Ocho.

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-¿Cuándo y dónde? -le pregunto sobre el tema de la siguiente cita, el me vuelve a mirar y sonríe.

-Ya dije que en mi casa -ríe.

-Entonces el cuando -una sonrisa se dibuja en mi rostro.

-Te llamaré para decírtelo.

-¿Y por qué no ahora?

-Quiero tener un motivo para hablarte cuando no estés conmigo...

-¿Y si cuelgo? -maldita sonrisa.

-Voy a buscarte.

-Eso sonó psicópata -río.

-En mi mente sonó... "Vas a ir a buscar a la persona que te volvió feliz estos cuatro días"

-No creo que sea posible...

-Yo tampoco, pero mírame, estoy haciendo lo posible para pasar tiempo junto a ti, por que eh pasado los últimos cuatro días sonriendo como idiota cada vez que te veo.

-Yo nunca había sonreído de la manera en que lo hago contigo... -confieso...

Su mirada va hacía mis labios y sé que quiere besarme, así que me inclino en la silla y voy hacía adelante para juntar nuestros labios, se unen de una manera tan especial, que podría hacerlo el resto de mi vida... doce años.

-Erick... antes de todo, te aviso que soy un idiota...

-Eso ya se notaba desde el supermercado -digo riendo y le saco otra sonrisa.

-Bueno, aveces hago cosas idiotas...

-Todos lo hacemos, Joel...

-¿Entonces somos idiotas?

-Idiotas que se besan... -digo con un poco de pena y me sonrojo por que Joel me mira de una manera tierna.

-¿Y luego que seremos? -sé a donde quiere llegar.

-Creo que... Estúpidos que se besan.

-¿Y luego...?

-No voy a responderte eso, luego mas adelante lo sabremos... 

Seguimos disfrutando de la comida, y no decimos nada hasta que se acaba, pero intercambiamos un par de miradas y sonrisas inocentes.

-¿Animal favorito? -es lo primero que dice luego de terminar, y veo que tiene una mancha de comida debajo del labio, me la quedo mirando por dos segundos hasta que lo miro a los ojos, me inclino sobre mi silla y me dirijo hacia sus labios para tomarlos con los mios y besarlos apasionadamente, luego paso mi lengua por la mancha y cuando dejo de besarlo, ya no la tiene.

-Hamster -digo con un leve sonrojo- ¿El tuyo?

-Perro... ¿Y por qué el hamster? -noto que también está sonrojado.

-Son pequeños, tiernos, limpios y ... duermen todo el día -sonríe y yo vuelvo a sentir una corriente por todo mi cuerpo- ¿Por qué el perro?

-Son adorables, amigables y activos... El tamaño es depende.

-¿Raza favorita?

-Golden Retrier, su pelaje es hermoso junto con todo.

-Buenos perros...

-La verdad es que siempre quise tener uno, pero mi abuela nunca quiso y cuando me mudé solo,  no pude por que, hasta ahora, mi departamento es pequeño para ese tipo de perro.

- ¿Y cuál tienes ahora?

-Un perro salchicha...

-Adoro esa raza -digo con una sonrisa y el también sonríe.

-Entonces le caerás bien, además, ama a los chicos bonitos.

-Con razón te ama a ti.


...


-Cariño, ¿Cómo te fue con el doctor? -es lo primero que dice mi madre apenas entro por la puerta y camino hacía ella, que está tomando café en el sillón.

Recuerdo que soy un puto enfermo y que cada vez empeora.

-Mamá... -digo queriendo llorar- Ya no son veinte años...

-¿Qué quieres decir con qué ya no son veinte años? -me pregunta parándose y tomándome de las manos.

-Son doce, mamá... Doce... -una lágrima resbala por mi mejilla, nunca había llorado por mi enfermedad. Mis labios se hinchan y se vuelven mas rojos.

Sé que es algo con lo que tendría que sentirme mal, pero nunca lo hice, al menos hasta que alguien apareció.

-¿Y por qué lloras, Erick? -ella lo nota, sabe que no suelo reaccionar así.

¿Cómo le explicas a tu mamá que te estas empezando a enamorar de una persona a la cual solo conoces hace menos de cuatro días?

-No importa...

-Siempre me cuentas todo, y siempre te eh dado consejos, sabes que sí importa.

-Me enamoré...

-¿D-de quién?

-No me mates por enamorarme de un tipo al que sólo conozco hace cuatro días, pero no importa, por que hoy tuvimos una cita y me acaba de invitar a otra. -suelto todo y finalizo con un leve suspiro, tratando de calmarme.

-¿Por eso lloras? -su boca se abre dejando entrar aire y la vuelve a cerrar, vuelvo a hablar.

-Es que... Ahora que por fin conozco a alguien que me agrada, y me empieza a gustar, viene la maldita noticia de que voy a vivir menos que la noticia anterior, dándome cuenta, que si el también se enamora de mi, no voy a poder estar para él cuando me necesite...

-¿Te trata bien?

-Me gusta por que no me trata bien solo por el hecho de que mi aspecto es de enfermo, si no por que... Quiere verme feliz... al menos creo yo -levanto la mirada y mis ojos ya no están tan llorosos.

-¿Cuándo es la cita? -una sonrisa se dibuja en su rostro y sé que hice bien en contarle.

-Creo que llamará para decirme, eso es lo que me dijo.

-¿Y qué hicieron en la cita? -ahora su rostro cambia a una expresión pícara, yo río y respondo con un poco de verguenza.

-Nos... besamos... -sonrío un poco y mi mamá sonríe conmigo.

-Entonces llámalo tú.

-¿Y si lo molesto?

-Si supieras que le encanta que le hables...

-¿Y tú como sabes eso? -pregunto y ella ríe.

-Si también supieras como habla de ti cuando no estas, si supieras que te mira como si por fin hubiera encontrado la felicidad en ti, si supieras de la forma en que te habla, si vieras como se ríe contigo, como sonríe cada vez que te ve... No dudarías de nada, Erick.

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Mound || Joerick || TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora