Matteo sirvió el desayuno y se sentaron a comer en un silencio agradable y tierno, de vez en cuando intercambiaban miradas y sonrisas tiernas.
― No quiero que vuelvas a decir que no eres nada en mi vida, Nina ― pidió Matteo con voz dulce ― no sabes lo que eres para mí ― sonrió ― la verdad es que ni yo mismo lo sé. El caso es, que algo estas haciendo en mí y me asusta un poco, pero también me gusta.
― Matteo yo...
― Shh ― la silenció con dos dedos sobre sus finos labios ― no digas nada ahora, si quieres salgamos de compras, debo comprar algunas cosas que faltan y tu seguro querrás comprar algo así que vamos ¿Que dices?
― Me parece perfecto, dame diez minutos y estoy lista.
Rápidamente subió a su habitación, cerró la puerta y se recostó en ella, ¿Qué había pasado? Se sentía nerviosa, nadie nunca le había dicho esas cosas, Matteo le gustaba, hasta ahora había sido el hombre perfecto, no le conocía ningún defecto y los que había visto le
parecían encantadores, -¿Será que también le gusto?- se preguntó, sin embargo eso era algo que debía descubrir.Salió de su habitación y Matteo ya la esperaba, salieron y entraron en el ascensor.
― ¿Podrías por favor guardar esto? ― pidió entregándole el sobre que Meli le había dado con el pago de su trabajo
─Tranquila Bonita hoy soy su chofer, princesa ― y haciendo reverencia la invito a salir, llegaron al estacionamiento y Nina comenzó a buscar el auto con la vista, Matteo la tomó de la mano y la guió a otro lado.
― Hoy saldremos en mi bebé ― dijo Matteo señalando la moto negra.
― No, me da miedo, nunca me he montado en una ― se quejó la castaña.
― No tienes que tener miedo, además vas conmigo que soy un experto, confía en mí bonita.
No podía negarse y él lo sabía. Y es que cuando la miraba así de esa forma tan única la desarmaba totalmente y perdida en esos hermosos ojos cafés declaró.
― Confió en ti.
Él se subió a la moto y le tendió la mano para ayudarla, decidió subirse, ya una vez arriba buscó donde agarrarse, ya Matteo había prendido el motor así que en cualquier momento arrancaría, se
pusieron sus cascos.― Aquí Nina― dijo Matteo señalando su cintura.
Ella lo dudó un poco pero a la final accedió, pasó sus delgados brazos aferrándose fuerte a él, que al sentirla tan cerca sintió su corazón acelerarse de una forma sorprendente y sin esperar más salieron.
Llegaron al centro comercial, lo primero que Nina quiso comprarse fue un teléfono celular, luego algo de ropa, una crema corporal y un perfume de frutas que tanto le gustaba usar, compró algunas otras cosas y él también compró lo que necesitaban para la casa, de allí
salieron al mercado a comprar algunos víveres, compraron comida y ella compró helado y para preparar palomitas de maíz, era domingo así que quería estar en su habitación, leyendo o viendo alguna película.Llegaron a la casa con algo de dificultad por la cantidad de cosas que traían en la moto, prepararon sus almuerzos juntos, ya la tensión de la mañana se había disipado y se comportaban como si fueran amigos.
En la tarde cada quien subió a su habitación a descansar, la mañana había sido algo fuerte, Nina ordenó sus cosas nuevas en su habitación, se dio una ducha, se vistió con un conjunto deportivo de lycra que se ajustaba bien a su cuerpo y además la hacia sentir
cómoda, tomó su teléfono nuevo y se acostó en su cama un rato a explorarlo no tardó mucho en quedarse dormida profundamente.Ya eran las seis de la tarde y Matteo preparó una cena ligera y la subió a su habitación y luego fue a la habitación de Nina a despertarla, tocó la puerta tres veces hasta que esta se abrió.
― Buenas noches, dormilona ― saludó juguetón.
― Buenas noches ― contestó ella estirándose un poco.
― Vengo a invitarte a mi cine particular, donde nos están esperando unas cuantas películas y nuestra cena, ¿vienes?
― Claro ― dijo con una sonrisa en su rostro.
Llegaron a la habitación de Matteo y al entrar notó rápidamente su olor que estaba impregnado en todo el lugar, las paredes pintadas de un azul oscuro con algunas rayas negras, una enorme cama en el centro y en la pared un televisor gigantesco, había una guitarra puesta por allá en un rincón al lado de una pequeña mesa donde descansaban unas hojas y lápices. Del lado derecho de la habitación había una mesa con dos platos -la cena- pensó. Caminaron hasta ella, había dos platos con pollo y vegetales, una porción pequeña para cada uno.
― Y... ¿Qué películas te gustan? ― preguntó Matteo rompiendo el silencio.
― Pues de todo menos las de terror.
― Que bien, bueno a mi me gustan todas las que te gusten a ti...
― Podemos comenzar con una comedia si quieres ― propuso ella muy animada.
― Perfecto, será comedia entonces.
Terminaron de comer y se sentaron en la cama, pues desde allí se apreciaba mejor la pantalla según él, ella lo acompañó aunque sabía que era mentira; con esa pantalla tan grande seguro se apreciaba bien de cualquier parte de la habitación.
― ¡Nos falta algo! ― exclamó Matteo ― ya vengo traeré helado y dulces ― le dio un beso en la frente y bajó rápidamente.
Un teléfono comenzó a sonar encima de la cama, era el de él, Nina miró la pantalla y salía número desconocido.
― ¿Hola? ― atendió ella la llamada, nadie respondió ― hola ― volvió a decir y colgaron.
Matteo entró con lo que había prometido y se sentó justo donde estaba.
― Matteo, alguien llamó a tu teléfono, contesté y nadie habló hasta que colgaron, disculpa por haber atendido.
Matteo tomó el teléfono, lo revisó y al ver quien lo llamaba, decidió llamar él.
― Hola amigo... Si, en mi apartamento... No, no estoy solo... Con
Nina, una amiga.... Si, solo una amiga.... Calma tu mente sucia, esta aquí a mi lado.... Nos vemos mañana... y lleva lo de que tenemos pendiente, no he estudiado nada... okay ¡nos vemos mañana! Era Gastón, mi mejor amigo, pronto lo conocerásElla solo asintió, y así fue pasando la película comiendo helado y dulces, entre una película y otra, entre risas, llanto, miedo, se quedaron dormidos, sin duda este había sido uno de los mejores domingos de sus vidas.
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EL DESTINO 💚MATTINA💚
FanficElla busca seguridad, compañía y estabilidad. Él necesita solucionar sus problemas y demostrarse a sí mismo y a su familia que es capaz de llevar bien el pequeño negocio y los estudios. Ninguno de los dos se estaba buscando, sin embargo la vida acer...