𝔠𝔲𝔞𝔱𝔯𝔬

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♡ Leer con el 𝓈ℯℊ𝓊𝓃𝒹ℴ 𝓃ℴ𝒸𝓉𝓊𝓇𝓃ℴ 𝒹ℯ𝓁 ℴ𝓅𝓊𝓈 9, 𝒹ℯ𝓁 𝒸ℴ𝓂𝓅ℴ𝓈𝒾𝓉ℴ𝓇 𝒞𝒽ℴ𝓅𝒾𝓃. Es una pieza famosa.

Buscaremos a los infieles, a los perdidos, a aquellos que no ven, y daremos sentido a su mísera vida, para que puedan encontrar lugar en tu paraíso o, en el peor de los casos, sus almas existan como castigo eterno a sus pecados

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Buscaremos a los infieles, a los perdidos, a aquellos que no ven, y daremos sentido a su mísera vida, para que puedan encontrar lugar en tu paraíso o, en el peor de los casos, sus almas existan como castigo eterno a sus pecados.

Ha soñado varias veces con él. 

Una figura de estatura media baja, delgaducha, toda cubierta de negro y con una de esas máscaras que los médicos utilizaban durante los años de la peste negra, larga, afilada y de cuero. Mirando en su dirección, sin moverse, sin hablar, solo observando. Vigilando. 

Las noches en las que ocurre se despierta sudado, con lágrimas acosando las pestañas, el aire escapando de sus pulmones y la garganta ardiendo de tanto hiperventilar. Las paredes se cierran sobre su cama y tiene que salir de la habitación y sentarse un rato en la nave principal, solo y a oscuras. A JaeMin nunca le ha asustado la oscuridad, de todas formas. 

No son pesadillas normales, porque hasta ellas se desvanecen cuando uno despierta, y sin embargo, esa figura le persigue, cuando cierra los ojos, cuando piensa, cuando no piensa. Es como una obsesión, no es que lo asuste, pero él no puede evitar preguntarse qué o quién hay bajo el cuero, y por qué emana ese aire tan turbio, tan... funesto. 

JaeMin no ha olvidado las palabras de Johnny; pero eso no significa que haya seguido al pie de la letra su consejo porque, cada vez que tiene oportunidad, aprovecha para sentarse un rato con RenJun, incluso si DongHyuck está haciendo de las suyas. 

En este último mes ha hecho amistad con un grupo de personas en particular, y no va a admitirlo en voz alta, pero a algunas les ha cogido un nivel de afecto considerable; si se lo preguntan, él lo negará. Mark, SiCheng, Johnny, ChenLe, JiSung y, ¿por qué no? también DongHyuck, al que se permite llamar por su pseudónimo, HaeChan. Resulta que es más fácil de lo que parece acostumbrarse a su excentricidad. Con quien no ha podido establecer tanto contacto como le gustaría es con RenJun, porque a pesar de que mantienen al menos una conversación estable todos los días, JaeMin quiere más, siempre quiere más de él. 

Y eso lo asusta y lo confunde, porque no es complicado notar esos fallos de los que su compañero le habló aquella noche; para comenzar, tiene una forma de razonar las cosas muy simple y directa, si hay que hacer algo se hace, si no, no, y poco importa el resto. Al chico a veces le dan escalofríos imaginarse cómo será su cabeza para pensar que inducirse dolor a uno mismo es lo mejor. 

De todas formas, tampoco es como si pudiera imaginarse lo que es sentir dolor físico, así que ambos hacen una combinación muy extraña. 

Este día en particular, piensa en ello demasiado.

—¿Qué te ocurre? te veo más callado que el día que recibiste el primer encargo. Si se te manchan las botas, luego no vengas a pedirme prestada ninguna cubeta de las mías para lavarlas. 

𝖌𝖔𝖉 𝖇𝖑𝖊𝖘𝖘 🍒 [ 𝒏𝒄𝒕 ; 𝒋𝒂𝒆𝒋𝒖𝒏 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora