Diez.

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Maratón 2 de 3.

Una semana después.

Eh pasado el resto de mis días leyendo el libro, no encuentro otra cosa por la cual tenga que gastar mi tiempo.

-Erick -me llama mi madre desde la cocina, dejo el libro en la cama y me paro, abro la puerta y voy directo a la cocina, veo que está lavando los platos.

-¿Qué? -respondo de mala manera, dios, me odio.

-Tengo que salir, ¿Podrías sacar la basura por mi? -me pregunta dejando el último plato limpio en la secadera, yo asiento.

-Te quiero -susurro y voy hacía la bolsa de basura, la ato y la tomo, voy en dirección a la puerta y la abro para salir hacía el tacho del jardín, la tapa pesa bastante, hago un esfuerzo y meto la bolsa adentro. Sacudo mis manos y veo a mi alrededor.

-¿Pueden dejar de mirarme? -grito para todos los que me estaban observando, ellos abren los ojos sorprendidos pero no despegan la mirada de mi.

Mi respiración vuelve a agitarse y sé que mi pulso no está andando con normalidad. Llevo la manos a mi estómago y siento que mis manos empiezan a sudar incontrolable mente. 

Me arrodillo en el pasto y cierro mis ojos, una lágrima escapa de mi ojo derecho y me acuesto, el dolor en mi pecho aparece y ya no puedo respirar. Cuando abro un ojo, todos están observandome, apreciando mi muerte.

Suelto un quejido y veo que mi madre sale a la puerta, no se mueve y de pronto cierro los ojos, ya no siento mis latidos, ya no siento nada. 

...

Mi cuerpo me duele, el pecho aún mas. Abro los ojos despacio y veo que estoy en el cuarto de un hospital. Una mascarilla de aire envuelve mi boca y mi nariz, muevo mi brazo y veo que está conectado, el otro también. Muevo aún mas los ojos y comienzo a desesperarme, de nuevo, cierro los ojos y trato calmarme pero mi corazón juega en contra, siento como una mano es apoyada en mi pecho y presiento que es mi madre.

Me acaricia suavemente y siento un cosquilleo, luego toma mi mano y me acaricia con su pulgar. Abro los ojos y veo que no es mi madre. No puedo hablar con la mascarilla, así que llevo mi otra mano y me la saco.

-¿Qué... demonios haces aquí? -él me mira, tiene los ojos rojos, ha estado llorando.

-Acompañandote

-No necesito tu compañía.

-Erick, yo si.

-Claro, por eso no llamaste durante una semana y apareces justo cuando estoy conectado a punto de morirme.

-Dejame explicarte -se acerca mas a mi y trato de sentarme sobre la cama, me toma aún mas la mano- No llame, por que estuve muy ocupado.

-¿Y justo cuando me voy a morir, no?

-Estuve tratando de que una editorial publicara mi historia, claro que no lo logré, no dormía tratando de modificar el libro para que a ellos les gustará. Decidí darme abajo e iba a tu casa a pedirte una disculpa, llevandote una sorpresa, y cuando te veo, estas agonizando en el suelo, entonces te ayudé.

-Mi madre estaba ahí para ayudarme -digo friamente y veo que una lágrima resbala por su mejilla.

-Te mantuve conmigo pero la maldita ambulancia no llegaba, así que te traje corriendo hasta aquí. Te pusieron todo esto y has estado en coma unos 6 días.

Maldita sea.

-¿Desde cuándo estás aquí? -miro su pelo, esta sin peinar pero aún así le queda muy bien.

-¿Piensas que me eh movido? -él sonríe y siento como una corriente recorre todo mi cuerpo, veo la forma en la que nuestras manos se unen y otra corriente vuelve a recorrerme.

-¿Mi madre?

-Ella estaba cansada, le dije que vaya a descansar, que se quedara tranquila por que yo no me movería de tu lado, así que supongo que está en tu casa, durmiendo.

-Y yo le hablé mal ese día... 

-Ella te ama muchisimo, Erick. Me dijo que si despertabas, que te diga algo de su parte...

-¿Y qué es...? -susurro y me toma la otra mano.

-Te amo.

Otra corriente vuelve a recorrerme y una sonrisa se  va formando en mi rostro, bajo la cabeza y me cubro con la sabana, Joel ríe se va acercando mas a mi. Sé lo que va a hacer así que giro el rostro.

-¿Por qué no? -hace un puchero y yo río.

-Debo tener sabor a muerto -respondo y él sonríe.

Vuelve a acercarse y me toma el mentón, uniendo nuestros labios y besándome a un ritmo lento, apoya su mano en mi cintura y la otra me sigue tomando la mía, pongo mi mano libre en su espalda y él se va subiendo poco a poco arriba mio, mi pene hace fricción con el suyo y siento como me voy excitando, haciendo que mi pene se pare completamente.

Sin querer, Joel pulsa el botón de atención y empieza a sonar por todo el hospital, deja de besarme y se coloca en su lugar en el sillón.

Veo su entrepierna, parada y bastante grande.

Una enfermera entra por la puerta y veo a Joel de nuevo, está sonrojado. Cuando me doy cuenta, mi pene se nota parado por la sabana.

Mound || Joerick || TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora