Capítulo Seis

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¡Quiero ser tu amigo!

Narra Salvador.

Han pasado algunos meses desde que me sacaron el yeso y trato de ayudar en el orfanato. Pienso que es lo más justo, aquí me brindan un techo, comida, ropa y estudios, lo más honorable es que ayude en algunas tareas para no sentir que soy una carga. Mis padres siempre decían "Si queremos recibir entonces debemos aprender a dar" como los extraño en especial cuando siento frió y recuerdo a mi madre brindándome una tasa de chocolate caliente para calentarme.

No ha sido difícil mi estadía en este orfanato. Las hermanas, el padre Tomás y la Madre Superiora tienen sus reglas pero no son difíciles de obedecer; los chicos han sido muy amables conmigo y me han recibido como un miembro más de su familia, bueno casi todos a excepción de ella.

No entiendo que tiene de malo haberla visto llorar y aunque parezca tonto e insensato quiero que me hable, no importa si lo hace como lo hizo en los baños solo quiero sentir que existo para ella.

He hecho todo lo posible por llamar su atención y nada resulta. Hemos coincidido hasta en la misma mesa a la hora de almorzar o cenar pero no se toma la molestia en mirarme.

¡Quiero qué me mire! ¡Quiero verla sonreír!

Sé que parece una estupidez pero necesito ser su amigo.

---Termina de hacer el inventario y te puedes ir hijo. ---dice el padre Tomás caminando hacia la puerta de la bodega.

---Gracias por ayudar Salvador, ojalá todos los demás niños del Orfanato fueran como tú. --- deposita las llaves en la mesa y se dispone a salir.

---Me gusta padre ayudar y me da tanta alegría de ver como las personas son tan generosas al darnos tantas donaciones. --- señalo el entorno donde estoy.

--- Gracias a nuestro Señor hijo todavía existen gente bondadosa que les gusta ayudar a las personas que lo necesitan, este Domingo daré una misa especial por las bendiciones obtenidas durante este mes y espero contar con tu ayuda.

---Si padre usted sabe muy bien que siempre estoy dispuesto a ayudarlo.

---Padre le puedo hacer una pregunta. –--sueno algo nervioso y sé que dije que no iba a decir nada pero tengo mucha curiosidad.

---Claro hijo dime en qué te puedo ayudar. ---dice el padre Tomás señalando unas cajas para poder sentarnos.

---Padre me podría decir, ¿Quién es Octavio? ---mi pregunta lo toma por sorpresa y lo puedo notar porque su cara refleja curiosidad.

---Salvador, ¿Dónde escuchastes ese nombre? Ese niño que ahora mencionas se fue antes que tú llegaras.

---Lo escuche nombrar a unos de los niños y me dio un poco de vergüenza preguntar quién era él--- Le dije esperando que me crea.

---Te diré que Octavio era un niño del Orfanato, era todo ángel, era el niño más honesto, bondadoso y colaborador. ---el padre deja de hablar y me mira señalándome con el dedo---Era como vos, no se parecen en nada físicamente pero era jovial y entusiasta en todo lo que hacía.--- termina el padre Tomás de hablar.

---¡Ahhhhh! ---doy un suspiro largo.

---Y Octavio y Daniela eran enemigos o algo así --- sigo con mi interrogatorio.

---¡No! ja, ja --- ríe el padre---. Ella y Octavio eran como hermanos se querían demasiado, hasta que él fue adoptado y eso dejó devastada a Daniela por un tiempo, pero después se levantó como el ave Fénix y continúo siendo la misma diablilla de siempre. Algo más que desees saber. –-me mira el padre con peculiaridad.

Tu KarmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora