La lluvia parecía no querer detenerse en aquel momento, donde el silencio abrumador se colaba notablemente, donde el dolor florecía rápidamente en su interior, donde una mano sostenía su hombro fuertemente y las lágrimas seguían dejando un recorrido, mezclándose con las gotas de agua que caían del cielo.
—Ya deberíamos irnos— susurró el muchacho a sus espaldas con la mirada triste mientras apretaba aún más su hombro.
—No puedo— respondió apenas audible, con la mirada puesta en aquella pequeña y sencilla lápida que hacía poco había sido colocada junto a otras dos lapidas, pertenecientes a la familia Ferrec.
—Has estado aquí desde que lo enterraron, y de eso ya lleva días— mencionó preocupado.
—No importa.
—¿Tan siquiera has dormido o comido?
—No. Cuando cierro los ojos, veo su rostro y es bastante doloroso, ¿Sabes?
—Necesitas volver.
—Lo sé— el peli negro giró su rostro para ver a YoonGi y sonrió levemente— Planeaba morirme— mencionó haciendo que el menor frunciera el ceño— Lo decidí cuando lo sostenía entre mis brazos y su sangre manchaba mi ropa... ¿Pero sabes por qué sigo aquí?— negó— Porque le prometí rescatar a su hija, y cuando tenga la sangre de Seokjin en mis manos... Voy a llevármela. La llevaré a algún lugar donde esté a salvo.
—¿Por qué no simplemente lo dejas?
El azabache empezó a reír.
—¿Alguna vez te has enamorado?
—Si. Y sé que no es igual... Ni siquiera se compara, pero no es el fin de tu vida cuando se acaba.
—Si lo es— Jungkook lo miró fijamente.— Para mi— aclaró— Jimin y yo teníamos una conexión... Había algo que nos unía aunque no hubiéramos querido estar juntos. Y cuando murió, yo sentí como si una parte de mi, también hubiera muerto. Mi alma y la suya estaban destinadas, porque él me eligió y yo lo elegí incluso antes de saber que terminaríamos juntos.
—Yo sé que tú eres un asesino... pero eso no quiere decir que no puedas cambiar.
—Ese el problema... Yo no quiero cambiar, yo no quiero dejar de ser lo que soy, y si fueras inteligente, ya te habrías alejado o me habrías entregado a la policía.
—No podría— dijo casi con pesadez, mirando hacia el cielo, permitiendo que un par de gotas de lluvia se deslizara por su rostro— Aunque no lo creas, te tomé cariño, como un verdadero amigo, y pienso que podrías vivir bien... Como alguien normal.
Jungkook sonrió de lado y negó.
—Yo no soy normal Yoon... lo mejor será que te olvides de eso, en cuanto cumpla mi objetivo, yo también me iré. Tal vez ese es mi castigo por todo lo que hice, por todas las personas que asesine únicamente por placer. Ahora sé lo que sintieron las personas que los amaban.
—JK... No digas tonterías.
—No lo son, sin Jimin, ya no tengo ningún motivo para seguir vivo. Él era todo lo que tenía y lo único que deseaba, lo único que me importaba, lo único que amaba... Pero se fue— miró hacia su mano y observó el medallón de Amelie, aquel que Jimin recogió y mantuvo con él hasta su muerte.
—Por favor...
—Es momento de despedirnos— el peli negro sonrió y se acercó a YoonGi para estrecharlo en sus brazos— Me alegra haberte conocido.
—No lo hagas...
—Entiende por favor. En éste mundo, lo único que tendré será infelicidad, yo no pertenezco aquí, así como tampoco Jimin, nunca lo hicimos.
ESTÁS LEYENDO
вαʝσ ℓα мáѕcαяα || кσσкмιи
FanfictionNunca lo mires a los ojos... Porque oculta más de lo que aparenta. ⚠️ PROHIBIDO COPIAR, ADAPTAR, MODIFICAR, DISTRIBUIR O EXTRAER FRAGMENTOS DE ESTA HISTORIA ⚠️