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Taehyung.

—¿Qué es lo que quieres?—Gruñí al ver al castaño con esa sonrisa característica de él parado afuera de mi casa.

—Vamos Tata, acepta que me extrañabas—Sonrió y se acercó a mi.

—No acepto lo que no es verdad, caballo—Respondí seco y lo mire mal.

—Eso fue justo aquí—Toco el pecho.—¿No me invitaras a pasar?—Negué.—¿Donde quedaron tus modales mocoso?

—Nos llevamos un año, mis modales son con las personas que se lo merecen, ¿Quien demonios te dio mi dirección?

—Jimin me la dio, Yo te hice gemir pequeño—Me tomo de la cintura.—Y lo puedo hacer otra vez...

Recordatorio:
Matar a Jimin.

—Ya no estoy en celo estúpido—Lo empuje y lo mire enojado.

—¿Crees que porqué estabas en celo gemiste mi nombre?—Sonrió haciendo que me sonrojara, se volvió a acercar a mi.

Claro que no, en realidad me atraes.

Por supuesto que sí, estaba sensible.

—Si hago esto—Me apretó la entrepierna.

—Ahogué un jadeo.—Nada...

—O esto—Toco mis pezones.

—N-nada...

—Y esto—Me apretó el  trasero.
—Mhm~—Gemí bajito.

—Vamos a divertirnos TaeSonrió.

•••

—¡Oh,Si!

—¡Noo!—Lloriqueo el castaño a mi lado.

—Eres un pésimo jugador Hoseok—Hablé mirándolo con sorna.

—Lo sé—Hizo un puchero pero después sonrió.-Pero hay otras cosas en las que soy bueno ¿Quieres ver?—Se acerco a mi cuello y dejo un beso.

—Nope, aléjate—Lo empuje pero volvió a acercarse igual.

—Vamos Tata yo sólo quiero...—Rozo su nariz con la mía.—Quiero...—Me miro a los ojos.—Quiero esto—Junto sus labios con los míos en un roce suave que duro unos cinco segundos.—Me tengo que ir, nos vemos Tata—Sonrió y dejo un beso en mi frente antes de dirigirse a la puerta e irse.

Me quede en el sofá recostado pensando en lo que acababa de pasar y una sonrisa estúpida apareció en mi rostro.
Saque mi teléfono y le mande un mensaje a Jimin.
Bostecé y me comenzó a dar sueño.

Simplemente me dormí con una sonrisa en mi rostro ocasionada por ese beta de sonrisa radiante.


Jungkook.

Jimin—Lo llamé por tercera vez y por tercera vez no me respondió.—¿Estas enojado?

—¿Enojado? ¿Tú crees que me enojaría porqué les guiñaste y sonreíste al grupo de omegas que te estaban viendo? O ¿Porqué me cargaste como a un cachorro enfrente de ellas? No, estoy estupendo—Sonrío sin gracia.

Comenzó a caminar mientras ponía algunas cosas en el carrito del super. Así que comencé a empujarlo en el trasero con el carrito.

—Deja de hacer eso Jeon—Me miró mal y siguió caminando.

—¿Te he dicho lo bien que se te ven eso jeans?—Ronronee y lo empuje una vez más.

—¡Deja de poner eso contra mi trasero!—Gritó y se calló cuando algunas personas nos quedaron mirando.

Reí porque se veía tierno enojado, con sus manitos hechas puños.

—¡Deja de reírte!—Gruñó aunque pareció un maullido.

Me reí más fuerte.

—Me voy—Comenzó a caminar a la salida así que deje el carrito y corrí tras él.

Lo encontré con su celular. Se giro a verme y siguió caminando.

—Jimin, Jimin, Jimin—Se detuvo inmediatamente y volteo a verme con cara de pocos amigos.

—¿Qué quieres?—Habló duro.

—¿Te he dicho que te v...-Me interrumpió.

—Si vas a decir alguna estupidez, mejor te callas.

—Sólo iba decir que, te ves muy lindo celoso—Sonreí y lo tome de la cintura pero me empujó.

—Me voy—Habló serio y retorno su caminar.

—Esta bien, esta bien, al menos deja que te lleve—Dije tomándolo del brazo y forcejeo para que lo soltará.—Sube al auto—Rodó los ojos y me hizo caso.

El camino de regreso fue muy silencioso. Voltee a ver a Jimin una que otra vez pero él seguía mirando al frente con cara enojada.
No sabía si volvería a mi casa o quería ir a su casa, pensé en llevarlo a mi casa y así se tranquilizaría.

—Ni siquiera lo pienses—Habló entre dientes.

Seguí el camino de frente y llegamos a su casa, me baje para rodear el auto pero él ya se había bajado. Nos miramos y corrió hacia su casa pero no llegó ya que lo tome de la cintura.

—¡Suéltame, suéltame!—Chilló pataleando como niño.

—No, vamos a hablar—Lo puse contra mi auto y coloque mi mano en su cintura.

—No quiero hablar contigo, tonto eres un tonto—Me saco la lengua y suspiré con alivió, mi Jimin había regresado.

Comenzó a forcejear denuevo y me comencé a enojar.

—Ya Jimin, joder para.

Nos miramos al mismo tiempo, era un desafío de miradas el cual ninguno estaba dispuesto a perder.

Y pasó.

Esa conexión que había entre los dos, ambos enojados y eso lo hacia de alguna u otra forma excitante.
Me tomo de la nuca juntando nuestros labios en un beso hambriento y salvaje. Esta vez fue él el que metió la lengua. Jaló mis cabellos haciéndome soltar un gruñido.

Nos separamos con las respiraciones agitadas y nos volvimos a mirar, pero esta vez noté un brillo en sus ojos y también, los note más oscuros.

—Eres un tonto—Murmuró con un puchero.
—Aún así me quieres—Sonreí a su sonrojo.
—Yah—Escondió su cabeza en mi cuello.—Aún sigo molesto.
—Desahógate conmigo—Bromeé.

Pero sentí su sonrisa y nunca me esperé que estirara mi camiseta dejando mi hombro descubierto, y me esperé menos de que clavará sus colmillos allí.
Park Jimin, no podrás caminar en una semana.




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OMEGAVERSE® KOOKMIN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora