Capítulo 2

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Cenar con unos desconocidos ¡Que buen concepto de navidad tenía mi familia! Hasta Kota y Kenna irían.

Yo iba hacia la plaza a buscar algo para regalarle a mis hermanos, si me administraba bien podría regalarle algo a mamá y papá también, solo se trataba de encontrar cosas baratas pero bonitas.

Oh no no no, ¡Este chico comienza a aparecer hasta en mi sopa! A unos cuantos metros se encontraba el fastidioso Maxon ¡Por qué a mí! No no no, me vio ¡No camines hacia mí!

—Hola America —dijo cuando ya estaba lo suficientemente cerca como para que lo escuchara.

—Hola —dije de mala gana.

—¿Comprando regalos?

—Mjum.

—Te acompaño, si quieres, claro — ¡No, no quiero! Vete.

—Bien. — justo cuando quiero negarme mi lado amable sale a la luz ¡Bravo America!

Caminamos en silencio hasta que vi una pulsera preciosa que seguro le encantaría a May ¡Era perfecta!

Pero el precio era alto, acabaría con la mitad de mi presupuesto.

—¿Para quién la quieres? —me preguntó Maxon viendo la pulserita dorada.

—Para May, mi hermana.

—Seguro le encantaría, es una pulsera muy mona.

—Pero muy costosa.

—Te la compro. —soltó después de pensar un poco.

—Oh no, claro que no, yo no le debo a nadie, si no me alcanza no la compro y ya.

—Vamos, es navidad —se excusó él sacando un poco de dinero de su bolsillo. —mira, puedes pagarmelo después si es lo que quieres, pero puedo pagarla y quiero hacerlo.

—Ni siquiera me conoces.

—Lo sé, anoche dejaste muy en claro que no éramos amigos —él pagó la pulsera al señor que la vendía y me la puso en la palma de la mano. —pero yo si quiero conocerte, algo en ti me dice que debo conocerte. —me regaló una perfecta sonrisa, tan perfecta que me dieron ganas de borrarla de un golpe.

—Gra-gracias —respondí aún aturdida por su amabilidad y confianza. —Te lo pagaré en cuanto pueda —él solo rió bajo.

—No hace falta America, me conformo con que me dejes conocerte, eso es más que suficiente para mí. —que barato salía este chico.

—Gracias, de verdad, pero te lo pagaré. —él decidió ya no objetar y ambos seguimos caminando.

Compré un balón nuevo para Gerald, el que tenía ya estaba muy gastado y se que iba a encantarle. Para mamá compré un par de pendientes, eran sencillos pero Maxon me había jurado que mi mamá los amaría.

—En cuanto los vea se los pondrá— aseguró él.

—¡Claro que no! Dirá "Gracias, no debiste molestarte hija" y tendrá una sonrisa falsa. —contradije.

—¿Qué apuestas?

—Mmm — ¿Qué podía querer yo de él? —Si gano le harás una sesión gratis a May, es algo que le encantaría —May amaba las fotos.

—Bien, pero si yo gano aceptarás ir a dar la vuelta conmigo.

—Hecho. —estaba tan concentrada en buscar algo para papá que no puse atención en la charla que habíamos intercambiado con tanta confianza y amabilidad, tal vez me empezaba a agradar Maxon, no era tan mimado después de todo.

—¿Qué tal esto para tu papá? —preguntó Maxon sosteniendo un pincel precioso.

—Me encanta y seguro él va a amarlo —lo tomé y noté que no era tan caro —¿Cómo sabes que es pintor? —dije cuando caí en cuenta de que nunca había mencionado a papá.

—Mi papá y el tuyo son amigos, no muy cercanos pero se agradan y mi padre me ha hablado de él.

—No tenía ni idea. —había cosas que ni sabia de mi propio padre —Gracias por la idea Maxon. —le regalé una corta sonrisa y él me sonrió mostrando de nuevo su perfecta sonrisa.

Lo compré, ahora faltaba Kota y Kenna con su esposo.

—¿Qué crees que podría gustarle a mi hermano? —pregunté sin pensar en que ni siquiera lo conocía, pero su forma de ser me hacia de inmediato confiar a ciegas en él.

—¿Escultor, no?

—Si —comenzaba a creer que sabía más de mí y mi familia que yo misma. — pero Kota es muy complicado, no le gusta cualquier cosa. — después de todo lo que había pasado con Kota él se volvió muy interesado, si no le daba un regalo costoso era seguro que me lo votaría en la cara.

—Pues la intención es lo que cuenta—se encogió de hombros—Piensa algo que no sea patético y típico como calcetines, no lo sé, algo que le guste mucho a tu hermano.

—A Kota no le gusta nada que no sea la fama.

—Vamos America, piensa.— empezamos a pasearnos por los puestos.—¿Una brújula?—Me dijo mostrandome una.

—No, Kota me la aventaría a la cara—Reí y continué buscando.

—Mira este reloj—me mostró un bello reloj de bolsillo, era muy bonito, por muy sorprendente que pareciera era barato y tal vez a Kota le gustara, de niño siempre había querido uno.

—Me gusta, ojalá a él le guste también.—Maxon me sonrió y pasó un brazo por mis hombros, iba a decirle que se quitara, pero había sido muy amable y agradable, ahora ya me agradaba, pagué y caminé para buscar algo para Kenna y para James, su esposo.— ¿Qué le regalarías a una familia?

—¿Un marco de fotos?

—¡Si! perfecto, así podrán tomarle fotos al futuro bebé.—dije feliz por la idea.

—¿Tu hermana está embarazada?

—Si, May dice que será niño, pero yo estoy segura de que será niña.

—¿Apuestas?

—Maxon, tienes un serio problema con las apuestas— reí.—¿Qué quieres perder esta vez?

—Yo digo que será niño, por lo tanto, si lo es, tú saldrás conmigo de nuevo.

—Bien, pero si es niña tú le harás una sesión a Kenna con James y el pequeño.

—Comienzo a creer que tienes un trauma con que sea fotógrafo.— se puso a reír y me extendió un marco— Este es lindo, ¿Por qué no le das este? Añade una nota que diga algo como "Para la futura gran familia"

—Pensaba más en: Recuerdos de alegrías.

—No, me agrada más mi idea.

—¡Oh vamos!— pagué el marco y lo encaré.—No.

—Sabes que es mejor— volvió a pasar su brazo alrededor de mis hombros y a caminar en dirección a mi casa— Hazlo a modo de disculpa conmigo por lo feo que me trataste ayer sin conocerme.

—¡Manipulador!

—Anda America, sabes que mi frase es muy buena.

—¡Está bien!—dije al llegar a mi casa.—Gracias por todo Maxon, te veo al rato.

—Adiós, America.—Lo vi irse y decidí que era momento de entrar a mi casa, después de todo lo había juzgado mal, era un buen chico, me agradaba.

—¿Quién es él, Mer?—Me quedé paralizada al escuchar el susurro que me recibió en mi casa.

Cincos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora