¿Cuántas veces nos ha pasado por la mente ese extraño sentimiento depresivo llamado soledad?
En estos últimos días me he sumergido en relatos dotados de gran emotividad y sentimientos encontrados, que han calado de forma profunda en mi sentir, y hoy, con la emoción a flor de piel, deseo compartir contigo el siguiente texto.
Hola, soy Cathal, y en este día te presento el siguiente material que se llama:
—Soledad acompañada—
Hace un par de días, en el camino a casa, venía escuchando la radio mientras conducía tras haber culminado una jornada más.
La estación sintonizada era la 90.1, y Habla Corazón, el programa al aire en ese instante.
El tópico de ese día hizo alusión al tema del cual hoy os hablo, la soledad, o el sentimiento de sentirse solo.
Debo decir, que mi trayecto culminó mucho antes de que la transmisión lo hiciera, sin embargo, lo que pude escuchar, aunado a lo que he platicado desde hace tiempo con algunas personitas especiales en mi vida, me llevó a reflexionar acerca de este asunto.
Y es que:
¿Cuántos no hemos experimentado sentirnos solos a pesar de estar rodeados de personas?Sinceramente, a mí me ha pasado, quizá más de lo que me gustaría reconocer.
En ocasiones, nos involucramos en relaciones conflictivas, donde la persona que alguna vez nos amó, hoy es la causante de hacernos el peor de los daños.
A veces, no podemos lograr abrir nuestro corazón como la otra persona desea. En ocasiones, llegamos a sentirnos incluso peor nosotros por no poder hacerlo, que nuestra pareja al no recibir la misma respuesta emocional a su sentir.
Otras veces, tras tener una ruptura dolorosa, una donde pusimos lo mejor de nosotros mismos, nos sentimos vacíos, rotos, sucios, míseros, poca cosa y sin valor... ¿Alguno se identifica hasta aquí?
Llega a ser tal el dolor, que incluso somos capaces de sentir odio y repulsión hacia nosotros mismos.
—¡Estoy bien! —decimos de forma automática a la pregunta: ¿Cómo estás?
Cuando en realidad, estamos de todo menos bien.
Pero... ¿Es normal sentirnos de esta manera?
Lamentablemente sí. Y es que, pese a que intentemos tomar fortaleza de algún modo y decir —Estoy mejor solo—, la realidad de las cosas es que el ser humano es sociable por naturaleza.
Esa naturaleza que nos obliga de cierta forma a buscar agradar y demostrar afecto a otros.
De manera constante, e imperceptible por momentos, nuestro instinto solicita cierto nivel de aprobación por parte de quién nos rodea.
¡Ojo! No digo con esto que estar solo es algo malo en sí, porque existen momentos donde necesitamos un tiempo a solas, un tiempo fuera. Ya sea para ordenar nuestras ideas, disfrutar de una buena canción que nos guste, gozar de un silencio que nos permita concentrarnos, como los tiempos que a mí me sirven para poder escribir estas líneas, que hoy, tú lees.
—¡Pues decídete p*#che Cathal! ¡¿Es bueno o malo?! —interrumpió el Ente, tan amable como siempre.
Sí... me extiendo de más, lo sé. Pero para allá voy, tengan calma.
Lo que quiero decir con todo lo que hasta ahorita he comentado, es que no temas darte cuenta de dos cosas:
Aceptar tus momentos a solas, y reconocer cuando te sientes solo y no deseas reconocerlo.
En primer lugar, es importante saber cuando tener ese espacio para ti. Es válido en ocasiones aislarte un poco y librarte del ajetreo constante y saber decir "No". Porque, si no te consientes tú mismo, difícilmente alguien más lo hará por ti.
Y con respecto a lo segundo, es también igual de importante reconocer cuándo estás solo y saberlo aceptar sin querer "tapar el sol con un dedo". Solo resta que te preguntes a ti mismo lo siguiente:
—¿Estoy así porque quiero?
—¿Hay algo que pueda hacer al respecto?
—¿Son ellos los que se van, o yo soy quien se aleja?
Preguntas que parecen fáciles y sencillas de contestar, sin embargo, en muchas ocasiones lo más simple resulta ser lo más complejo.
Quienes entienden el sentimiento de sentirse solo, saben que nosotros mismos rechazamos muchas veces la verdadera respuesta... ¿Verdad?
Porque es curioso, como hay ocasiones en que sentimos más cercanas las palabras de alguien que se encuentra a cientos, incluso a miles, de kilómetros de nosotros, que la compañía de quién comparte la misma cama, ahí, a nuestro lado.
Es extraño, el sentir una emoción indescriptible cuando esa persona está ahí, en un mensaje, en una foto, en una llamada, en un escrito, en algún proyecto... Que estar en medio de una fiesta que no te provoca nada.
Tal vez no concuerden conmigo cuando digo que "No es lo mejor estar solos"
A veces la mejor manera de sortear la soledad, es hacerlo acompañado.
Tú qué me lees, dime ¿Te has sentido alguna vez de esta forma? >>>>>
No sé si estoy bien, si estoy mal, sólo es mi loca reflexión basado en mi experiencia personal y la de gente importante que me rodea, y hoy la comparto contigo.
Unos dicen: "Más vale solo que mal acompañado".
Yo digo: "Más vale tener sólo la mejor compañía"
Recuerda lo siguiente:
Estar solo es una opción... Sentirse solo, una decisión.
*******************
Y bueno, eso es todo en el tema de hoy. Uno de los tópicos más serios que he escrito hasta el momento.
Espero que te haya gustado y deseo de corazón que te sirva leerlo, tanto como a mí me ayudó escribirlo.
Un tema algo triste, pero la vida es eso mismo, un cúmulo de sentimientos y sensaciones que se superponen entre sí para dar forma a una cosa maravillosa que le llamamos existencia.
Solo hay que aceptar cada instante, cada sentimiento, bueno o malo, pues ello forma parte de nuestro archivo de vida.
Y el valor que os quiero dejar para vuestra reflexión es: La tolerancia.
Si aprendemos a trabajarla, tendremos un mejor día, una mejor semana, y quizá... solo quizá, una mejor vida.
Yo soy Cathal Ryter.
¡Gracias por leer y hacerme crecer una lectura a la vez!Nos leemos en una próxima edición, y mientras esto ocurre, yo te dejo:
Un abrazo... Un pulso... Un sentir.
![](https://img.wattpad.com/cover/139560981-288-k941968.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Onírico
Non-FictionAntología de vivencias; bibliografía inédita de vida; compendio de ilusiones rotas y sueños inconclusos. Estos, y otros más calificativos serían ideales para describir el contenido de este libro, tan tuyo como mío. Al interior de estas páginas enco...