Aviso: Intensidad desde el comienzo de este cap, que lo disfruten (¬ω¬)
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Sangre goteaba por sus labios mientras los separaba ligeramente, gruesos y tibios. Nada tan caliente y glorioso como la potente sangre de Potter. No, pero contenía la misma cantidad de magia y ciertas propiedades beneficiosas para los humanos cuando se combinaba con su saliva. Su mano se deslizó por el lado de la cara de Potter, ahuecando una mejilla ardiente y caliente antes de sumergirse, de modo que su pulgar masajeó el sutil bulto de la manzana de Adán, produciendo el movimiento de tragar del cuerpo inconsciente de Potter. Tragando su sangre, su saliva. La idea podía enfermar a cualquier persona común y corriente, pero desde hacía tiempo sabía que tanto él como Potter eran extraordinarios.
Además, Potter no estaba en posición de opinar sobre lo que estaba sucediendo.
Un suave suspiro salió a través de esos labios apretados contra los suyos y entonces se retiró, solo para escuchar que ese suspiro se convertía en un gemido gutural. Un brazo se enganchó alrededor de su nuca, tirando de él más cerca, más profundo en el beso. Los labios de Potter se abrieron, apoderándose de los suyos con una urgencia torpe e inexperta.
Su saliva tenía propiedades inductoras de excitación, Draco ya lo sabía, con la forma en que Potter se retorcía bajo su mordida cada vez que se alimentaba. Pero sentir que un hombre, cuya vida se había estado escabullendo, se recuperaba repentinamente, se sonrojaba y calentaba en sus brazos, era una hazaña desorientadora. Incluso para un vampiro.
Sin embargo, la sorpresa no impidió que su pene se elevara en sus pantalones, presionando hambrientamente la pierna de Potter, que tan generosamente se había colocado en el ángulo justo para empujar en su contra. Ese cuerpo onduló debajo de él como una serpiente encantada y volvió a gemir en esa boca, presionando la lengua de Potter con la suya propia. Fuertes dedos estaban anudados en su cabello, tirando, apretando, pero de una manera que transmitía desesperación en vez de negación.
Entonces, de repente, esos dedos se tensaron, moviendo su cabeza hacia atrás hasta que cayó de espaldas sobre su trasero. Rápidamente, encontró a Potter a horcajadas sobre sus piernas y moviendo su excitación contra la suya. El aire estaba lleno de calor y de los jadeos de Potter, su propia piel estaba siendo calentada por las exhalaciones frenéticas. Alargó una mano ahuecando el trasero de Potter, ayudando a los necesitados movimientos en sus caderas.
Esas manos estaban agarrando fuertemente sus hombros, calmando los empujes que estaba devolviendo con igual y apasionado vigor. Draco levantó la vista y vio a Potter, con el cabello revuelto como siempre, las mejillas sonrojadas y los ojos nublados de pasión, concentrado en algún lugar entre las nubes de la lujuria oscura que se habían asentado a su alrededor. Se veía positivamente imprudente, como si hubiera lanzado sus preocupaciones al viento y ahora estuviera montando la marea del puro y desinhibido placer en un desenfrenado abandono.
Los gemidos de felicidad se convirtieron de repente en gritos de confusión, de frustración y sintió la necesidad de Potter. Esto no era suficiente para saciar a ninguno de los dos. Una de las manos de Potter se metió entre ellos, a tientas bajó el cierre de sus propios pantalones hasta que su miembro se liberó. No estaba tan lejos de la longitud total de Draco y era sólo un poco más delgado. La cabeza rosada se asomó de su prepucio y se arqueó ligeramente hacia el cuerpo de Potter. Draco casi se humedeció los labios. No creía que podría decir que era apetitoso mirar si seguía siendo humano, podía apreciar la perfección de cada centímetro delgado mucho mejor con sus sentidos de vampiro.
Potter gritó complacido y reanudó su descarada rutina contra Draco, su cuerpo prácticamente envuelto alrededor suyo, llevándolo al olvido. Pronto, notó Draco, los jadeos calientes se convirtieron en gritos de asombro y de dolor en su oído.