𝔮𝔲𝔦𝔫𝔠𝔢

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♡ Este capítulo ha sido escrito con la canción 𝒦ℐℒℒ𝒮ℋ𝒪𝒯, 𝒹ℯ ℰ𝓂𝒾𝓃ℯ𝓂. Casi me cago encima al oírla por primera vez.

 Casi me cago encima al oírla por primera vez

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Mejor que reces hoy, Dios.

Los matará.

En su mente no paran de resonar las mismas palabras, una y otra vez, «que no quede ninguno», «que no quede ninguno», «que no quede ninguno». Oh, JaeMin está tan enfadado. No recuerda nunca haber tenido tantas ganas de pisotear la cabeza de alguien hasta ese día, hasta ese momento, encerrado, o siendo perseguido. No importa, nada de eso importa ahora, él tiene un plan y gente para llevarlo a cabo; así que mejor que esos cabrones dementes empiecen a correr lejos, cuanto más puedan. Oh sí. 

Después de haber estado sosteniendo a RenJun como si ya no tuviera fuerza en sus piernas y abrazándolo como si solo pudiera sentir frío, después de haber sentido tal vez un poco de culpa porque, demonios, DongHyuck está muerto, después de haber sentido en sus propias carnes lo que significa perder a eso que tanto amas...

... después de haber comprobado que Dios es un pobre diablo, a JaeMin no le quedan más que ganas de abrir a esos desgraciados de arriba a abajo y ahorcarlos con sus propios intestinos. 

El chico más mayor está sentado en una de las pocas sillas, mientras el resto de las cerezas se apoyan sobre la mesa y la luz blanquecina de la bombilla crea sombras en sus manos. 

—Hablaré con él sobre esto —la grave voz de TaeYong se alza sobre las del resto —y discutiremos el siguiente paso. 

Yuta levanta la cabeza y lo mira con las cejas fruncidas. 

—¿Qué? —pregunta, incrédulo —no. 

—¿Qué has dicho?

—No vas a hablar con el puto jefe. Me da igual si os coméis los culos entre vosotros, esto no tiene que ver con un puñetero encargo, ni con dinero. Me da igual lo que pienses que puedes planear con el tipo ese, me importa menos que una mierda, ni siquiera le conozco. ¿De verdad crees que cederá algo? a la gente como el demandante solo les importa que el trabajo esté bien hecho, no importa quién o cómo se haga. A la mierda. Iremos nosotros por nuestra cuenta. 

—¿Estás dándome una orden? —TaeYong se inclina tan solo un poco, y entonces ambos se están desafiando con la mirada.

—Te estoy diciendo que hagas lo que te de la puta gana —la voz de Yuta sale tan fuerte, por un momento la sangre de JaeMin se congela —pero no interfieras. 

Para cuando la tensión se ha disipado a medias, ellos siguen mirándose como si realmente fueran a saltar el uno sobre el otro, como dos grandes lobos, con más resistencia en las patas que instinto en sus venas. 

El mayor de los dos aprieta la mandíbula, y aunque el duelo no ha terminado, ni mucho menos, es ese el gesto que JaeMin comprende como una rendición. 

𝖌𝖔𝖉 𝖇𝖑𝖊𝖘𝖘 🍒 [ 𝒏𝒄𝒕 ; 𝒋𝒂𝒆𝒋𝒖𝒏 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora