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Narra Frances

Sentada en frente de la fogata, y sosteniendo mi capa blanca era como me encontraba en aquel momento, mi mirada se encontraba en un simple punto de aquella llama de fuego comun y corriente.

Por el contrario, mi mente se encontraba por otra parte; Peter aún no salia de aquel misterioso castillo. Mi cabeza tenia literalmente un reloj que contaba el tiempo de lo que estaba tardando, llevaba exactamente dos horas allí dentro, lo cual sinceramente, me estaba preocupando.

Escuché los pasos de alguien acercarce a mi, doblar sus rodillas y terminar por sentarse a lado mio.

- Supongo que esto es tuyo.- habló una voz un tanto familiar, Colin.

Giré mi cabeza unicamente para ver lo que la mano de Colin sostenia.

Un libro.

- ¿Y esto?- pregunté tomandoló en mis manos.

- Cuando te desmayaste y volviste a caminar debil mente caminaste hacia un arbol hueco y recogiste esto.- pausó.- suponia por algo lo buscaste.

Luego de aquella corta pero significativa conversación Colin se alejo de mi lado para seguramente seguir con sus actividades.

Tome con más seguridad aquel extraño y desgastado libro, no sabia de que trataba, era un idioma diferente al español o ingles, las letras demostraban no venir mucho del abecedario romano.

La portada de aquel libro solo se trataba un aburrido cuero rojo y letras en bajo relieve, y como antes mencionado, con aquellas letras extrañas, hojas amarillentas y desgastadas y de un grueso de mas o menos siete centimetros, calculaba que contenia cuatrocientas paginas.

Aburrida de la situación, posicioné mi dedo pulgar en el filo de las ultimas hojas de aquel libro para luego, hacer en este presión hacia arriba y mover rapidamente todas la paginas y revisando rapidamente con mi vista todas y cada una de las hojas.

Detuve rapidamente en una hoja donde se encontraba un dibujo, en el se mostraba la figura de una mujer inponente, guerrera y hermosa, sus ropas de blanco ligero y detalles dorados, junto con un escudo y espada daban a entender que se trataba de un personaje principal en el libro, mas no, un secundario.

Mis ojos se detuvieron en el pie de pagina de aquel dibujo, buscando alguna forma de encontrar el nombre de aquel personaje.

"Ἀθήνα"

Ni siquiera sabia si mi mente lo habia pronunciado bien.

De repente, las letras de un momento a otro cabiaron su forma dando asi sentido a un nombre.

- Atenea.- dije para mi misma.

Aquel dibujo que mis ojos apreciaban era el nombre de una mujer llamada Atenea, una posible guerrera. No conocia absolutamente nada de aquel personaje pero algo me daba la sensación de que lo habia visto antes.

Toque suavemente los trazasos del dibujo los cuales especificamente eran los trazos del rostro algo extraño, real mente extraño ocurrio.

Todo a mi alrededor era de un tono amarillo mientras petalos de rosas dorados caian muy lentamente dando la sensación de que el tiempo iba lento, giré mi cabeza en dirección en donde se encontraban los chicos, pero no se encontraban alli.

- Frances.- escuché una voz femenina a lo lejos.

Dirigí mi mirada hacia donde provenia la voz. Allí estaba, la mujer del dibujo un tanto desgastado... habia tomado vida y se encontraba a unos escasos metros de mi.

Me levante rapidamente para dirigirme hacia ella. Para cuando solo faltaba un metro de distancia de llegar hacia ella, la mujer alzo ligeramente su mano hasta el nivel de su cintura mostrando su palma, dando a entender que la distancia entre yo y ella era ya la adecuada.

- Frances.- habló dulcemente.- Mi nombre es Atenea, Diosa griega de la sabiduria, guerra y fuerza.- pausó.- tu, y solamente tu, tienes un poder tremendamente inmenso, algo a lo que no me puedo arriesgar a perder.

- ¿Por que?- hablé confundida.

- Yo soy tu protectora, desde que naciste los dioses me an otorgado el honor de cuidar tu vida. Desde siempre, tu fuiste alguien sentimental, alguien que le importaba los demas, alguien que trataba de cabiar el cruel mundo sin magia.- habló con sinceridad.- y lo lograras, llegaras a ser la más importante, y llegaras a obtener dicho gran poder pero para ello, aun falta un pequeño tiempo.

- No entiendo a que viene eso.- hable insegura.

- Con el tiempo lo entenderas.- hablo con una sonrisa en el rostro.- hasta mientras, quiero regalarte esto.- saco algo de dentro de su escudo con cuidado.- esto es algo que debes de cuidar con tu vida.- habló seriamente entregandome un frasco, el cual, parecia no contener nada.

La miré aun más condundida por lo que me habia entregado.

- Aquel frasco, contiene la solucion a cualquier mal de cualquier mortal.

- Pero no hay nada en el.- hable obvia.

- Solo aparecera cuando el sentimiento de angustia y desesperación aparescan.- pausó.- solo funciona en casos en los cuales de veras se necesite, algo que no se desperdiciara solo por un rasguño, si no, en una posible agonia.

Miré con curiosidad el frasco "vacio" , de verdad me confiaba algo tan... valioso.

- ¿Por que me lo das?

Atenea me miró sorpendida, antes de acercarse y cariciar mi cabello y decir.

- Por que se que eres tú.

De un momento a otro Atenea s acerco y posó un beso corto en mi frente a lo que luego, volví a ver todo negro.

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¡Hey! ¿Que tal chicas?

¿Me extrañaron? Yo a ustedes si 😔.

Me pasaron varias cosas extrañas y estupidas en mi estadia en la playa.

Una de las cosas que no crei ver, fue una estatua de madera de la virgen maria cubierta de telarañas... algo que... me dio miedo, daba miedo D:

 me dio miedo, daba miedo D:

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Bueno... me despedire rapido, tengo que ir a dormir, mañana les contare como un dolor de cabeza en medio del viaje de regreso en el cual me estaba haciendo llorar termino por ser sanado por un shaman :)

En fin espero y les halla gustado el capitulo de hoy, ya saben voten y comenten que tal les parecio. No vemos en la proxima.

-🌹🌺Frances🌺🌹

Un cuento no tan de Hadas - Peter Pan - OUAT[EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora