Mound || Joerick || Terminada

Siete.

Es curioso, pero sus palabras me hacen sentir mejor. Tomo su mano y lo miro a los ojos.

-No quiero comer aquí... -veo a mi alrededor. Siguen mirándome- Siento que me observan mas que... en los lugares públicos

Comienzo a desesperarme y miro a todos los lados posibles, mi respiración aumenta y mis manos comienzan a temblar seguido de un poco de sudor. Mas gente me mira y me siento mas nervioso, mi pulso no regula mis palpitaciones y en mi garganta se forma un nudo.

-Erick... Calmate -sus brazos me rodean, y me siento protegido, me doy vuelta quedando en frente suyo y su rostro viene hacia mi, juntando nuestros labios y me siento incomodo al ver que la gente nos queda viendo.

Pero Joel hace que me sienta seguro, por lo tanto cierro los ojos y dejo que me bese. Mi respiración vuelve a la normalidad y mi garganta deja de trabarse, haciendo que ya no sienta miedo de nada.

Cuando deja de besarme, miro sus labios, dios, son perfectos.

-Iremos a cenar a un bar que no queda lejos de aquí... -me sonríe, y ahora de verdad no me importa si quiere volver a besarme.

-Gracias... -susurro volviendo a tomar su mano y entrelazando nuestros dedos. 

Caminamos en silencio hasta la salida del hospital y las dos cuadras que hay hacía el bar. Cuando llegamos, nos sentamos en una mesa, frente a frente.

-Bien, ¿Qué te gustaría pedir? -me pregunta leyendo el menú.

-Unos tostados estarán bien... -respondo llevando mi mano hacia el bolsillo de mis pantalones, dándome cuenta que olvidé mi billetera- O solo agua del grifo...

-Aunque no te la hubieras olvidado, voy a pagar yo -una sonrisa pícara se forma en su rostro y río pensando 'Eres único'.

-Te lo daré cuando vuelva a verte.

-Prefiero otra cosa -llama al mesero y pide lo mio, junto lo de él. Cuando se va, vuelve a mirarme- Y no es precisamente algo material.

-Eres misterioso e idiota, Joel.

-Bien... Erick, nos haremos preguntas, ¿De acuerdo?

-Responderé bien mientras no sea nada sexual.

-¿Me ves esa clase de persona? -sus cejas se arquean de forma cónica, dios, si es perfecto.

-Te veo la clase de persona que es divertida, pero sabe escuchar y dar consejos. Prácticamente un Dan Reynols. -digo con seguridad.

-Explicame quien es él... -se acerca a mi, arrodillandose en la silla.

-Es un cantante, búscalo y cuando sepas quien es, agradeceme por haberte comparado con él -una sonrisa se dibuja en mi rostro cuando se va acercando a mi, me da un beso corto y vuelve a sentarse. -Bien, dime... ¿A qué te dedicas?

-Sólo te diré que es la mejor profesión del mundo.

-Dame mas pistas.

-Solo necesito tinta y papel, y cuando no me alcanza el dinero, utilizo mi computadora.

-Me interesa...

-Bueno, soy prácticamente un tipo de escritor anónimo. Me gusta hacer todo tipo de historias o  novelas, pero manteniendome bajo el anónimato -miro sus ojos, y por la forma en que brillan, sé que es especial para él- No me gustaría que algunas personas sepan que clase de sentimientos tengo... 

-¿Por qué...? 

-Por que cuanto más saben de ti, usaran eso como ventaja para derrotarte...

-Cuanta razón... -nunca creí que la persona que me estaba empezando a gustar, fuera escritor. Es como enterarte que la persona la cual te atrae, sea tu actor o cantante favorito, pero tú nunca lo supiste- ¿Qué historias has escrito?

-Es imposible de creer, pero... Tu tienes dos de mis libros, y eso vas a averiguarlo tú, pequeño preguntón -sus ojos y labios sonríen y yo me quedo boquiabierto- Es mi turno de preguntas -asiento- ¿Qué tipo de música te gusta?

-Bueno, me gusta mucho el rock alternativo, pop, y aveces soy el tipo que escucha de todo... -estoy seguro de mi respuesta.

-¿Aceptarías tener otra cita conmigo, en mi casa, con mi perro...?

-Estas usando esto de las preguntas como ventaja... -digo riendo y el mesero llega con el almuerzo- Y aunque diga que no, terminarás convenciéndome...

-Bueno, nuestras vidas se definen por oportunidades, incluso las que perdemos.

-Acepto, Joel... -le guiño un ojo en tono de aceptación y comienzo a comer, viendo como toma café y me mira...

Y es ahí donde me doy cuenta, que los ojos marrones te parecen normales, hasta que te enamoras de alguien con ojos marrones.