🖤CONMIGO🖤

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Maratón 3/5

De vez en cuando tropezaba con ella, que se mostraba nerviosa con su presencia, nervios que el aprovechó para jugar y disfrutar un poco más su trabajo, los clientes llegaban cada vez más y sin darse cuenta se le paso la tarde entera trabajando, se sintió agotado y se encerró en la oficina, los chicos se fueron Nina cerró como de costumbre, limpió todo, se duchó y cuando fue a la oficina a sacar el colchoncito inflable se dio cuenta que ahí seguía él, se había quedado dormido, se quedó allí, frente a él, observándolo por un rato y decidió
despertarlo, pues ya era tarde.

― Matteo ― lo llamó con voz muy baja ― Matteo ― volvió a llamarlo y éste no reaccionaba ― ¡MATTEO!

― ¿Qué? ¿Donde está? ― preguntó algo desorientado por no saber en qué lugar se encontraba, lentamente observó a su al rededor y reconoció la pequeña oficina y la vio allí algo asustada ―tranquila Nina, no te haré nada, solo me asuste eso es todo.

Nina solo asintió y busco el pequeño colchón y salió del lugar, acomodó todo y se sentó a leer, siempre le gustó la lectura y Meli le había conseguido un libro, perdida en la historia que estaba leyendo sintió el calor de su mirada sobre su cuerpo y al levantar la cabeza
sus ojos se cruzaron con los de él.

― ¿Siempre duermes allí, verdad? ― preguntó Matteo preocupado.

― Si y es lo mejor que he tenido en mucho tiempo, estoy agradecida por esto también.

― Levántate y recoge tus cosas ―ordenó.

― ¿Qué? ¿Para qué? ― quiso saber Nina poniéndose de pie frente a él.

― Tengo un apartamento demasiado grande para mi solo, te vas conmigo ― habló convencido de que la castaña aceptaría irse a vivir con él.

― Claro que no, no me iré a vivir contigo ― respiró profundamente intentando calmarse ― mira, te lo agradezco, pero estoy bien aquí, de verdad, además tengo que estar aquí muy temprano.

―Te traeré por eso no tendrás problema, no tengas miedo, no te haré
nada malo, esto lo haría por cualquier persona no te sientas especial ― dijo más para él mismo que para ella, no tenía idea de lo que estaba haciendo pero ya era tarde para pensar.

― Me iré contigo, sólo si nos dejas trabajar un tiempo más.

― ¿Cuanto tiempo?

― Será indefinido, tal vez uno o dos meses, no lo sé.

― Dos meses, en ese tiempo veremos qué pasa, pero tendrás que vivir en mi apartamento durante esos dos meses.

― Me parece bien, puedo con eso.

― Perfecto, entonces tenemos un pacto, Nina.

― Tenemos un pacto, Matteo.

Dicho esto recogió todas sus cosas, que no eran muchas, solo lo que Meli le había conseguido, tres mudas de ropa y algunas cosas de uso personal, un par de zapatos y una chaqueta que Manu le había regalado, pues hacía mucho frío, metieron todo en el asiento trasero del auto negro y salieron de allí directo al apartamento de Matteo, él con una sonrisa en su rostro y de muy buen humor, ella nerviosa y con un leve cosquilleo en el estomago.

Llegaron al edificio, subieron hasta el piso 7 en el ascensor, entraron al apartamento, Nina observó todo el lugar, era muy bonito, perfectamente decorado con unos muebles enormes color marfil con cojines de distintos tonos de verdes, las paredes limpias y de un color blanco impecable, unas enormes ventanas en la parte de atrás
cubiertas por una gruesa cortina verde oscuro, habían unos cuadros colgados en las paredes y adornos que no parecía en lo absoluto un apartamento de un chico soltero, la cocina muy amplia con
electrodomésticos de última generación, todo estaba extremadamente limpio, Matteo la guió por un pasillo y se detuvo frente a la segunda puerta, la abrió y la invito a pasar, era una habitación muy amplia, de paredes color azul cielo y cortinas blancas, una cama enorme en el centro de la habitación en el lado derecho había unas puertas que seguro eran del armario y otra puerta al lado que parecía ser el baño, se acercó a las cortinas y al abrirlas quedó sorprendida, la vista desde allí era hermosa, de noche era una ciudad bellísima, se dio la vuelta y Matteo la observaba desde el umbral de la puerta con rostro divertido.

― Esta será tu habitación, allí esta tu baño y si necesitas algo no dudes en pedírmelo ― le informo y guiñándole un ojo salió de la habitación.

El despertador sonó a las 4:30 de la mañana, debía levantarse temprano para llevar a Nina a la panadería, se dio una corta ducha y se vistió como de costumbre, un jean negro y una franela blanca, se puso sus botas y salió a la cocina algo despeinado, la buscó por todos lados y no la vio -¿Será que se quedó dormida?- pensó así que decidió ir a despertarla, tocó dos veces la puerta y al no obtener respuesta alguna decidió entrar y allí estaba ella, sentada en una
pequeña silla, frente a la ventana con un libro entre las manos, la castaña estaba tan concentrada en su lectura que no escucho ruido alguno.

― Buenos días Nina ― saludó Matteo con la voz más ronca de lo normal.

La castaña se asustó y dejó escapar un pequeño grito ahogado ―¡Por dios Matteo! ¿piensas matarme?

―Perdón ― dijo levantando las manos en señal de paz ― toqué y no respondiste, no quería asustarte, ¿Estas lista? es hora de irnos.

―Si, estoy lista, no te escuché tocar la puerta, estaba concentrada en mi lectura y Buenos días.

― ¿A que hora te levantaste? ― quiso saber Matteo mientras bajaban por el ascensor.

―No sé, supongo que temprano, no tengo reloj.

―Tenemos que arreglar un pago para ti, has trabajado mucho y necesitas comprarte tus cosas.

― No, ya es suficiente con lo que estas haciendo por mí.

― No te estoy preguntando Nina, mañana no trabajamos, podrás salir y comprarte lo que quieras.

Llegaron al auto y subieron a éste, no hablaron nada en todo el camino, Matteo encendió la radio y dejó que sonara una canción cualquiera, al llegar a la panadería ya los chicos habían llegado, Meli notó que llegaron juntos y en lo que Matteo se encerró en la oficina Meli fue tras el.

― ¿Qué estas haciendo, Matteo Balsano? ― preguntó Meli, cerrando
la puerta tras ella.

― ¿Qué estoy haciendo de qué,
Melissa?

― Sabes muy bien de lo que hablo ¡llegaste con ella!

― ¡Lo sé! ― hizo una pausa y observó a Meli que esperaba una respuesta detallada ― esta bien, me la lleve al apartamento y no pongas esa cara, no le haré nada.

― Te gusta, Nina te gusta.

― ¿Y a quien puede no gustarle? Nina es...

― ¿Nina es...?― Meli rió escandalosamente ― Matteo, por favor, ella no es como las muchachas esas a las que estás acostumbrado, ella no es de la calle y tiene un pasado doloroso.

― ¿Te ha contado algo? ― preguntó preocupado.

― No, pero sé que es así, su mirada es una mezcla de inocencia y dolor.

― Lo sé, ella es diferente, no la veo como a las demás chicas Meli ― respiró profundamente ― escucha, solo le he contado esto a Gastón, no sé lo que me pasa con ella, pero, cuando me mira, es como si me desarmara y al besarla es...

― ¿¡La besaste!?

Matteo solo asintió, Meli lo invitó a sentarse en el mueble y se sentó junto a él.

― Matteo, ella no sabe nada de ti, ella no sabe las cosas que tú haces, ¿Qué piensas hacer?

― Nada, no estoy diciendo que este enamorado, solo me gusta, además ella jamás se fijaría en un alguien como yo, sé que debo mantenerla lejos de todo eso y no te preocupes que ella no sabrá nada.

― ¿Y cómo vas a hacer para que no se entere? se dará cuenta, ya vez que no es ninguna tonta.

― De eso me encargo yo, por favor necesito que le asignes un pago justo, ha trabajado mucho y necesita comprarse sus cosas, se generosa con ella.

― Sé que ella esta haciendo algo más que ayudarnos con la panadería, te esta cambiando a ti, te ves diferente, tal vez a ella también le gustes ― dijo mientras se levantaba del mueble y salía de la pequeña oficina.

EL DESTINO 💚MATTINA💚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora