Capítulo 10

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Después de la fiesta de Kota no había tenido tiempo de ver o hablar con Maxon, habían pasado ya dos días y todo Illéa estaba entusiasmado por lo cerca que estaba año nuevo,mientras tanto, mi familia se encontraba a la espera de que comenzara el Report, ya que era viernes.

—El príncipe Kaleb se ve tan mono— May y sus enamoramientos.— Solo faltan cuatro años para su selección, yo tengo que ser la elegida, lo sé.— Rodé los ojos ante el sueño de mi hermana, ¿Una Singer en la realeza? Puf.

Gavril Fadaye presentó al Rey Clarkson el cual tenía un mensaje muy importante para dar, además de las noticias, miré a Kaleb Schreave, era un chico rubio y fornido, aunque nada extraordinario, su semblante se mostraba cansado y me pareció que tenía ojeras, pero era algo irrelevante y tal vez hasta producto de mi imaginación.

—La reina Tiffany se ve algo... alterada—comentó mi madre y de inmediato me enfoqué en ella, rubia, de ojos azules y sonrisa falsa y empalagosa, tal vez en su juventud fue guapa, pero ahora era lo opuesto, a pesar de que fue una dos su porte no era el de una reina, en ocasiones había trabajado en fiestas de doses y había mujeres con mayor elgancia que ella.—Cuando fue la selección del rey Clarkson yo apoyaba a Amberly, la madre de Maxon, pero como siempre, la discriminación de castas.— Apestaba, el sistema de castas era horrible y una completa injusticia, aunque quisieras progresar no podías, porque tu destino así lo había decidido.

—¿Cómo era la reina Tiffany durante la selección?

—Una completa pesada, Tiffany era una modelo de Clermont, una dos, se suponía que era la más fina de todas las seleccionadas, pero solo era una falsa que tenía al entonces rey en la palma de su mano, Amberly por el contrario era noble y humilde, fue la cuarta eliminada, pero el Rey Clarkson tardó siete meses en descalificarla, después de que ella se fue: eliminaba una por semana hasta que se quedaron Michelle, una dos, hija de un soldado, bonita pero hueca; Charlotte, otra dos casualmente, una cantante en ascenso, creo que de las tres era la mejor; y Tiffany, la modelo falsa y presumida.— mi madre suspiró— al final terminó ganando Tiffany, pero todas las castas bajas siempre opinamos que el rey amaba a Amberly.

Quedé sorprendida por la historia contada por mi madre, jamás creí que la mamá de Maxon hubiera sido tan popular en la selección, volví a prestar atención al televisor.

—Querido Illéa— comenzó a hablar el rey Clarkson— estamos en el penultimo día del año y como ya todos saben, mañana, 31 de diciembre, mi primogénito Elec Scheave cumple siete años de haber muerto, por lo tanto, como ya es costumbre, pedimos a todos ustedes encender sus televisores para el programa especial en su honor.

 Elec fue el hijo mayor del rey y la reina, su muerte fue inexplicable, ya que cuatro días antes de su repentina muerte se le había visto en el Report y estaba sano o al menos eso aparentaba, a pesar de eso, los medios informaron que su muerte se debía a una rara enfermedad y después de eso no volvían a hablar del príncipe Elec más que cada 31 de diciembre.

Para mí su muerte había sido un misterio, aunque se habían dado explicaciones, estas eran muy escuetas e incoherentes, pero por chismes que había escuchado en ciertos eventos sabía que cerían que había sido envenenado por Kaleb ya que este deseaba el trono, no creí esa teoría por obvias razones, Kaleb era un niño cuando Elec murió y se le vio deprimido después de la muerte de su hermano, aunque las apariencias engañan.

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Desperté más temprano que de comstumbre, ya era el último día del año y quería aprovecharlo al máximo, Kota había avisado que quería que fuera a su casa lo más temprano posible y así lo haría, vería el conmemorativo al príncipe Elec en su casa.

Después de alistarme para ir con mi hermano salí y me despedí de mi familia emprendiendo camino a casa de Maxon, quería verlo y hablar con él antes de fin de año.

Cuando llegué a la imponente pero humilde casa Broulliette noté que estaba cerrada, tanto las puertas como ventanas y cortinas. Decidí pasar al regreso, quizá para ese momento ellos ya estuvieran.

—¡Ames! —me saludó Kota al llegar a su pequeña casa en la cual ya me esperaba —Necesitaba que vinieras por algo... hum... importante.

—Hola Kota, ¿Eso es?

—Primero entra —entré a la casa seguida de mi hermano viendo a Calvin en la sala.

—Hola America.

—Hola Calvin —le sonreí y recordé lo que había confesado a Maxon por culpa de la insistencia de Calvin de que me gustaba.

—Bueno, siéntate Ames. El tema por el que te pedí venir es sencillo —comenzó a explicar —Calvin es bibliotecario, a veces tiene que quedarse hasta tarde en eso de la clasificación de los libros entre otras cosas, para ayudarme en la decoración para mi fiesta puede que yo... no sé... tal vez... —recordé lo que había mencionado mi hermano ese día.

—¡Me comprometiste Kota! ¡Qué tal que Calvin me llegaba a caer mal o algo!

—Oye, ni que fuera qué, America —se quejó Calvin en burla.

—Bueno, siguiendo con lo que decía, America, tú lo único que harías sería acompañarlo y tal vez hacer algún acomodo, es algo así como hablarle y distraerlo para que no duerma, te pagaría.

—¿De verdad? ¿Solo eso? ¿Cuántas horas?

—De las ocho a las once, ya sabes, por el toque de queda.

Acepté preparándome para recibir un poco de dinero extra.

Calvin, Kota y yo hablamos hasta darnos cuenta de la hora.

—Enciende el televisor esclavo ¡Rápido! —ordenó mi hermano en broma a Calvin, ¡Lo más gracioso fue que Calvin obedeció entre risas!

—Listo amo. —reí al ver al pelinegro meterse en su papel iniciándose en una reverencia regresando a sentarse.

El programa comenzó, aunque los reflectores estaban todos menos uno apagados, cuando entró Gavril no se escucharon aplausos o algún ruido de la multitud.

—¿Esto no está raro? —expuso Calvin. —Nadie aplaudió.

—lo sé — respondí — tampoco hay luz.

—No sean paranoicos, es una conmemoración de muerte, es lógico, supongo — después del comentario de Kota volvimos a centrarnos en la pantalla.

—Yo soy Gavril Fadaye y...

Se escuchó un disparo que hizo que Gavril callara e hizo que nosotros aguantaramos la respiración.

—Al grano Fadaye —se escuchó una voz masculina de alguna parte de la oscuridad, esto provocó que el conductor se alterara e hiperventilara. —Habla ahora o la próxima va a tu cabeza.

—Querido Illéa, hoy me ha sido ordenado comunicar que el rey Clarkson los ha mantenido en oscuridad, les ha ocultado información manipulandola a su antojo — El extravagante conductor que en esos momentos sudaba hasta por los ojos se detuvo a tomar aire. —¿Dónde está nuestro rey en estos momentos? En un refugio, está ocultándose mientras el palacio y parte de Illéa está en caos. ¿Un rey? ¿O un cobarde?

—Oh por dios —temblaba asustada sin poder contenerme—Kota, estoy asustada —mi hermano me abrazó mientras los tres manteniamos la vista fija en la pantalla esperando la continuación de Gavril.

Cincos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora