All for You 《kookmin》 2T.So Bad

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☄maraton 2/3☄

Realmente ya no sabía qué era peor. El simple hecho de que Jennie se encontraba tirando de su muñeca para arrastrarlo hasta el auto o que hace unos pocos minutos había visto al joven que sacudía su corazón tratarlo con, lo que podía percibir, odio. Su mirada, todo se resumía a esa fría mirada cargada de indiferencia que le había regalado.

—Jeon, estás muy extraño –se quejó Jennie mirandolo con el ceño fruncido y aquellos labios tintados de rojizo abultados en su dirección. Jungkook no hizo más que voltear su mirada hacia la ventana con algo de desdén.

—No ocurre nada –niega soltando un pesado suspiro que hizo que Jennie se cruzara de brazos demostrando su descontento ante tal respuesta tajante de su prometido.

Taehyung, quien por su parte se había mantenido tan o más shockeado que Jungkook en aquella junta, no hizo más que mirar el suelo todo el trayecto a casa. Sintiendo como algo en su interior se removía al ver a Jimin despues de años. Claramente sus facciones eran más adultas y afiladas, pero podía jurar ver a aquél temeroso niño que había conocido por una graciosa y ridícula circunstancia en el orfanato. No podía creerlo, estaba ahí a pocos metros de su hermano y él pero aún así no había tenido el valor de siquiera ir a saludarle o algo por el estilo.

El trayecto fue tranquilo por parte de los dos muchachos y la chica, quien veía distraidamente la pantalla de su teléfono.

Jungkook aún no salía de aquél pequeño trance de haber visto a su Jiminnie. Su mirada, su voz, su rostro, sus labios, todo Park Jimin si era posible. Simplemente debió de haberle hecho caso a Taehyung desde un principio.

Había tenido a Jimin tan cerca y no se había dado cuenta hasta tenerlo lejos nuevamente. El destino era cruél, muy cruél.

❀…

Las nueve cuarenta, nueve cincuenta y finalmente dieron las diez en punto.

Jimin no hizo más que rodar en su cama débilmente hasta llegar a su borde y sentarse algo desorientado, sintiendose estúpido estando en su propio cuarto. Frotó sus ojos algo hinchados y picosos gracias a las lagrimas botadas y finalmente se levantó con la idea de llegar a la cocina para calmar aquél molesto sonido que brotaba de su estómago.

Haber llegado directo a llorar no había sido una buena idea. Porque sí, la reunión había terminado algo temprano, luego de haberse "reencontrado" con Jungkook y volver a casa el único plan que había rondado sus pensamientos era ahogarse en sus lagrimas por un buen rato hasta consumirse a sí mismo. Una idea un tanto cruél pero... ¿Qué más podía hacer ya? Correr a los brazos de Jungkook ya no era la solución, sabiendo que sus brazos ya tenían a alguien a quien rodear y... ¿A quién engañaba? Jungkook se veía feliz con su linda prometida. Mientras que él debía de conformarse con tener a Kookie a sus amigos a su lado.

La casa parecía más fría de lo normal, las luces se encontraban apagadas aún y eso demostraba que SeokJin y Yoongi habían regresado a sus respectivas casas. Ambos con sus respectivos problemas suficientes como para andar consolandole.

Jimin caminó lentamente por las escaleras sintiendo los escalofríos recorrerle gracias al contacto de la planta de sus pies con la madera de los escalones. Se lamentó mentalmente por traer sólo una camiseta blanca que le quedaba algo grande, unos shorts azules y nada en los pies, tal vez terminaría enfermandose por su absurdo descuido. Sus pisadas se hicieron presentes en su solitaria sala hasta llegar a la cocina, dónde se encaminó hasta la nevera y bufó al no encontrar algo de comida que le podría servir. Más bien estaba algo vacío y gracias a que se había encontrado enfocado en el proyecto no había comprado la suficiente comida. Eso y sumandole el hecho de que últimamente consumía las pocas comidas callejeras o comía en casa de Yoongi, cosa que no le disgustaba en lo absoluto.

Aún recordaba cuando fué la primera vez que cenó allí, todo lo que había pasado después y cómo todo había culminado. Aún se sentía confundido, lo admitia pero los sentimientos por Jeon aún seguían allí. Tal y como el primer día y eso le hacía sentir estúpido.

Saliendo de su pequeño trance se alejó de la nevera y caminó por el lugar viendo todo gracias a la luz de luna que entraba por la ventana. Su mirada cayó en el relój de pared que marcaba las diez quince de la noche, muy tarde para salir a comprar una sopa o algo de rámen para calmar su estómago.

—Ugh, soy un idiota... –se lamenta buscando algo hasta que una idea vino repentinamente.

Chocolate.

Unos pocos minutos y terminó con su bebida caliente entre sus manos, sentado en el frío mesón de la cocina mientras balanceaba sus pies y miraba a un punto fijo en el suelo perdido entre la oscuridad. Lo que había ocurrido el día de hoy había sido extraño, pero a la vez podría compararlo con una montaña rusa de emociones. Desde el comienzo y la visión del final del día sólo se resumía a cansancio y sueño. Cosa que no le desagradaba mucho.

Con respecto a sus amigos, despues de la reunión ambos le habían dejado en casa a duras penas. Yoongi insistía en quedarse con él o llevarselo a su casa y Seokjin se mantenía callado, pero Jimin sabía muy dentro de que estaba preocupado igualmente. No los culpaba, se había encerrado en su habitación en silencio y ellos  estaban abajo tratando de pensar qué hacer para animarle siquiera.

Jimin ya no tenía animos de nada, sólo quería terminar con aquél proyecto y no volver a ver a Jungkook.

Bebió tranquilamente su bebida caliente y el chillido del timbre resonó en todo el lugar, sobresaltandole rapidamente. Frunció el ceño al darse cuenta lo tarde que era y se debatió mentalmente sobre abrir o no hasta que el timbre sonó nuevamente. La idea de que Yoongi estuviera del otro lado cruzó por su mente por unos cortos segundos pero no la descartó aún.

Se levantó y sin soltar su taza de chocolate camina hasta la puerta. Vuelve a replantearse la idea de que Yoongi estuviera del otro lado y finalmente abre un poco, sólo desubriendo sus ojos curiosos.

Aquellos que brillaron ante la presencia del otro lado de la puerta.

—Jeon... –murmura frunciendo el ceño ante la presencia que le miraba con los brazos cruzados sobre su pecho.

—¿P-puedo pasar? –inquiere con tono tembloroso y Jimin lo percibe, estaba muriendo de frío.

Su corazón se agitó inevitablemente ante la vista. Sabía que si le dejaba entrar hablarían sobre lo que había ocurrido y se lamentaba el hecho de haber dejado su dirección en algunos documentos.

Unos segundos que parecieron eternidades se hicieron presentes hasta que asintió levemente y le dió paso al hombre que instantáneamente y sin decir una palabra había agitado su corazón.

Tal vez estaba cometiendo un error.

~.