Capítulo 8

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Cuando el sol comenzó a salir la mañana siguiente, Jungkook se dirigió al comedor para preparar la mesa donde pronto se reuniría la familia Ferrec. Inició sus labores acomodando cubiertos, platos y demás antes de que ellos aparecieran, mientras que Lauralie terminaba de preparar el desayuno.

—Buen día Jungkook— saludó amablemente Amélie tomando asiento.

—Buen día madame — respondió amablemente el chico de cabellera negra haciendo una leve reverencia.

Segundos después, apareció Louis con el rostro serio. Suspiró y se sentó frente a su esposa en completo silencio.

Jungkook caminó hacia ellos llevando tres tazas de café y fruta picada en tres tazones que colocó respectivamente frente a cada uno.

—¿Quiere que llame al joven Jimin? — preguntó tratando de sonar amable.

—Oh, no gracias. Jimin no va a desayunar con nosotros esta mañana.

El peli negro frunció un poco los labios y asintió aunque realmente no entendía la razón de ello.

—¿Desea que le lleve algo a su habitación?

Louis negó con la cabeza y sonrió.

—No, gracias... No sé qué le sucede, me pidió que Lauralie le llevará el desayuno a su habitación. Parecía un poco molesto.

Jungkook lo quedó mirando luego de aquella explicación, pero no dijo nada más, solamente asintió nuevamente antes de perderse en la cocina para llevar el platillo principal.

Pensó que Jimin simplemente estaba siendo caprichoso y había comenzado un berrinche, pero a la hora de la comida y la cena, había sido exactamente lo mismo, durante todo el día no lo vió.

De hecho, transcurrida una semana, ni un solo día se lo topó, y por ello Jungkook pasaba una y otra vez frente a la puerta de Jimin como si esperara encontrárselo en cualquier momento. Pero dentro no se escuchaba ningún sonido y Jeon empezaba a sentirse ansioso, pero ¿Por qué? realmente le daba igual lo que pasara con Jimin... O al menos eso era lo que se decía.

Apretó los puños con molestia y después de dar un golpe en la pared, salió de la casa.

El resto de la tarde permaneció en el jardín tratando de arreglar un poco las hojas secas de los árboles. Sentía que debía mantenerse ocupado.

—Jungkook, ¿Me ayudarías por favor a llevar la comida? — preguntó Lauralie de pronto sacándolo de su concentración.

La miró y limpió un poco el sudor de su frente antes de responder:

—Ahora voy.

Dejó lo que hacía y caminó al interior de la casa para lavarse el rostro y cambiarse la ropa antes de ayudar en la cocina, pero cuando llegó al comedor, se llevó una sorpresa: Jimin estaba sentado en su lugar mientras sus padres conversaban sobre las ganancias esos últimos años.

El peli negro mantuvo su vista fija en el menor, pero parecía que Jimin ni siquiera había notado su presencia ya que se mantenía jugando con un tenedor sobre la mesa.

Tragó saliva y caminó hacia la cocina encontrando los platos ya servidos y listos para ser llevados, así que los colocó en una charola de metal y caminó con ellos hacia el comedor para dejarlos en sus respectivos lugares.

Esperó escuchar alguna palabra de parte del peli gris, pero no obtuvo ninguna respuesta, de hecho, este ni siquiera lo volteó a ver, y el sentimiento de ansiedad solo se hizo más fuerte.

вαʝσ ℓα мáѕcαяα || кσσкмιи Donde viven las historias. Descúbrelo ahora