Dance before die (resubido)

12: Luz

12: Luz.

Rogaba internamente por algo de silencio. Voces tras voces se agrupaban a lo lejos y al mismo tiempo bastante cerca. No sabía si provenían de adentro del instituto, del cuarto o de mi cabeza. Bostecé y abrí con pereza un ojo. Efectivamente nadie había irrumpido la habitación, pero las voces seguían sin cesar. Miré la hora y gruñí al notar que no habían pasado más de 3 horas desde que me tiré a la cama. Me levanté y, sin molestarme en lo absoluto mi pijama de conejos rosas.

Caminé y salí. Noté que la puerta del cuarto de Dafne estaba abierta y ella no estaba adentro. Una taza de un elefante estaba sobre la isla de la cocina y las llaves de la puerta estaban al lado. Las tomé, caminé y abrí. Un tumulto de chicas llenaban el pasillo y murmuros ensordecedores parecían a punto de romper mis timpanos. Localicé a Dafne en el otro extremo y caminé entre empujones a por ella.

-¡Oye!-Chilló alguien. Jadee y miré hacia donde parecía provenir la aguda voz. Una chica más alta que yo me miraba con una cara de pocos amigos.- ¡Me empujaste!

-Yo... lo lamento-Aclaré mi voz para no parecer tan pequeñita- No era mi intención. Estoy buscando a mi amiga Dafne que está por allí...-Miré desde la larga distancia hacia donde estaba Dafne.

La chica miró hacia donde yo y la ví sonreír.- ¿Eres amiga de Dafne?-Me preguntó volviendo a mirarme. Asentí y ella rió- Venga, lo lamento. Las amigas de Dafne son mis amigas.-Todo en mi interior pareció calmarse y le sonreí en respuesta. La chica (la cual aún desconocía su nombre) comenzó a ir en sentido contrario a donde iba, dirigiéndose hacia el rincón de Dafne. Su cabellera violeta destacaba sobre todas las demás. Sus grandes anteojos la hacían parcer inteligentemente hipster. Claro que siendo su café preferido el de Starbucks y teniendo un tatuaje de un signo de infinito no la ayudaban mucho tratando de salir de la zona hipster... la hacían sentir especial. Aunque habían cientos de personas iguales a su tipo, ella no lo creía.

Después de encontrarnos con Dafne y hablar sobre nuestro reencuentro y la misteriosa taza de elefante, nos encontramos en el comedor con todos los chicos de la academia. Sentí una voz a lo lejos chistar mi nombre a lo que la busqué con la mirada hasta dar a parar con los ojos de Samuel. Sonreí y fui hasta él.

-Lindo pijama...-Soltó él apenas me paré frente suyo haciendo que mis mejillas se tiñeron de un color rojo, de seguro. Miré mis pantuflas de conejo y moví mis pies mientras él se reía de mí. Hice un mohín con mi labio inferior antes de volver a mirarlo de vuelta. Sonreí orgullosa cuando paró de reir.

-¿Sabes qué sucedió con la luz?-Le pregunté tratando de quitar mi mirada de su abdomen desnudo. El negó y sonrió cuando se dio cuenta de a dónde quería dirigirse mi mirada.

-Lo único que escuché fue que unos tontos querían hacer una broma durante la madrugada y quemaron todo.

-De seguro.-Reí bajo y le sonreí.