capítulo 11

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El día siguió su curso con normalidad luego de eso, y ahora Jimin se encontraba de nuevo mirando por la ventana de su habitación, mientras el joven de cabellera negra permanecía sentado en la orilla de la cama, con sus ojos oscureciendo más y más con cada palabra dicha por el menor.

-Y ese mismo día por la noche... Él se fue, luego de lo que me hizo... El maldito se largó - Jimin apretó los puños y sintió las lágrimas aproximarse- ¡Fui un idiota!

-Eras un niño - Jungkook se levantó y caminó hacia él colocándose detrás, tratando de darle ánimo - Ese desgraciado se aprovechó de tu inocencia y te manipuló con chantajes... Eso nunca fue amor.

-Lo sé - Jimin bajó la cabeza y sintió sus labios temblar.

-No dejes que esos recuerdos te consuman, algún día llegará el indicado y conocerás el verdadero amor.

El peli gris se dió la vuelta miró a Jungkook, una pequeña sonrisa asomó por sus labios y el mayor se sintió morir en ese momento.

-¿Tú te has enamorado?

-Y-Yo... - Jeon retrocedió unos pasos y miró hacia un punto muerto - Si, me enamoré... y aún lo estoy.

-¿De verdad? - Jimin comenzó a caminar en su dirección.

-Si...de mi novia.

Y entonces los pasos del menor se detuvieron en seco, sintió su corazón bombear con más rapidez sin entender del todo porque.

-¿Novia?

-Así es, la dejé en el lugar donde vivía, pero alguna día volveré por ella.

-Entiendo - Jimin dió media vuelta y se acercó a la ventana una vez más. - ¿Podrías dejarme solo?

-¿Jimin?

-Por favor.

El peli negro mordió su labio y salió sin decir nada más de la habitación.

Caminó a paso rápido por los pasillos hasta que por fin se detuvo y recargó su espalda en la pared. Debía hacerlo, tenía que mentirle a Jimin para que las cosas nunca llegarán más allá de lo que tenían ahora.

Jungkook no podía ser su amigo o algo más que eso, al final terminaría lastimándolo y era lo que menos deseaba, pero ¿Cómo podría soportarlo? No tenerlo cerca era como ser torturado cruelmente, jamás debió mirar aquel precioso rostro.

Minutos después, siguió caminando, y mientras en su mente más aparecía Jimin, el peli negro se dió cuenta de que ya no era sólo su rostro lo que le atraía, si no la personalidad del menor.

Él sabía que ahora estaba condenado, maldito al igual que los demás y su sufrimiento sería poderlo ver, pero no poderse acercar, no poderlo tocar, no poderlo amar.

Si tan sólo hubiese seguido las reglas, si tan sólo se hubiese alejado de la habitación aquella noche, pero ya era tarde para eso.

[...]

Jimin observó a través del cristal de la ventana, como las parejas de novios pasaban frente a su casa.

Odiaba verlos sonreír, odiaba verlos demostrando amor, un amor que él no poseía.

¿Estaba mal que le gustaran los hombres iguales a él? Nunca vió pasar una pareja así y en su mente creyó que tal vez ese había sido su error, quizá por eso había sido castigado, por querer a un hombre en lugar de una mujer.

Tal vez por eso nadie lo amaría nunca, ni siquiera Jungkook.

La primer lágrima brotó de sus preciosos ojos azulados, arrancó la máscara de su rostro y caminó hacia el espejo roto de su tocador.

вαʝσ ℓα мáѕcαяα || кσσкмιи Donde viven las historias. Descúbrelo ahora