𝖌𝖔𝖉 𝖇𝖑𝖊𝖘𝖘 🍒 [ 𝒏𝒄𝒕 ; 𝒋𝒂𝒆𝒋𝒖𝒏 ]

𝔰𝔦𝔢𝔱𝔢

♡ Leer con la canción ℒ𝒾ℊ𝒽𝓉 ℴ𝒻 𝓉𝒽ℯ 𝒮ℯ𝓋ℯ𝓃, del soundtrack de 𝒥𝓊ℯℊℴ 𝒹ℯ 𝓉𝓇ℴ𝓃ℴ𝓈, porque es la mejor canción de todas y tengo una obsesión. Y el final, madre mía, ese final es totalmente lo que busco transmitir aquí.

¿Estás castigándonos por nuestra fe ciega, padre?, ¿o es este el camino a recorrer para poder admirar tu gloria eterna?

Aquella mañana, el cuerpo de JaeMin al despertar se siente pesado. Se le caen los párpados y sus extremidades pican. Se siente como en esas películas mudas en las que uno ha de saber qué está ocurriendo por las acciones y no por las palabras. 

Siquiera habrá podido dormir un par de horas por el nerviosismo, sabiendo que en cualquier momento podrían llegar noticias de los mellizos. Ellos deberían estar ya allí al despertar, ¿por qué no lo están?, ¿por qué no han llegado todavía?, ¿por qué no siente la sensación de tribulación que es común al estar cerca de RenJun? la echa de menos, mucho. En cierta forma, JaeMin no solo quiere que vuelvan por la información.

—¿Has dormido bien? tienes la cara en el culo —la grave voz de un Mark recién desayunado lo sacude y saca directamente de cualquier pensamiento que pueda estar teniendo, aunque la verdad es que lo que menos hace al despertar en esas condiciones es pensar. Solo se sienta y espera a que pase. 

—¿Ese es tu único trabajo aquí? —su tono, punzante como una aguja. 

—Si no soy yo, ¿quién lo dirá entonces? —el mayor se encoge de hombros. 

—Vamos, tranquilízate —Ten, en cambio, suena despreocupado —. Ellos nunca tardan. Es probable que Johnny demore un poco más, pero ¿los mellizos? les veremos antes de que caiga el sol. 

JaeMin decide atribuir el malestar a su inminente llegada; irónico que se sienta mal físicamente, en vez de bien. 

—¿Alguien ha visto esta mañana a TaeYong?

—¿DoYoung? —interroga YuKhei, más curioso que interesado. Una curiosidad nula, claro. 

—No. No le veo desde ayer por la tarde, dijo que iría a discutir —comienza a explicar, pero su delicado timbre se ve interrumpido por un parón que solo transmite intranquilidad a los oyentes —con el demandante. Dijo que era algo sobre los próximos encargos.

—¿Próximos encargos? no habrá próximos encargos si morimos todos —responde el más alto.

—Deberíamos irnos de aquí. No evitará que nos busquen, pero podemos prepararnos. Esto no es una de esas batallas de la edad media —JaeNo no es muy hablador, pero cuando interviene, siempre es para expresar la idea que todos tienen pero que nadie es capaz de decir. 

—¿Y qué hacemos con TaeYong? —Yuta se encarga de elevar la voz por primera vez, mirando al grupo con disgusto, un hastío sosegado que hiela la sangre a quien lo escucha —, ¿y Johnny, y los mellizos, y JungWoo, y JaeHyun?, ¿y Kun?, ¿vamos a irnos sin ellos?