EL DESTINO 💚MATTINA💚

❤PREGUNTAS❤

Maratón 4/5

Matteo se quedó con una sonrisa en su rostro, no sabía bien qué quería hacer pero de lo que estaba seguro era que quería cambiar, quería ser mejor para ella, así que llamó a su jefe y organizó todo para el domingo en la noche, si todo salía bien esa sería la última
encomienda.

Se levantó y se dispuso a ayudar en lo que podía, atendiendo a los clientes que cada vez eran más, de vez en cuando la observaba, era encantador escuchar su risa, escucharla hablar con tanta dulzura y seguridad a cada cliente lo dejaba maravillado, cuando sus miradas se cruzaban sentía que el tiempo se detenía y todo transcurría en cámara lenta, ya estaba oscureciendo y los clientes ya se habían retirado, Meli estaba en la oficina y los chicos hablaban muy animadamente en la cocina pero antes de entrar se detuvo al escucharlos hablar.

― Sé que te pasa algo, hoy estás más feliz de lo normal ― aseguró Manu.

― No quiere decir nada Manu, ya la interrogué todo el día y nada ― esta vez el que habló fue Alejandro.

― Les diré pero prometan no preguntar más.

― ¡Lo prometemos! ― respondieron los dos al mismo tiempo.

― Bueno es que... creo que me gusta alguien, no estoy segura, solo se que me agrada mucho, su sonrisa es perfecta y sus ojos, ¡Dios! sus ojos son la cosa más hermosa que he visto en mi vida y su mirada es como fuego sobre mi piel...

― ¡Oh. Por. Dios! ― dijo Alejandro

― ¿Estás enamorada? ― interrogó Manu.

― No, vamos Nina, tienes que decirnos quien es.

― No les diré nada, además prometieron no preguntar y solo para
aclarar el punto, no. No estoy enamorada.

Matteo sintió que su corazón se detenía, estaba seguro que estaba hablando de él, no había duda, escucharla expresarse así fue algo que jamás se esperó, quiso retroceder y tropezó unas bandejas haciendo que éstas se cayeran ocasionando un gran estruendo, los chicos rápidamente corrieron a ver que pasaba y se encontraron con un Matteo totalmente rojo de la vergüenza.

― ¿Nos estas espiando, Matteo? ― preguntó Manu algo sorprendido.

― Claro que no, solo vengo por Nina, ya es hora de irnos y tienes que pasar por la oficina antes, Meli te esta esperando.

La castaña solo asintió y se dirigió rápidamente a donde Meli la esperaba, se encontró con ella y esta le tendió un sobre.

― ¿Qué es esto? ― preguntó Nina.

― Es tu pago de la semana, ganarás un salario igual que todos.

― Meli, yo no...

― No te estoy preguntando Nina, tómalo y ya, es lo justo.

Nina asintió y recibió el sobre, guardándolo en su bolsillo salió de allí y fue a donde Matteo la esperaba subieron a su auto y se perdió como siempre mirando por la ventanilla, no paraba de pensar si él la había escuchado hablar con los chicos, sus planes de alejarse de el se estaban complicando cada vez más.

― ¿Pizza o comida china? ― preguntó Matteo, la verdad es que después de lo que había escuchado se quedó muy inquieto, recordaba las palabras de su amigo Gastón, quería conocerla, lo intrigaba su comportamiento.

―La verdad, ninguna de las dos ―respondió Nina con indiferencia.

―La comida china te lo acepto, pero las pizzas ¿De verdad no te gustan? ― Nina solo negó con la cabeza ― ¡es imposible!