Onírico

VIII: Intento Fallido Nº2 -BAILE-

—¿Quién no se acuerda de los buenos tiempos de los Backstreet Boys, N'Sync, Britney Spears y... *-Es interrumpido de manera abrupta-*

—¡Psst!... ¡Cathal! —le susurran al oído— ¡No son tan viejos como tú!

—¡Oh!... Este... Bueno... emm... —rueda los ojos de manera incómoda de arriba hacia abajo buscando donde esconderse.

—¡Bueno!... el punto es que, a lo mejor en alguna ocasión hemos visto una coreografía ch*ng*na, ya sea en la tele, o en vivo, y hemos dicho en nuestros pensamientos más ocultos y de closet—: "¡Weeii... quiero bailar!" Sí te ha pasado eso alguna vez... déjame decirte que no estas solo(a) y que compartimos ese mismo sentimiento.

Actualmente soy profesor de Artes, y como tal, me encargo de montar —en el buen sentido— bailes, "sketches" y obras de teatro, pero no siempre fue así; de hecho, comencé algo tarde a incursionar en el mundo de la danza... ¿por qué? Pues por que simplemente me pasé buena parte de mi educación secundaria dibujando y haciendo idioteces misceláneas.

Ahí estaba yo, todo guapo —Naaa, eso no—, tercero de secundaria, el año era 1998. Recién iniciábamos ciclo escolar. Estábamos a mitad del segundo bloque (finales de noviembre) cuando llegó un aviso por parte de la dirección de la escuela:

—Los boletos para el "2do Inter-dance escolar" ya están a la venta—

¿¡Qué!? ¡¿Segundo?!... ¿¿Cuándo fue el primero?? —Sí, así de distraído era—.

Cabe mencionar que, los boletos para dicho concurso, debían ser comprados de manera "voluntariamente a fuerzas" (o sea, a huevo), independientemente si ibas a ir o no al evento, ¿por qué? Pues por que era una de esas actividades que las escuelas realizan para obtener fondos y recursos para mejoras de las instalaciones... o al menos eso nos decían; total, compré el mentado boleto y debo confesar que, de inicio no pensaba ir, pero al final, mis amigos me convencieron diciéndome que iban a ir para apoyar a un amigo en común, José Luis, que iba a participar con una coreografía tipo-"Boy band".

Recuerdo que en ese momento pregunté:

—¿Y cuando fueron las inscripciones al concurso? —Dije con una cara de incógnita sin resolver.

—¡Weey!, ya tiene un chorro, vino la prefecta, ¿Pues donde andas o qué? —Me contestaron ellos, burlándose de mi despiste crónico.

—Este... —y recordé que si fueron a dar un aviso mientras yo estaba inmerso en el "cuadernito" dando vida a Zopilote— ¡Ah sí! ¡Ya me acordé! *-Rasqué mi nuca en señal de que mentía descaradamente-* —Sí, algo así pasó.

Bueno, el día llegó, era una fría y gris mañana de enero. Originalmente, el concurso iba a ser en diciembre, pero por alguna razón —que no recuerdo—, se pospuso hasta el regreso de vacaciones y se llevó a cabo a inicios del 99.

Llegamos al lugar del evento, el cuál fue el "Cine Diana", un antiguo cinema de la ciudad que ya no funcionaba como tal. De esos cines de antes que solo tenían una sala de gran tamaño, se exhibían dos películas por el precio de un solo boleto, y existía la "permanencia voluntaria"; mucho antes de la llegada de los Cinepolis, Cinemex y todos los grandes multicinemas nacionales; pues bien, ahí estábamos mis amigos y yo, y nos apuramos a buscar un lugar en donde sentarnos.

Ya sentados, solo nos dispusimos a esperar por el inicio del evento. Hubo un par de grupos que "abrieron el show" , recuerdo que era un grupo de chavos que eran mucho más grandes que nosotros —tal vez universitarios—, bailaron la canción de "Barbie girl, del grupo Aqua" la cual estaba muy de moda. La coreografía fue increíble, y mi ánimo se encendió... tenían mi atención.