimiento de cabeza, pese a todo parecía compadecerse de mi.
"¿Q-que hacéis?" Pregunté aún algo aturdido por la supuesta paliza que me dejó inconsciente.
"Hablábamos de ésto" contestó uno de los chicos lanzando una revista deportiva a mi regazo.
Me crispé al momento, nada más reconocer la revista.
"Esto es..." susurré.
"Sip, el especial con un suplemento de los deportistas adolescentes más notables"
No hacía falta que me comentasen algo tan obvio, cualquier deportista minimamente entregado conocía esa revista, aunque yo siempre pretendía ignorarla todo lo posible...
Lo que me inquietaba sin embargo, era la posibilidad de que en ella figurase uno de los artículos tan increíblemente extensos sobre mi carrera, como supuesta joven promesa en el mundo del kendo y del haedong gumdo (ambos son deportes con katana).
Ya que cuando uno es nombrado cuarto heredero de uno de los dojos más prestigiosos, se arma todo un revuelo mediático. Y mi abuelo, Izaya Yasūtora no pudo esperar para abrir su bocaza y expresar sus deseos de legar su puesto como Sandaime y nombrarme así Yondaime a la edad de 13 años. ( Sandaime y Yondaime son tercero y cuarto, titulos que se legan a los herederos por generación según la antigüedad del dojo en este caso)
"Guardamos ésta porque traía un suplemento especial con entrevistas a los miembros de la Kiseki no sedai" Explicó enérgico uno de los muchachos.
"¿Es de tu época en la secundaria entonces, Kuroko?" El aludido, asintió con la cabeza. Por lo que eso quiere decir, que las posibilidades de que un artículo con mi foto esté en ésta revista son más altas... Sopesé en mi interior, comenzando a sentirme nerviosa.
"Así es, me entrevistaron pero a la hora de publicar alguien se olvidó de mi" me respondió el peliazul, tendiéndome una de las botellas de agua que había conseguido como botín en mi lucha contra los jugadores de Rugby.
Seguí pasando las páginas con fingido aburrimiento mientras me bebía la mitad de la botella, escaneaba alerta ante cualquier artículo en el que figurase el nombre de mi dojo. Pero finalmente una mano me detuvo en mi tarea, obligándome de nuevo a ser consciente de mi entorno, al que había dejado de prestar atención minutos atrás.
"No sabía que salieran chicas en una revista como ésta" comentó Furihata.
Mierda, yo y mi jodida mala suerte... Me apresuré a tapar mi nombre que encabezaba la página en mayúsculas y negrita, gritando 'por favor mirad aquí y descubrid la identidad de ésta idiota travestida'.
"Ohhh~~ ¡Buen descubrimiento!" dijo otro al tiempo que se encaramaba para mirar la foto que alguien me debió de haber sacado a escondidas, ya que se me veía frente a mi Jii-chan (abuelo, de forma informal) ambos ataviados con nuestros bōgu ( son las 'armaduras' de kendo), sin la parte que cubre la cabeza y con nuestras katanas listas para otro de nuestros numerosos enfrentamientos.
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Seirin no Basket
Fiksi Penggemar¿Hasta dónde estaríais dispuestos a llegar para cumplir vuestro sueño? ¿Seríais capaces de renunciar a todo incluído a vosotros mismos para lograrlo? Izaya Yuuzan lo tiene claro, y por eso ha decidido ingresar en Seirin. Donde pretende llevar a cabo...