💞NO TODO ESTA PERDIDO💞

162 8 3
                                    

No se dio cuenta en qué momento se había quedado dormida, notó que ya estaba amaneciendo, los claros rayos del sol entraban por la ventana e iluminaba el lugar que no había detallado bien, era una habitación realmente grande, parecía sacada de una revista, la decoración era asombrosa, con muchas telas en tonos pasteles, sin duda esa casa tenía que ser de él pues los gustos de su tío siempre fueron ostentosos. Noto que en una pequeña mesa puesta al lado derecho de la cama había un vaso de jugo que al parecer era de naranja, había ropa perfectamente doblada y un papel doblado, lo tomó en sus manos y lo desdoblo para poder ver lo que decía:

"Prepárate bonita, en una hora vengo por ti y espero que estés preparada para salir a hacer unos mandaditos.

P.D. te deje un delicioso jugo de naranja, espero que te guste.

Alexis."

Sintió nauseas al leer ese nombre al pie de la nota, y acordándose de la promesa que se había hecho ella misma la noche anterior se sentó en la cama y tomó la ropa en sus manos la revisó bien y se dio cuenta que en el bolsillo del pantalón había un papelito muy bien
doblado, sintió el corazón acelerarse al darse cuenta que era la letra de Simón.

"Nina no puedo explicarte nada ahora pero debes saber que estoy buscando la manera de sacarte de todo esto, estoy de tu lado y te voy a proteger, haz todo lo que te digan y no dejes que vean el arma que tienes, en cualquier momento tendremos que enfrentarlos así que necesito que estés fuerte y preparada, hoy dormirás tranquila hermanita, hoy acaba esta pesadilla, te quiero. Simón."

Apretando la nota en sus manos y lloró al saber que su mejor amigo, su hermanito no la había abandonado como ella y todos pensaban, se limpió las lágrimas y decidió ser fuerte hoy, una vez más. Confiaría en Simón, en Gastón y Matteo que seguro la estaban cuidando, debía avisarles, tenia que hacerles saber que estaba bien y que Simón la iba a ayudar.

⤵⤵⤵⤵⤵⤵⤵⤵⤵⤵⤵⤵⤵⤵⤵⤵⤵⤵⤵⤵⤵⤵⤵⤵

Gastón estaba dormido, se habían turnado toda la noche para hacer
guardias y mantener la casa vigilada, Matteo ya sentía la desesperación correr por sus venas, era estresante ver como pasaba la noche sin nada que pudieran hacer, los hombres que llegaron en la
camioneta se habían ido en plena madrugada y ahora solo debían esperar el momento ideal para sacarla de allí.

Necesitaba un café, recostó su cabeza en el vidrio de la ventana del asiento del copiloto donde estaba sentado y recordó aquella hermosa mañana cuando la vio por primera vez, Nina con su carita sucia y cabello descuidado, ¿Quién pensaría que después de estos meses él iba a estar tan enamorado? Tenía tantas cosas por hacer, tantos
sueños por lograr. No se rendiría, la rescataría y harían una vida juntos.

↪↪↪↪↪↪↪↪↪↪↪↪↪↪↪↪↪↪

― Ya estoy Lista ― aseguró la castaña al ver que Alexis entraba a su habitación.

Se había duchado y vestido con la ropa que le había dejado, peino su cabello y lo ató en una cola alta, se había tomado el jugo de naranja y había votado la nota de Simón deshaciéndola con agua y dejando que se fuera por el desagüe de la ducha.

― Estas preciosa, sabia que esa ropa te quedaría perfecta ―comentó Alexis mientras la examinaba detenidamente y sin disimulo alguno ― Aunque pensándolo bien me gustas más con el cabello suelto pero si quieres sujetarlo así, esta bien.

― ¿Qué haremos hoy?

― Así me gusta, bien dispuesta. Sígueme vamos a ver al Jefe.

Salieron de la habitación y fueron directamente a la cocina, su tío estaba desayunando y al notarla allí dejo la comida y se levantó de inmediato.

― Buenos días sobrina, veo que ya estas lista, vamos a hacer una visita al banco y ya que solo iremos con Alexis y Simón así que te sugiero que te portes bien porque cualquier resbalón no lo voy a pensar dos veces y daré la orden para que te maten ¿Me entendiste, sobrinita?

― Perfectamente, Tiíto ─ respondió con el mismo tono irónico con el que él le hablaba. No estaba dispuesta a dejarse amedrentar, si tenía que renunciar a todo su dinero lo haría, pero saldría viva de todo esto y empezaría de nuevo.

― Bien, entonces... Vámonos

Esta era su oportunidad, si iban a ir al banco debía ingeniárselas para armar un plan y así poder huir pero debía decirle a los chicos ¿Cómo les avisaría?

✳✳✳✳✳✳✳✳✳✳✳✳✳✳✳✳✳✳✳✳✳

― No puedo seguir aquí, tengo que hacer algo ― dijo Matteo saliendo del auto.

― Hey ¿A dónde crees que vas?

― A ver si escucho algo, no sé, solo... No pienso quedarme allí sentado a esperar que un milagro suceda.

― ¡Tenemos que ser cuidadosos Matteo, por favor!

― ¡Si, lo sé! Solo déjame hacer algo si no, la angustia me matará.

Salió del auto sin esperar respuesta alguna, la casa estaba vigilada y allí todos lo conocían así que no podía acercarse mucho, logró esconderse tras unos arbustos que estaba cerca de la salida, no era el mejor lugar pues no estaba tan cerca cómo quería pero estaba seguro que no lo verían, aguardó un momento y levantándose un poco logro ver al interior de la casa y entonces la vio y su corazón se detuvo por un momento.

Salieron de la cocina y se detuvieron en el pasillo mientras le daban instrucciones a los guardias de cómo cuidar la casa durante su ausencia y de pronto sintió ese calor en su piel, ése que sentía solo al ser observada por él, lo había sentido muchas veces en la panadería cuando él se quedaba por horas observándola desde la puerta de la cocina mientras ella distraídamente preparaba los postres, sonrió algo nostálgica al darse cuenta que lo extrañaba tanto que lo sentía en todo momento y de pronto, como si alguien la llamara giró su rostro y al ver por la ventana vio los ojos cafés mas hermosos que había visto en su vida. Él, Matteo estaba allí mirándola y haciéndole saber que todo estaría bien.

― ¿Puedo ir al baño antes de salir? ― pregunto Nina mientras fingía aguantar ganas de ir al baño.

― ¡Ve rápido, Simón acompáñala!

Caminaron al baño y al entrar ella dejó intencionalmente la puerta medio abierta, Simón se dio cuenta y se acercó para poder escuchar lo que su amiga quería decirle.

― Simón, confió en ti, Matteo está escondido allá afuera, si tan solo pudieras buscar la manera de comunicarte con él y decirle a donde
vamos, esta puede ser nuestra oportunidad de escapar y ellos nos van a ayudar.

― ¿Ellos? - pregunto Simón confundido ― ¿Quiénes están allí afuera?

― Matteo y un amigo. Confía en mí, por favor.

― ¿Te sabes su número de teléfono? Haré lo posible por llamarlo y darle la información.

Luego de darle el número a Simón, decidió que era el momento de salir del baño y volver al lugar donde estaban, vio por la ventana y allí estaba él todavía, Simón tomó su teléfono como si estuviera llamando a alguien y salió de la casa buscando un lugar seguro para hablar y marcó el numero que Nina le había dado.

Tirado en el suelo sintió su teléfono vibrar lo tomó sin fijarse demasiado en el número.

― Escucha, no tengo mucho tiempo pero Nina me pidió que te informara esto, vamos a estar en el banco central más cercano, solo iremos el jefe y dos de nosotros, espero que puedas acercarte y ver la manera de rescatarla, debes saber que contarán con mi ayuda.
Protegeré a Nina con mi vida si es necesario ― y así, sin decir más quitó el teléfono de su oreja colgando la llamada se dio la vuelta y volvió a entrara a la casa, miró a su amiga y con un ligero
asentimiento de cabeza le hizo entender que el mensaje había sido entregado con éxito, ella no pudo evitar que una ligera sonrisa se dibujara en sus labios mientras salía por la puerta directo a su
destino, su libertad.

EL DESTINO 💚MATTINA💚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora