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Alex vagaba por la casa aburrida, los hermanos Styles habían salido para encargarse de ciertos negocios de los cuales la rubio prefirió no preguntar. Habían pasado dos horas desde que la dejaron sola y desde entonces había hecho todo lo que podía imaginar para no aburrirse: se duchó,  se vistió, leyó,desayunó, preparó un bizcocho, vio la tele. No le quedaba nada por hacer así que se dedico a abrir puertas en la mansión, sabia que si Harry la viera probablemente se cabrearía aunque se planteo que quizás la vigilaba por alguna cámara de seguridad.

La primera puerta que abrió le mostró una librería de madera de olivo donde se podía apreciar un olor a campo, como si te transportara al mundo de la vida rural. Las estanterías formaban un laberinto de títulos, desde "poesía clásica"hasta "ciencia ficción", abarcando todos los géneros literarios. Algo le decía que si Harry se lo permitía, pasaría mucho tempo en aquella habitación.

La segunda habitación era oscura, de hecho hasta que no avanzo unos metros y se le hizo la vista a la oscuridad no pudo ver aquella pantalla tan enorme frente a ella. Frente a la pantalla había cinco sofás rojos, aunque parecían camas mas que sofás. Detrás de los asientos había todo tipo de cables y consolas que se enganchaban directamente a la televisión. Habia entrado en la sala de videojuegos aunque también servia como sala de cine.

La tercera puerta daba lugar a un salón de actos que parecía mas una sala de baile. No había sillas ni pantallas de trabajo. En su lugar había varias mesas donde podían colocarse las bebidas y los canapés y un pequeño escenario con una mesa repleta de artefactos para controlar la música, sin mencionar los altavoces y la lampara de araña que colgaba del techo. Dio una vuelta por la habitación y vio una navaja negra y roja que tenia las iniciales de Harry grabadas. La abrió y vio que el filo del cuchillo estaba afilado y era largo. Decidió quedárselo. al ver que no tenia bolsillos donde guardárselo decidió meterlo en la bota.

La cuarta puerta  fue la única que se encontraba en el ultimo piso. En la puerta había un cartel donde podía leerse "Las pandillas tienen swag, la mafia tiene clase. -H.S". Aquellas iniciales le indicaron que la frase era nada mas y nada menos que de Harry, aunque la rubia no  esperaba menos. Se dispuso a entrar en la habitación y para su sorpresa estaba cerrada.

Salio al jardín a pesar de tenerlo completamente prohibido por Harry. Aquel era el único día en el cual Harry no podía mandar a sus hombres a vigilar la casa por lo cual le hizo prometer a Alex que se quedaría en la segunda planta hasta que ellos volvieran y pudiera montar un operativo de seguridad en el perímetro. Solo tenia a dos personas asegurando la casa.

Escuchó ruidos raros al otro lado de la verja del jardín, supuso que los dos hombres de Harry discutían por algo relacionado con la seguridad hasta que escucho dos disparos . Se echo al suelo y escucho un tercer disparo. Se levanto del suelo y salio corriendo dentro de la casa hasta el segundo piso, donde le dijo Harry que se quedara, no sin antes coger el teléfono de casa y pulsar el numero de Harry el cual estaba en marcación rápida.

"El numero al que llama esta apagado o fuera de cobertura, por favor...." Colgó el teléfono y una lagrima resbalo por su mejilla al escuchar la puerta de la entrada abrirse de par en par con un golpe estruendoso. Con las manos temblorosas y la vista nublada por la acumulación de lagrimas abrió la puerta del armario y se metió en el esperando que nadie mirara ahí, aunque ella ya lo daba todo por perdido. Por su cabeza pasaban imágenes de millones de diferentes escenas en las que la gente que acababa de entrar en la mansión Styles la mataba. Imagino los peores escenarios con las peores muertes y aquello no ayudo a controlar su respiración acelerada ni a cesar su llanto. Penso que si no paraba de llorar y respiraba con calma las escucharían y seria mas fácil encontrarla. Apretó la mandíbula e intento con todas sus fuerzas contener los sollozos.

Escucho la puerta de la habitación abrirse bruscamente y se aferro a sus rodillas conteniendo su respiración, como si no respirar fuera a volverla invisible.Escucho como desordenaban la habitación de arriba abajo, aunque tampoco había mucho que revolver. Escucho el mechero colisionar contra el armario y sin poder evitarlo dio un pequeño bote. La puerta del armario se abrió y expulso todo el aire que tenia contenido para después sollozar y negar con la cabeza repitiendo "por favor".

Un chico alto, rubio y de brazos musculosos la penetro con sus ojos oscuros. La inspecciono unos segundos y la apunto con la pistola a la cabeza, estiro el brazo que tenia libre y la agarro del pelo obligandola a levantarse y caminar escaleras abajo.

Al llegar abajo se encontró con otros dos rubios, armados.

-Tengo a la chica, vamos.-Su voz era grabe y a Alex le dio la impresión de que el era quien llevaba el mando.

Se oyeron estruendosos pasos bajar por las escaleras apresuradamente, por estas aparecieron tres morenos y un castaño, también armados. Todos se agruparon al rededor de la chica.

-Es mona, a Ace le va a encantar.-El moreno de ojos amarillentos le acaricio la cara y Alex hizo un gesto de asco apartando la cabeza lo máximo que pudo.

-Por favor.-Susurro nuevamente.

-Cállate de una puta vez.-El rubio le dio un rodillazo en la costilla.

Los dos morenos que aun no habían hablado rieron al unisono al ver el gesto de dolor en la cara de la rubia.

-Dale algo para que se calle.-Ordeno uno de los rubios con ojos claros al castaño.

El castaño saco dos pastillas de una bolsa, las cuales Alex reconoció en seguida. Penso en Hrry, el solo le daba una, quizás una dosis doble podía llegar a ser mortal y por eso el castaño  se las deba de una en una. Su mente negativa seguía dándole vueltas al tema de la dosis cuando vio al castaño machacar las pastillas y mezclarlas con un poco de agua.

-Si yo fuera tu me lo tragaría sin rechistar.-Puso el baso en la boca de la rubia.

Alex abrió la boca tras soltar un sollozo que ella pensó que podría ser el ultimo, trago el liquido y se tumbo en el asiento de la furgoneta rodeada de tres armas apuntándola. La furgoneta arranco a una velocidad preocupante para los peatones que se interponían en su camino. Alex cerro los ojos y se imagino junto a Harry, en su coche, con el antifaz puesto, dejando que ella lo guiara.

Cuando llegaron a las afueras de la ciudad la metieron en una cabaña que se encontraba en medio del campo, parecía una granja. En cuanto entraron vio que se trataba de una sede que disfrazaba su refugio para que nadie sospechara. La sentaron en el suelo, no la ataron, ni le vendaron los ojos como hacían en las películas, simplemente la rodearon apuntándola con sus armas, sabiendo que la mantendrían quieta mientras amenazaran con su vida.

Devilish Grin. (Harry Styles)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora