Cinco.

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-¿De verdad vas a quedarte a dormir? -mis ojos van hacia él, que esta acostado en mi cama mientras mira el techo. Se apoya en sus codos para mirarme y habla.

-Si quieres.

-¿Tú qué quieres?

-Quedarme a dormir.

-Tu quieres, supongamos que yo tambien. Tú te armas tu cama. -indico cruzandome de brazos- El colchon está debajo de mi cama y las sabanas en aquel closet.

-Fácil.

-Bueno -acomodo la voz de mi garganta- Me gusta dormir con la luz apagada y con una lampara prendida. Aire acondicionado por si tengo calor y quiero sacar una pierna. Me eh caido dos veces para la izquierda así que duerme a la derecha. Si roncas o toces, duermes en la sala. Y, por último, no puedes pararte para ir al baño pasando las cuatro am.

-¿Puedo respirar? -pregunta con ironía y me sonríe.

-Tampoco puedes sonreír -lo considero necesario, por que caeré para la derecha si sigue sonriendome así.

-Estas bromeando. -vuelve a sonreír.

-La sala te espera -digo sin paciencia.

-Ya, ya, ya. No sonreiré -me toma la mano y me mira a los ojos. Miro sus labios y noto que quieren curvarse, vuelvo a mirarlo a los ojos y entrecierro los mios.

-Tres cupones. -digo desviando la mirada.

-No se vale, soy de sonreir mucho, ya tendría que estar preparando el colchon en la sala -una carcajada sale de su boca y sonrío bajando mi cabeza.

-Es la primera vez que veo tu sonrisa, y ya quiero verte así siempre.

-No sonreí -niego con la cabeza y me dirijo hacia el closet para sacar mi pijama y no escucharlo. No me decido si el entero de unicornio o el entero de pantera rosa.

Elijo al azar y tomo el rosa, entro al baño y noto que Joel me mira con interes antes de cerrar la puerta.

Termino de vestirme y dejo la ropa que está sucia en el canasto. Suspiro antes de abrir la puerta y mirar hacia donde está Joel. No nota mi presencia y coloca la última frazada en su colchón.

Apago la luz y me mira con curiosidad.

-Necesito uno de esos -me señala y sonríe. No quiero decirle que tiene un cupón menos por que admito que me encanta que lo haga, solo que no puedo resistirme y una corriente pasa por mi estómago.

-Bueno, puedo prestarte uno... -susurro yendo a mi closet y agarro el de pantera rosa, dándoselo en la mano.

Me mira y antes de que sienta la corriente de nuevo, se saca su camisa. Quiero cerrar los ojos pero mi cerebro se dedica a observar su abdomen. Prosigue con sus pantalones y me odio a mi mismo por ser tan obvio al mirar su entrepierna. 

Carraspeo y desvío la mirada- Tengo un baño -digo con ironía y él termina de colocarse el pijama.

-Y yo a un niño bonito en frente mio.

-Ese no es el punto -cruzo mis brazos- No vale decir mentiras.

-Si se trata de decir mentiras, entonces diría que no tolero tu presencia, que eres lo peor del mundo. Te odio, Erick.

-Me estoy acostando tarde por tu culpa... -digo cambiando de tema y paso por su lado ignorando su comentario, yendo para mi cama y sentandome en ella.

Sé que se siente decepcionado por no responder a eso.

-Me alegra saber que te desvelas conmigo. 

-No -digo inmediatamente- Tú te desvelas desvelandome.

-¿Eso es posible? -funce su ceño.

-Todo es posible, Joel.

-¿Es posible que mañana, luego del médico, te invite a cenar? -una sonrisa picara se dibuja en su cara y bajo la mirada.

-Nada de bares elegantes o hablar sobre el hospital.

-Nada de hablar como amigos luego del hospital, si no como amigos en una cita.

No sabía que responderle. Solo me dedique a darle una sonrisa sincera, y apagar la luz, para luego prender la lampara y el aire acondicionado. Lo miré parado esperando mi respuesta y fuí hacia mi cama para acostarme.

-Si, Joel. Seamos amigos en una cita.

Puede parecer estúpido, pero la maldita sonrisa permanecia sin mostrar mis dientes. Le di la espalda y por el ruido que hacia, estaba saltando, o compulsionando. Nunca se sabe.

Mound || Joerick || TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora