Mala Actitud» Ziall&Joerick

Capítulo 8

Una vez que Justin y Harry llegaron donde se dirigía Zayn, observando con ojos incrédulos lo que el moreno era capaz de hacer. Cuando Zayn pareció terminar con Christian se levantó y su mirada no reflejaba más que vacío, sus ojos no transmitían nada.

Zayn pasó por su lado sin mirarlos si quiera y se perdió por las puertas del edificio. Volvieron a mirar a Christian en el suelo, casi no respiraba y una vez que todos reaccionaron se acercaron al muchacho para ver si es que estaba vivo. Un chico junto a un profesor y la enfermera llegaron corriendo.

—¡Por Dios!—exclamó horrorizada la mujer al ver el cuerpo en el suelo. Con rapidez se agachó para examinarlo y suspiro ya más tranquila, dando a entender que el chico respiraba.

Justin con Harry se miraron con preocupación, sabiendo que Zayn no podría salir tan fácil de ésta. Dieron media vuelta y volvieron por donde habían llegado.

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Zayn caminaba con lentitud, sus puños aún seguían apretados y la sangre que no le pertenecía goteaba por los blancos azulejos del pasillo.

Todos se apartaban de su camino con miedo y extrañeza.

Los ojos del moreno solo miraban hacia al frente, su mente era ocupada solo por una persona Erick, Erick, Erick, Erick, su hermanito. Sentía que le había fallado, no había estado ahí para protegerlo como debía ser, lo único que había hecho durante toda su vida había sido proteger a sus hermanos y no permitir que nada les pasara, se distrajo un segundo y lograron hacerle daño a su hermano.

Detuvo su andar y se recargo contra la pared, deslizándose hasta terminar sentado en el suelo cerca de la escalera que daba a los dormitorios, se golpeó la sien con su mano hecha puño varias veces. Sintiéndose la peor mierda del planeta.

¿Cómo podría mirar a su hermano ahora? No podía, una angustia se instaló en su pecho y sin darse cuenta lágrimas comenzaron a caer de sus ojos, desde que era niño lo único que hacía era proteger a sus dos soles y ahora habían logrado tocar a uno de ellos y no había estado ahí.

Soltó un sollozo cargado de dolor.

No podría perdonarse jamás, era algo que tendría en su cabeza por siempre.

Pasos apresurados sonaron en la escalera y Zayn levantó la mirada para ver cómo Erick se detenía de golpe al ver el estado en el que se encontraba, lleno de sangre por todos lados y llorando como un bebé.

Pudo ver como el labio inferior de su hermanito tembló y sus ojos se llenaron de agua. Zayn apartó la mirada no siendo capaz de verlo.

Erick casi se arrojó encima y tomó su rostro con ambas manos tratando de que lo mirara. Zayn no podía, no quería.

—Mírame, mírame—murmuró con voz cortada el menor.

—Yo lo siento, te fallé —seguía negandose a mirarlo, su cabeza estaba agacha.

Erick lo acurrucó contra su pecho.

—Tú jamás podrías fallarme, soy la persona más afortunada por tenerte como hermano, Zayn. No podrían haberme dado nada mejor que tú y Lauren.

Joel los miraba a ambos unos pasos alejado, dándo el espacio que necesitaban. Siendo testigo del lindo amor incondicional que se tenían ambos hermanos. Joel comprendió también que los únicos puntos débiles que tenía Zayn eran esos dos chicos de ojos verdes.

Sintió personas corriendo, miró a un lado y pudo ver cómo Lauren se lanzaba encima de sus hermanos y besaba sus caras con tranquilidad.

—Todo saldrá bien—decía sin dejar de besarlos.