𝖌𝖔𝖉 𝖇𝖑𝖊𝖘𝖘 🍒 [ 𝒏𝒄𝒕 ; 𝒋𝒂𝒆𝒋𝒖𝒏 ]

𝔡𝔦𝔢𝔷

♡ Este capítulo ha sido escrito con la canción 𝒯𝒽𝓇ℴ𝓊ℊ𝒽 𝓉𝒽ℯ ℯ𝓎ℯ𝓈 ℴ𝒻 𝒶 𝒸𝒽𝒾𝓁𝒹, 𝒹ℯ 𝒜𝒰ℛ𝒪ℛ𝒜. Vivo enamorada de esta canción. 

Lavémonos los pies los unos a los otros, hermanos. Hoy vamos a resucitar.

Él ni siquiera sabe cuánto tiempo ha pasado hasta que puede por fin abrir ambos ojos y la visión no es un sueño. Tiene algo así como una capa acuosa molesta, así que en realidad no puede distinguir muy bien lo que hay a su alrededor. 

Tampoco hay demasiada luz para guiarse, de todas formas. 

El suelo de cemento sobre el que está apoyado es húmedo, parece el de algún sótano sucio, y una ventanilla con rejas por la que entran algunos rayos está cerca del tejado. Gracias a ella y a la blanca bombilla es que puede distinguir el cuerpo de JaeHyun frente suyo, apoyado en la pared contraria, y a RenJun a tan solo unos metros a su derecha. 

—¿JaeMin?, ¿estás despierto? —la profunda voz del más mayor lo aturde, porque es un sonido más fuerte de lo que sus oídos pueden ahora soportar tras la conmoción.

—Sí.

JaeHyun suspira, visiblemente aliviado.

—Daría las gracias a Dios pero por su puñetera culpa estamos aquí. Que se joda. 

El chico observa a su alrededor por un largo rato y se frota el rostro. Las ropas sucias y negras, moratones que pronto se volverán verdes y una gran cadena metálica alrededor de su tobillo izquierdo. Están siendo retenidos, al igual que Kun. 

—¿Dónde estamos?, ¿cuánto tiempo llevas despierto?

—Nos metieron aquí poco después de que perdieras el conocimiento. RenJun se golpeó la cabeza, como tú. A HaeChan se lo llevaron hace un par de horas. Sospecho que tardarán un par más, si no es que no están ya comiéndose sus intestinos.

JaeMin aprieta los puños con tanta fuerza que se vuelven blancos, puede sentir el enfado corriendo con la sangre de sus venas. 

—No lo han matado.

—¿Cómo lo sabes? —apoya la cabeza contra la dura pared.

—No tardarían tanto. Nos habrían matado a nosotros también. Estarán interrogándole.

JaeHyun vuelve a suspirar, hastiado.

—Espero que tengas razón, niño —dice, no obstante.

—Por lo pronto, tenemos que tratar que RenJun se despierte y buscar una salida. No pienso quedarme a ver cómo me cuelgan en una puta cruz. 

El silencio vuelve a inundar el lugar, pero es un silencio necesario. No es como si JaeMin pudiese moverse demasiado porque, diablos, hay una cadena en su pie, pero es suficiente como para, al menos, alcanzar el costado de RenJun -con cierta dificultad-. Lo sacude con cuidado. Hay sangre cerca de su oreja y manchando su oscuro cabello. Detrás de una de estas es que puede entonces encontrar el tatuaje, ya curado tiempo atrás.