💕TE QUIERO💕

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― Matteo quiero pedirte un favor ― manifestó Nina.

― Claro, dime ¿Qué necesitas?

― Quiero que me lleves a la casa de Melissa, le debo una disculpa.

― Esta bien, vamos ― contestó y tomando las llaves salieron.

Desde que salieron del apartamento no pararon de hablar, Nina le comentó a Matteo lo agradable que era su amigo, él le contó algunas anécdotas de cuando eran niños, se conocían desde que estaban en el jardín de infancia, por eso eran como hermanos, los padres de Gastón eran como unos padres para él, Nina lo escuchaba atenta, le gustaba
cuando se comportaba así, tan expresivo, eso le permitía conocerlo
más, de pronto Matteo fue bajando la velocidad hasta estacionarse frente a una humilde casa.

― Es aquí ¿Quieres que te acompañe?

― No, espérame aquí, no me tardaré.

Bajó del auto y se acercó a la puerta principal de la casa, tocó el timbre y esperó que alguien saliera, escuchó que giraban la manilla y salió Meli que al verla la abrazó de esa única manera en la que una madre abraza a sus hijos, haciendo que Nina se estremeciera al
recordar a su madre.

― Meli, discúlpame, no debí comportarme así, sé que te preocupé,
no lo volveré a hacer.

― Mi niña, me preocupé demasiado, sé que te sentiste presionada, no volveré a forzarte, cuando estés lista me lo contarás.

― Gracias por entender, mañana estaré sin falta.

Luego de otro largo abrazo Nina volvió al auto, Matteo la esperaba y al verla se dio cuenta que tenía los ojos llenos de lágrimas, encendió el motor del auto y salieron a toda velocidad, Matteo con su
mano derecha tiernamente tomó una mano de ella y entrelazó sus dedos, Nina agradeció el gesto con una leve sonrisa.

Cuando Nina regresó al auto se suponía que tenían que regresar a casa pero quería estar más tiempo con ella, conocerla y así tratar de descubrir qué o quien la tenía tan atormentada.

Nina se dio cuenta desde que el auto comenzó a moverse que no iban de regreso a casa porque aunque no conocía la ciudad sí sabía que el puente los hierros no estaba en la ruta habitual.

─ Nina despierta, llegamos

No supo en que momento se quedó dormida y cuando despertó no supo donde estaban, al salir del auto se percató que hacía más frío de lo normal, Matteo se acercó a ella y tomándola de la mano caminaron hacia la salida del estacionamiento y fue cuando pudo ver el hermoso paisaje que la rodeaba.

─ Bienvenida a las Lomas de Cubiro ─ dijo Matteo colocándose detrás de ella para que pudiera apreciar la verdadera belleza de aquel lugar.

Frente a ellos todo era verde, grandes lomas se extendían por todo el paisaje, calles de tierra y piedra. Las personas iban y venían disfrutando del agradable clima, la brisa fría que hacía allí
apaciguaba los fuertes rallos del sol que fuerte y brillante dominaba el claro cielo. Verdaderamente era un lugar hermoso.

Se dejó guiar por Matteo que conocía muy bien el lugar y decidieron sentarse en una de las grandes lomas rodeados de niños que jugando corrían por todos lados.

─ Que hermoso es todo esto ─ comentó al tiempo que jugaba con el
pasto que se extendía por todo el terreno.

─ Si, esta es una de las ciudades más antiguas de Argentina.

─ ¿Y cómo es que sabes tanto de este lugar?

─ Mi madre trabajaba como guía turística aquí ─ decidió abrirse un
poco a ella, después de todo para recibir primero hay que dar ─algunas veces cuando llegaba a casa me hablaba de los recorridos que había hecho en el día.

EL DESTINO 💚MATTINA💚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora