𝖌𝖔𝖉 𝖇𝖑𝖊𝖘𝖘 🍒 [ 𝒏𝒄𝒕 ; 𝒋𝒂𝒆𝒋𝒖𝒏 ]

𝔲𝔫𝔬

♡ La canción utilizada para inspirar y escribir este capítulo es 𝒪𝓃ℯ 𝒶𝓃𝒹 ℴ𝓃𝓁𝓎, 𝒹ℯ 𝒾𝒦𝒪𝒩. Honestamente, si no leéis el capítulo con esta canción, llamaré a la policía.

Predicará la palabra que nos traerá paz en este paraíso en ruinas, oh cristo, háblanos.

Hay un maldito tatuaje entre sus dedos.

Había despertado de buen humor, dispuesto a aprovechar el día, entonces se mira en el gran espejo que hay en su habitación y ¡sorpresa! la palabra «cherry» en negro ardiente adornando el costado izquierdo de su dedo corazón, maldita sea, su dedo preferido.

La palabra está en su mano derecha, y JaeMin sólo se pregunta, ¿cómo diablos se lo han montado para hacerle una marca así mientras duerme? bueno, la respuesta no es tan complicada. Posiblemente le inyectaron alguna droga que lo dejó completamente inconsciente. Oh, él va a vengarse del acosador. 

Cuando entra a su sala de estar, hay un hombre visiblemente alto -al menos, más que él- sentado en su sofá viendo la televisión. 

—Oh venga, ¿de verdad es tan fácil colarse en mi casa? —exclama crispado, a nadie realmente.

—Por eso te vienes con nosotros —el sujeto ni siquiera se molesta en mirarle, está más atento al programa de variedades que dan todas las mañanas.

—Tú no estabas anoche cuando esos dos vinieron —espeta JaeMin, desconfiado.

—No, pero el maldito de JungWoo dijo que tenía trabajo más importante que hacer que lidiar con críos y TaeYong me envió a mí en su lugar. Luego nadie me escucha cuando me quejo del trato especial de algunos —su voz sale hastiada, pero casi manteniendo un monólogo consigo mismo.

Entonces JaeMin se permite atar cabos: hay dos nombres en esa aclaración, JungWoo y TaeYong. TaeYong dio la orden, así que es el jefe y por lo tanto, el tal JungWoo es el de los dedos mágicos. Él tiene más información ahora para cobrar su venganza.

—No soy un crío. Me quieren por algo —se defiende, en cambio.

—He matado a gente más pequeña que tú —le dice, en un intento de amedrentarlo.

Pero JaeMin no es de nervio fácil.

—Y yo a tipos más grandes que tú —responde.

El hombre se levanta, lento, y camina hacia él. Justo cuando el chico piensa que hará algo amenazante, solo extiende su mano y con una mueca entre sorprendida y amigable.

—Soy Johnny —habla después. JaeMin puede verla, la cereza en su muñeca.

Responde al apretón tras eso.

—Na JaeMin.

—Deberías empezar a curarlo. No sé si puede infectarse, pero no será bueno para ti. Especialmente para ti. ¿Eres diestro, cierto?