Dance before die (resubido)

7: La defensa se desenvuelve.

7: El defensa se desenvuelve.

Jason, 5 días más tarde:

Mamá bajaba las escaleras con papá detrás de ella. En sus caras había fastidio y eso solo podía significar una cosa: peleas. Estaba cansado de esas cosas, pero gracias a mi madre podría irme y nunca más volver. Bueno, no hasta que tengan que coronarme rey. Entonces vendré encantado para separar a mis padres de una vez por todas y mandaré a mi madre a India y a mi padre a México. Si, así estarían bien lejos y no se escucharía una de sus discuciones.

William tomó mis maletas ayudado por mi padre y yo fruncí el ceño con molestia.

-Padre, déjalo. Es su trabajo, no el tuyo.-Sentí la mirada de mamá en mi cabeza y solo la ignoré. Papé levantó la mirada y me sonrió.

-Jason, estoy siendo amable. Deberías observar y aprender. Además, es solo una maleta.-Rodé los ojos ante su contestación. Mi padre era demasiado terco a veces.

Tomó la pesada maleta en brazos y salió de la casa. Gruñí y salí detrás de él, acompañado de mamá. Mis padres tenían la maldita costumbre de ayudar al personal cuando ni siquiera lo necesitaban. ¿Pará qué les pagaban? ¿Para charlar como amigos? ¡NO! Para que hagan lo que tú NO vas a hacer.

Luego de que papá dejara el bolso en la maleta del auto, los tres ingresamos al vehículo para que William nos llevara al aereopuerto. Estábamos callados por primera vez en mucho tiempo y yo me concentraba estúpidamente en mirar como pasabamos con una gran velocidad. De pequeño solía creer que los 2 kilómetros de árboles que habían de la ciudad al palacio de mis padres se movían alrededor de nuestro auto. Sonreí mentalmente cuando recordé mi inocencia entonces.

Pasaron 3 horas para que llegáramos al aereopuerto. Mis padres no dijeron una sola palabra durante el viaje y estaba debatiéndome si era para no amargarme o para que el chofer no supiera de sus conflictos. Bajé y dejé que William cargara con mis pesados bolsos mientras me despedía de mi pequeña familia con un corto abrazo y un "Buen viaje". Entré al jet, me senté en el gran sofá y encendí el televisor.

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Desperdicié no-sé-cuántas horas de mi vida mirando las patéticas series de Warner. Puede que hagan reír, pero con idioteces. ¿Por qué rayos un millonario le daría un cuarto a un pobre (además de feo) que ni siquiera paga lo que debería pagar? Idioteces.

Bajé del avión para luego volver a entrar a una limosina. Esperé a que William, que había viajado conmigo como mayordomo, subiera todas las maletas. Cuando terminó entró al auto y comenzó a conducir. Cerré los ojos pensando qué encontraría allí.

Al cabo de un rato estacionó frente a un lugar que conocía por fotos. Solté un gruñido y bajé del carro. Entrecerré los ojos por el molesto sol de Londres y vi a lo lejos a varios estudiantes que entraban. Mis ojos se abrieron de impresión al ver a un grupo de chicos chocándo sus puños en... modo de saludo, creo. No estaba familiarizado con esas cosas, pero estaba seguro de que eran pandilleros.

¿Negros, con pantalones holgados y gorras? ¡PANDILLEROS!