Charmer's Song

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Un dolor agudo y cegador lo trajo de vuelta en espiral hacia una luz brillante y deslumbrante. El dolor fue de su cuerpo chocando con una piedra fría e implacable. Su cabeza palpitaba, sus pulmones dolían. Gruñó de dolor, pero no pudo hacer más que eso cuando sintió que la cuerda que lo ataba se rompía al oír el urgente "¡Relashio!" de Draco.

Harry jadeaba y balbuceaba, tosiendo agua y ahogándose en la desesperación de su cuerpo por tomar aire. Una fuerte brisa de movimiento fue su única advertencia antes de sentir las manos de Draco en su pecho. De repente, el aliento se precipitó a los pulmones de Harry, forzado por los labios fríos y duros contra los suyos.

Que peculiar, pensó confusamente, mientras la realidad lo alcanzaba lentamente, que un vampiro deba darme oxígeno para mantenerme con vida. Su cabeza seguía latiendo, pero respiraba normalmente de nuevo. Y aunque su visión era un poco borrosa, sus sentidos habían regresado.- ¿Dónde están mis gafas? -diji forzado. Lo siguiente que supo es que sus gafas se deslizaban sobre su nariz y pudo ver a un Draco Malfoy mojado y goteando sobre él.

- ¿Escuché tus pensamientos? -Preguntó Harry confusamente mientras se sentaba. ¡Merlín, le dolía la cabeza!- Pensé que sólo teníamos eso cuando compartíamos sangre.

Draco lo estaba examinando cuidadosamente, como si estuviera evaluando su salud. Era tan intensa su mirada que le tomó un momento forjar una respuesta.- No podemos tener conversaciones completas. En un momento de necesidad compartimos flashes, imágenes y palabras, sentimientos; es un poder vampírico, un vínculo forjado para asegurar que tenga más posibilidades de encontrarte si estás en peligro.

Todavía estaba tan cerca, su cuerpo frío presionado contra el de Harry a través de los pliegues empapados de la ropa para que pudiera sentir cada contorno suave y duro. Harry tampoco se sentía tan incómodo como hubiera querido. Incluso con esos mechones rubios húmedos colgando seductoramente por esos ojos ardientes, enmarcando esa cara pálida.

- Gracias -dijo Harry, comenzando a temblar ahora con el frío del aire otoñal sobre su cuerpo mojado.- Por salvarme.

Draco apuntó su varita sobre ambos entonces, sin sonreír.- ¡Driaridium! -dijo y Harry sintió que una ráfaga de aire caliente arrasaba la fría humedad de su cuerpo. Se tocó el cabello con cautela. Siempre se resistía más a los ataques de resequedad, pero al menos ahora estaba caliente y seco.

- Gracias -dijo de nuevo, sintiéndose bastante estúpido y un poco desorientado por su experiencia cercana a la muerte.- Err, ¿estás bien? -La herida en el hombro del vampiro se veía aún más asquerosa así de cerca, podía ver la sangre supurando, la piel roja y resentida mientras intentaba volver a juntarse. Sí, los vampiros no podían ser afectados por la maldición de la mordedura del hombre lobo, pero el veneno en esos colmillos hacía que la curación fuera un proceso difícil y lento.

Harry hizo un gesto de dolor, parecía doloroso, tal como las ampollas en las manos del rubio. Esos delgados dedos y palmas eran de un color rojo violento y nauseabundo. El olor a carne quemada era espeso en el aire y Harry no podía evitar sospechar que de alguna manera, la barrera mágica debía haber incorporado plata en su construcción para haber dañado tanto a Draco.

Y Zabini no habría sabido usar la plata, o haber sido capaz de conjurar un escudo tan poderoso, pensó Harry, su mente ya formando sus sospechas tan lentamente, que comenzó a sentirse un poco más 'sensible'.

Draco lo miró con ira.- ¡¿Que si YO estoy bien?! ¡Tú eres el que casi se ahoga! Estarías muerto si hubiera sido un segundo más lento.

- ¡Bueno, no lo hice a propósito! -Harry respondió venenosamente.- ¡No tengo el hábito de ir a nadar atado, imbécil!

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