Maratón 2/5
Se separó de ella pasando una mano por detrás de su cuello, desesperado. Ella al sentir su lejanía se desesperó, quería tenerlo cerca, lo que estaba pasando entre ellos era algo fuerte, intenso, cargado de mucha energía, ya no podía escapar de lo que estaba sintiendo.
― ¿Por qué no aceptaste el trabajo? ― preguntó aun de espaldas a ella.
― Porque ya acepte uno aquí, con ustedes.
―Pero este trabajo aquí solo te durara un par de días más, Nina debes irte, es lo mejor para ti.
― Y para ti lo mejor es que me quede, piénsalo, si nos va bien el este nuevo negocio, ya no tendrías que cerrar porque con eso y con lo que se esta vendiendo podemos salir adelante.
― ¿Podemos? no te incluyas Nina por favor, esto ya no tiene arreglo.
― Me incluyo porque trabajo aquí. 15 días, dame 15 días para demostrarte que podemos.
― Aunque quiera, no podemos, las cuentas no darían.
―Ven ― lo tomó de la mano y lo llevó al escritorio, tomó una carpeta donde había preparado todo un proyecto ― las cuentas sí nos dan para eso, mira si te fijas tenemos suficiente materia prima así la inversión seria mínima por estos 15 días y si seguimos tan bien como vamos lo lograremos, las ventas se están incrementando muchísimo― hablaba muy emocionada y muy segura de lo que decía.
Matteo tomó la carpeta en sus manos y la analizó por un rato, Nina esperaba ansiosa la respuesta, se había quedado sin dormir estos dos días diseñando un plan de trabajo efectivo hasta que lo consiguió, sabía que si Matteo era inteligente no se opondría jamás a eso.
― Esta bien, solo 15 días, pero con una condición.
― ¿Cual?
―Que me dejes ayudarte.
La castaña no pudo controlar su impulso y se lanzó a él dándole un fuerte abrazo, Matteo sorprendido no sabía qué hacer, poco a poco fue cediendo y la abrazó también, tenerla así tan cerca lo dejó sin aliento y sin fuerzas, fue separándose de a poco de él, de pronto Matteo se dio cuenta que al tenerla así tan cerca solo quería besarla así que no dudó más y con un movimiento ágil la tomó por la nuca, la atrajo hacia él y la besó.
Todos estos días habían sido una verdadera locura, casi no dormía y se sentía agotado, sabía que ella era la culpable de todo esto, sin embargo no sabía qué hacer para mejorar su actual situación, toda esta semana la había observado hasta el cansancio, no se cansaba de admirarla, sabía que ella no pertenecía a las calles, se comportaba de una forma única, siempre sonriendo, parecía feliz.
― ¿Cómo vas amigo? te ves fatal, ¿Qué te pasó? ― Preguntó Gastón sentándose junto a él en el comedor de la facultad, Matteo solo levanto la mirada y lo saludo moviendo la cabeza, gesto que a Gastón le extrañó, pues era su amigo desde hace un tiempo, el suficiente para conocerlo y saber que algo le pasaba ― dime, ¿Problemas con una mujer?
― ¿Se me nota tanto? ― respondió Matteo más irritado de lo normal.
― Ajá, aunque nunca espere esta respuesta ― comentó Gastón un poco asombrado.
― Pero esa es la respuesta, no sé qué me pasa con esta chica ― decidió sincerarse, necesitaba un consejo de algún hombre y quien mejor que Gastón para eso.
― Cuéntame todo de ella, y tranquilo que sabes que conmigo tu secreto esta seguro.
Matteo lo dudó por un momento pero a la final decidió contarle todo a su amigo, desde el primer día que la vio hasta aquel beso, le contó lo que sentía y mientras hablaba se daba cuenta que definitivamente se esta enamorando de ella.
― Quita esa cara y dime algo, hace rato que te conté y no reaccionas.
― Bueno amigo, déjame decirte que usted esta enamorado ― afirmó el moreno con total seguridad.
― ¿Enamorado? ¡Eso es imposible! ¿Quien se enamora en menos de un mes?
― ¡Tú!
― No debí contarte nada, definitivamente no tienes nada en el cerebro, mejor me voy de aquí.
Se levantó y se dispuso a salir del lugar.
― Deberías intentarlo ― comentó Gastón que venia caminando detrás de él ― sí y no me veas así, no te digo que te cases con ella pero, tal vez, si te das la oportunidad de conocerla más y de que ella te conozca a ti te darás cuenta de lo que en realidad pasa ― Matteo se detuvo y lo encaró mirándolo dudoso ― piénsalo Matteo ¿Qué es lo peor que puede pasar?
― ¿Y si le hago daño? No, no Gastón no quiero lastimarla, tú sabes que no soy bueno y ella es tan ingenua, tan frágil.
― Tal vez es hora de que te alejes de toda esa mierda, no te hace falta meterte nada de eso y tal vez esta es una oportunidad para salir de ese mundo.
― Ya es demasiado tarde para eso.
Sin mediar más palabras se metió en su auto y se fue a su apartamento enfrentarse a su soledad una vez más.
En la panadería las cosas iban cada vez mejor, era asombroso todo lo que habían logrado en solo diez días, ya todos se habían ido y se encontraba ella sola, en ese lugar que se había convertido en su hogar, era increíble ya había pasado un mes desde que había llegado y se sentía diferente, sin embargo había algo que la inquietaba cada vez más, y era él, Matteo. No podía dejar de pensar en él, lo extrañaba y es que desde ese día que se dieron aquel beso no pudo sacarlo de su mente, lo necesitaba cada vez más y él se comportaba tan distante, sabía que estaba pendiente de ella pues lo sentía por horas mirándola, pero no le hablaba, no la saludaba y eso la estaba matando, se durmió como todas las noches desde que estaba allí, pensando en él.
La mañana llegó y ya era hora de levantarse, los chicos llegaron como siempre y comenzaron el trabajo del día, de pronto sintió ese calor en su cuerpo que solo él provocaba y lentamente se dio la vuelta y quedó frente a él.
― Hola Matteo, tengo un reclamo que hacerte ― dijo mientras se acercaba a el lentamente.
― Hola Nina, tu dirás.
― No has cumplido con tu parte del trato, dijiste que la única forma de darnos esta oportunidad era con una condición ¿Lo recuerdas? ― la castaña hablaba con mucha seguridad.
― Si, lo recuerdo, per...
― ¡Pero nada! ― lo interrumpió ― aquí todos hemos cumplido así que haz tu parte, hay mucho que hacer ― se dio la vuelta y lo dejó allí sorprendido.
Con una pequeña sonrisa dibujada en su rostro comenzó a atender a los clientes, hacía mucho tiempo que no se sentía así, recordó por un momento como con su madre atendían a todos los clientes cuando era un niño de solo diez años, ya se había olvidado de lo que se sentía.
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EL DESTINO 💚MATTINA💚
FanfictionElla busca seguridad, compañía y estabilidad. Él necesita solucionar sus problemas y demostrarse a sí mismo y a su familia que es capaz de llevar bien el pequeño negocio y los estudios. Ninguno de los dos se estaba buscando, sin embargo la vida acer...