Capítulo 7

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Respira America, no te vas a morir por convivir hoy con Aspen, todo va a ir normal, ni siquiera tendrás que mirarlo, vamos America, sal de esta casa y ve a la fiesta de Kota.

Estaba vestida y lista para enfrentar a Aspen, había despertado temprano y me había arreglado mejor que en muchas ocasiones, a pesar de llevar unos vaqueros me veía bien, respiré profundamente de nuevo, estoy lista para salir e ir a casa de Kota, solo es Aspen, ni que fuera el mismísimo diablo en persona como para temblar como yo lo hago.

-¡America Singer! Apúrate o te dejamos- gritó mi madre histérica, mi America interna me pedía a gritos que fingiera algo para no tener que ir, pero sabía que Kota nos esperaba, así que haciendo acopio de mi poca fuerza salí de mi recamara para reunirme con mi familia, todos iríamos pero mamá, papá y Gerald se regresarían después de felicitar a Kota ya que era una fiesta "juvenil"por decirlo de una manera, solo May y yo nos quedaríamos, Kenna y James igual irían, pero ambos se quedarían, a pesar de estar esperando una niña no abandonaban su espíritu fiestero.

-Te doy permiso de abandonarme por ir a besuquearte con Maxon- me susurró May cuando íbamos caminando.

-Cielos May- debía admitir que hasta ese momento no recordaba que Maxon también estaría ahí, rayos, esto no podía ser más difícil- No iré a besuquearme con nadie, Maxon y yo solo somos amigos, no hay nada más entre nosotros pequeña calenturienta.

-Venga Ames, he visto como te mira, es obvio que le gustas y a ti se te ve que te atrae.

-Mentira May.

-Lo juro-alzó su palma en señal de juramento.

-¿De que se secretean?- susurró Gerald uniendose a la conversación.

-De Maxon y su amor por Ames.

-Iugh- se quejó mi hermano que estaba en edad de odiar las relaciones hombre~mujer- aunque admito que me agrada Maxon y no me molestaría que fueran novios.

-¡Gerald!- él solo se encogió de hombros y volvió a caminar junto a papá.

El resto del camino lo pasamos en silencio y odié cada minuto de ese silencio ya que solo hacía que yo pensara más y más en Aspen en la misma casa que yo ¡Sudaba tanto que un cerdo se queda corto!

-Ey- llamó May pasando su mano por mi cara- ¿Estás bien? Te ves algo pálida

-Perfecta.

¿Aspen seguía sintiendo algo por mi?

No lo había visto y la duda me comía por dentro, la única vez que lo había visto fue en noche buena, cuando se quedó a almorzar, pero de ahí no había tenido la suerte o mala suerte de toparlo de nuevo, ¿Cómo reaccionaría él estando cerca de mí? ¿Me hablaría? ¿Debía yo hablarle?

Cielos.

Tanto pensar acabará con mis uñas, los nervios me habían hecho llevarme la mano a la boca sin siquiera darme cuenta, iba a terminar sin nada de uña si seguía así.

Estabamos frente al lugar donde vivía Kota, oh no, ¿Tan rápido? entramos y Kota estaba mandando a un muchacho que nos daba la espalda a que pusiera más derecho la tira que decía "Feliz Cumpleaños" 

-¡Felicidades Kota!- gritó Gerald corriendo hacia él, el chico que estaba en el banco dio un ligero salto de susto y estuvo a nada de caerse, ahí pude ver su rostro, jamás lo había visto, pelinegro, alto, delgado pero con musculos tenues y bronceado, estaba algo fachoso pero su ropa dejaba ver que no era seis o siete, debía ser como mínimo un cinco de los ricos.

-Gracias enano- a pesar de que Kota se había vuelto un grosero, desde navidad comenzó a ser como antes, desde ese agradecimiento por mi sencillo regalo de navidad noté el cambio en Kota, no tenía idea de qué había pasado: pero me gustaba.

-¡Un año más viejo!- felicitó May uniéndose al abrazo.

-Felicidades anciano- dije yo uniendome también al abrazo.

-¡Abrazo de hermanos!- se escuchó que gritó alguien desde la puerta- ¡Esperenme!- era Kenna que inmediatamente se unió a este abrazo, su vientre de embarazada incomodaba un poco pero daba igual, era uno de los mejores momentos de mi vida.

-Van a asfixiarme ¿Lo saben, cierto?- se quejó en un hilo de voz Kota después de un rato, todos lo soltamos.

-Esa manía tuya de arruinar momentos- reprochó Kenna.- ¡Feliz cumpleaños!- volvió a abrazarlo y se soltó rápido.

-¡Mi bebé está creciendo!- mi madre se acercó a darle un abrazo entre dramas.

-¡Mamá!- se quejó él.

-Felicidades Kota- Dijo mi padre uniendose al abrazo de mi madre.

-Me alegro que hayan venido- si, cuando decía que Kota había cambiado no exageraba.

-Feliz cumpleaños- James también le dio un abrazo a mi hermano, una vez acabadas las felicitaciones todos reparamos en el chico antes mencionado.

-Oh, lo olvidé, él es Calvin, es mi vecino, es un tres, trabaja de bibliotecario en la biblioteca de la ciudad, está ayudandome a arreglar todo a cambio de que consiga alguien que le vaya a hacer compañía a la biblioteca.- explicó Kota mientras el chico sonreía.

-Un placer familia Singer.

-Soy May- se presentó mi hermana enérgica.

-Pulga, no coquetees con Calvin, por favor- dijo Kenna a lo que May solo se sonrojó levemente ante las risas de todos.

-Ella es America, es la que te mencionaba, estoy seguro de qu se van a agradar mucho- le dijo mi hermano a el pelinegro.

-Oh, un gusto conocerte por fin America- me extendió su mano y yo la tomé.- tu hermano me dijo que tal vez tú pudieras ser la que me acompañar- solo atiné a mirar con odio a Kota a lo que él me guiñó un  ojo ¿Qué significa esto?

-Ehm, yo...

-Ayudenme a acomodar, luego hablan- me interrumpió Kota.

Recordatorio: asesinar a Kota por hacer compromisos con desconocidos por mí.

Ayudar a Kota fue de lo más sencillo, enderezar unos cuantos banderines, barrer, quitar algunos muebles, etcétera, casi me olvidé de Aspen, pero como dije: Casi.

-Bueno hijo, creo que hemos acabado- dijo mi padre sacudiendo sus manos- tu madre, tu hermano y yo nos retiramos, diviértanse.- se acercó a abrazar a Kota.

-Oh, lo olvidaba ¿Puden May y America quedarse a dormir aquí?- consultó mi hermano justo antes de que mis padres se fueran.

-Claro, mañana te ayudan a limpiar.- mis padres y Gerald se fueron.

Nos sentamos un momento a descansar y Calvin fue a su casa a vestirse adecuadamente, en ese lapso de relajación unos toques en la puerta nos avisaron que alguien había llegado.

Hora de enfrentarme a los invitados, o más bien; a Aspen.

Cincos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora