OMEGAVERSE® KOOKMIN

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—¡Odio los lunes!—Grité y me dirigí a mi casillero.

—Vamos Jungkook, veras al unicornio de buen cu..-

—No te atrevas a terminar esa frase Namjoon—
Gruñí y él rió.

—Así que te volviste territorial, me gusta—Sonrió mostrándome sus hoyuelos.

—Cállate.

—¡Jungkook hyung!—Escuché ese chillido pero no tuve tiempo de voltear ya que Jimin ya me tenía abrazado.—Buenos días—Me dió un beso en la mejilla.

—Lo tome de la nuca y lo jale hacia mi juntando nuestros labios—Buenos días, Jiminnie—Sonreí y se escondió en mi cuello ocultando su sonrojo.—¿Dejarás otra mordida? Créeme que me estoy conteniendo.

—Lo siento, pensé que no te molestaba—Sentí como hacia un puchero.

—Cachorro, créeme que no tiene nada que ver con molestarme.

Algunos alfas, soy muy... Anticuados y ¿Egocéntricos? Se podría decir que en cierta forma si, sólo piensan en la satisfacción de ellos y no de sus omegas. Si hace años un omega mordía a su alfa, recibía el peor castigo de todos o ya sea una gran paliza o dejarlos abandonados.
Pero para suerte de Jimin y mía yo no soy así, me gusta que él se sienta a gusto conmigo y sobre todo protegido. El hecho de que me muerda no me molesta en lo absoluto. Aceptaría cualquier cosa que él quiera con tal de verlo feliz y que tenga confianza conmigo.

—¿No te molesta?—Murmuró saliendo del escondite de mi cuello.

—Lo que me provoca no es exactamente molestia—Baje mis manos a sus caderas y las acaricie por debajo de su camiseta.

—No entiendo—Hizo puchero y frunció el ceño.

Esa es una de las tantas cosas que me gustan de él, puede que en un momento sea sexy pero seguirá siendo el mismo cachorro tierno, su ternura no se lo quitara nadie.

—Que me gustas mucho—Me di cuenta de las palabras que había dicho y el calor subió a mi rostro.

—Usted también me gusta mucho, mucho—Sonrió haciendo esa cosa rara que siempre hace ¿Es normal que sus ojos desaparezcan? Igual, se ve muy lindo.

—E-eh—¿Tartamudee? ¿Yo? Vale, estoy nervioso.

—El alfa esta nervioso y sonrojado—Bromeo y coloco sus manos en mi cuello.—Pide un deseo, ya que yo no lo estoy—Rió.

—Mi deseo seria, que hoy no venga ningún profesor y me dejen dormir en paz.

—Me miro con el ceño fruncido.—¿Nada más?

—¿Tendría que pedir otra cosa?—Quería molestarlo por haberse burlado.

—Se soltó de mis manos y se acomodo la mochila.—Tengo clase, adiós.

—Reí y lo tome del brazo haciendo que choque con mi pecho.—¿Quieres saber que más desearía?, desearía que nadie te viera como yo lo hago, que nadie voltee a mirarte por los pasillos, desearía ya haberte marcado pero ¿Sabes por que no lo hago? Porque quiero que sea especial y quiero que estés completamente seguro de eso.

—Hyung...

—Oh vamos cachorro, no llores—Enredo mis manos a mi cuello y me dio un casto beso en los labios.

—¡Owww!—Una par de chicas que caminaban por ahí se nos habían quedado viendo.—Yo sabia que el Kookmin existía, oye estúpida ¿Donde carajos esta tu Yoonmin?

—Cállate— dijo la más bajita dandole dos billetes.—Vamos.

—Un placer en apostar contigo cariño—Le dio un beso y se fueron.

—¿Kookmin?—Repetí con duda.

—Nuestros nombres Hyung—Sonrió.
—Ah...

¿Kookmin?

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