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Diecisiete de septiembre, hora de volver a clases. Una fecha odiada por la mayoría, una salvación para una pequeña parte, que no tenía mucho más que hacer en sus casas, en ocasiones solitarias. Todos los alumnos se encaminaban hacia el instituto. Algunos solos, otros acompañados. El sol iba saliendo, pero la niebla reinaba el lugar. ¿El tiempo? Frío, bastante para esa fecha.

Pero a él le gusta el frío. Son almas gemelas.

El viento golpeaba la melena blanca del chico, casi sin despeinarlo. Ni la brisa se atrevía a hacerle algo. Dime, ¿a caso es rival para Min Yoongi? No, que va. No hay rival para él.

El lugar era tranquilo, a pesar de que ese día todo comenzaba de nuevo. Sí, a Yoongi le gusta la tranquilidad, pero no es el único aquí con esos gustos.

Un castaño algo somnoliento se encontraba apoyado en la pared, con la mirada baja, anotando algo en una pequeña libreta. Ni se inmutó cuando el rey del instituto pasó por su lado. Pero eso Yoongi ya lo sabía. Paró sus pasos y sonrió de lado, para después seguir caminando.

Lo conoce. Es decir, ¿Quién no conoce a Kim Taehyung? El hombre más misterioso y malditamente hermoso de toda secundaria. Oh, claro que lo conoce.

Entonces, ¿por qué no saludar? ¿Por qué no hablar? No, prefería mantenerse al margen por el momento.

El castaño seguía con la mirada baja. Sus manos, ahora ocultas dentro de su abrigo, temblaban por el frío. Pero a Taehyung eso le gusta. Le gusta el frío. Él no es una persona gélida. No, eso es diferente.

El de piel blanca caminaba por los pasillos, haciendo caso omiso a todas las chicas que se le quedaban mirando. Más allá de la atracción física que daban por el chico, era un reto para ellas que les prestara atención. Este nunca había estado en una relación ni mostraba interés por ello.

Iba dispuesto a abrir su taquilla cuando un peso calló sobre esta.

-¡Min! ¿Hace cuánto que no te veo?

-La semana pasada, idiota. Ahora quita tu estúpida cara del medio-Respondió empujando al contrario.

-Veo que no has cambiado nada-El mayor cerró la taquilla, que anteriormente había conseguido abrir, y arqueó una ceja.

-¿A caso quieres que lo haga?

-Te mataría-Contestó Park guiñándole un ojo.

-¿Sí?-Le dio un leve empujón con la mochila-Pues olvídate.

A todo esto, el castaño había entrado por fin en el centro, seguido de su primo. Parecían enfrascados en una conversación, desatendidos del mundo. Pero su llegada no pasó desapercibida. Mucha gente comenzó a saludarles, más por el menor de los Kim que por Minjae, pero igualmente los dos les correspondían.

-Hey-Llamó Chanyeol-¿Qué estás...?-Giró la cabeza para ver por qué su amigo se había quedado absorto mirando a la entrada principal-Oh, ya entiendo. Así que es él.

-No te entiendo-Carraspeó su amigo, volviendo a la realidad.

-Venga, sería más creíble si disimularas un poco.

-Park, por tu bien cierra la boca.

-Bueno-Se encogió de hombros, siguiendo a su amigo que ya había dejado el lugar y estaba caminando hacia su primera clase.

-"¿Crees en el amor?" Preguntó entre lágrimas mientras sostenía clavel blanco en su mano derecha.

"Creeré si tú crees, amada mía" Respondió él, juntando su mano libre con la suya "Solo si tú lo haces"

"Yo no soy quién para decidirlo, pues el destino es tuyo"

"Mi destino es estar junto a tí" Respondió uniendo sus labios con los ajenos...

-Perdone-Interrupieron-¿Dónde encontró ese libro? ¿En un viaje al siglo diecinueve?

Un murmullo de risas resonó en el aula. Min rodó los ojos ante tal acusación. Los adolescentes de hoy en día no saben qué más hacer para incordiar.

-Muy gracioso, Choi. Ya ha ido al despacho del director, ¿verdad? No creo que quiera volver-Habló la profesora.

-No, señorita.

-No se la juegue-Dirijió su mirada al libro por unos segundos-Bien, esto es lo que hay. Harán una presentación teatral.

-¿¡Perdón!?-Gritó la clase al unísono, pues la noticia les pillaba desprevenidos.

-Ya me han oído, a menos que quieran redacciones. Las pruebas serán la próxima semana. Quién no quede escogido hará un trabajo sobre el tema. Solo me queda desearles suerte, aunque si por mí fuera no haría nada de esto con alumnos como vosotros,-Levantó la mirada-es decisión del consejo. Ahora pueden retirarse.

-Debe de estar de broma-Gruñó Park saliendo de la clase.

-Paso de audiciones. Ni loco.

-Tú mismo-Suspiró-A este paso tendremos que recoger firmas.

-Ja, muy gracioso-Rió sarcástico el peli blanco, empujando al menor.

-Si fuera una broma...-Este creó un puchero en sus labios. Su acompañante rodó los ojos, para después caminar más rápido y alejarse.

Caminaron hasta el comedor, lleno de barullo y gente.

-Como odio esto-Masculló Min. Cogió una bandeja y la llenó con lo más comestible que había. Al acabar se fue a sentar en la mesa más alejada de todo aquello. Su mesa, ya bautizada. Nadie se opuso, no querían tener problemas.

-¿Y cómo te fue en el verano? No me contaste nada.

-Ni falta que hace-Contestó el mayor, sentándose en el banco.

-Venga, eres mi amigo.

-¿Quieres que me arrepienta?-Gruñó molesto.

-Bien, ya te dejo en paz.

Dejó de hablar, prestando toda su atención a su comida. Mientras, su amigo se limitó a gruñir. Odiaba esa asignatura, la odiaba con todas sus fuerzas. Y ahora, ¿tenía que audicionar si ni siquiera sabe actuar?

Molesto, barrió su mirada por el comedor, deteniéndose en una única mesa. Allí estaba el castaño, acompañado de unas tres personas. Sin embargo, parecía distante a todo, como si estuviera en otro planeta. Sonrió de lado, dejando salir el aire que inconscientemente había estado conteniendo.

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Min Yoongi

Edad: 18 años

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Edad: 18 años

Altura: 1'79

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