💖MIEDOS💖

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Los chicos contaron todo el plan a Nina, Gastón estaba totalmente convencido de que iba a funcionar todo a la perfección, Matteo aun tenía ciertas dudas y no se sentía para nada tranquilo al saber que ya no había vuelta atrás.

― Tómala, te enseñare a usarla ― dijo Matteo a Nina entregándole una pequeña pistola negra.

Nina recibió la pequeña arma que para su sorpresa calzaba perfectamente en su delicada mano, no sabia si seria capaz de usarla pero estaba dispuesta a aprender por si tenía que defenderse.

― Matteo yo... no voy a estar preparada para esto.

― Si lo estarás, yo me encargaré de eso.

─ Deberían ir a practicar ─ propuso Gastón tomando las llaves de su auto─ yo tengo que salir, aun faltan muchos detalles que afinar.

Decidieron hacerle caso a su amigo y se fueron a unos terrenos a los que ellos acostumbraban visitar con la intención de practicar, sabia que allí nadie les molestaría. Pasó gran parte de la tarde tratando de explicarle todo lo relacionado a las armas y dándole alguno que otro consejo para que la dominara, sin embargo Nina tenia muy mala puntería y falló los casi treinta tiros que iban dirigidos a una lata que se encontraba a poco más de diez metros de distancia y después de 5 horas de entrenamiento ya era suficiente, debían volver a casa.

Se subieron al auto y Matteo condujo por más de media hora, esto a Nina le extrañó mucho pues conocía la ciudad y sabía con exactitud que ese no era el camino al apartamento de Gastón.

― ¿A donde vamos? ― quiso saber nerviosa.

― Te llevaré a mi lugar de tranquilidad.

Veinte minutos mas tarde Matteo apagó el motor del auto, Nina no podía ver nada, eran solo arboles y nada más, Matteo espero que bajara del auto, la tomó de la mano y caminó junto a ella.

Todo estaba oscuro, solo la luz de la luna era lo que alumbraba el lugar, Nina pudo notar una luz y poco a poco fue notando lo que había detrás de esos arboles, era una pequeña casa. Al entrar y ver lo que había allí dentro entendió que esa era la casa de los padres de
Matteo, había una pequeña mesa con algunos portarretratos donde se apreciaba la hermosa familia que tenía.

─ Aquí nací y crecí... viví los mejores años de mi vida en esta casa ─ hablaba con tanta melancolía que Nina no pudo evitar sentir el corazón enternecido por causa de ese hombre que ahora le mostraba una parte nueva de su alma, esa que tanto quería conocer. ─ la última vez que vine fue el primer día que trabaje para el Don ─continuó explicando ─ estaba tan nervioso. Sabía que estar aquí me iba a hacer sentir paz y justo eso es lo que necesito ahora Nina.

Se acercó a él y le abrazó, ella también necesitaba paz pero solo la tendría teniéndolo a él, no necesitaba nada más.

― Tengo miedo ― confesó pegada a su pecho y sintiendo unas inmensas ganas de llorar ― Tengo miedo de perderte.

― No va a pasar nada malo, te protegeré con mi vida si es necesario.

― Si las cosas se ponen mal...

― Eso no va a pasar Nina.

― Solo... Prométeme que si las cosas se ponen mal me dejarás ir con ellos.

― No puedes pedirme eso ― dijo separándose un poco de ella ― Te acabo de decir que te protegeré con mi vida ¿y me pides que te deje ir?

― No puedes protegerme con tu vida, si te pasa algo moriremos los dos, pero si me llevan y tú quedas vivo, lucharé para regresar a ti, tú serás mi motivo para pelear.

― No, no dejaré que te lleven, no si puedo impedirlo y voy a impedirlo, de la manera que sea ¿Está bien?

― Matteo entiéndeme, no podré vivir con el peso de tu muerte sobre mis hombros.

― Entiéndeme tú a mi, no va a pasar nada malo, saldremos de esta y nos iremos muy lejos, solos tú y yo, donde nadie nos moleste y comenzaremos todo de nuevo ¿si?

Nina solo asintió, estaba aterrada, no sabía lo que pasaría esa noche y ni siquiera sabía usar un arma, pensar que debía enfrentarse a su mejor amigo la destrozaba, Simón era más que su amigo, era su hermano, jamás pensó estar en una situación así.

― Quiero que mañana lleves esto puesto ― dijo Matteo entregándole una cadena de plata con un dije de un trébol igual de plateado que la cadena― Me la regaló mi hermana antes de irse con
mis padres, de alguna manera me siento conectado con ellos, por eso nunca me la quito.

― No Matteo, debes llevarla tú...

― Me hará sentir conectado a ti también y tú podrás sentirme siempre contigo. Escucha, no importa lo que pase, siempre serás el amor de mi vida, el lugar donde quiero estar, siempre serás mi hogar.

― Vamos a estar juntos Matteo, voy a regresar a ti, pase lo que pase.

Ya eran casi las 12 cuando llegaron al apartamento de Gastón, Nina
inmediatamente se dio una ducha y se fue a dormir, estaba agotada, todo el día lo había pasado entrenando con Matteo, luego pasaron un rato en aquella hermosa casa, aun podía sentir los brazos de Matteo a su alrededor, se sentía protegida.

― Aun no puedo creer lo que me dices ─ comentó Gastón sentándose frente a el ― ¿Tan mala es?

― Más de lo que te imaginas, duramos más de cinco horas practicando y no logro dar en el blanco ni una vez.

― Bueno, al menos ya lo sabemos, deberíamos descansar, mañana es día difícil.

― Tienes razón amigo, voy a descansar, hasta mañana.

Nina estaba dormida cuando sintió unos brazos a su alrededor, se despertó asustada y se dio cuenta que era él, ya estaba dormido, se veía tan tranquilo con su cabello alborotado y su boca ligeramente abierta, se recostó sobre su pecho y podía escuchar su lenta
respiración y los latidos de su corazón y dejándose llevar por esa suave melodía se quedó profundamente dormida.

EL DESTINO 💚MATTINA💚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora