Eres mi todo

Encuentros II

Sobre Taehyung.

Frunció el ceño. Su respiración se estaba volviendo más agitada de lo normal. 

-¿Tienes que hablarme tú sobre alguien con el cual no tienes la mínima relación? Creo que no. 

-No empieces así. Me parece que es serio. 

-Y a mí me parece que prefiero no malgastar la voz con estupideces. 

-Amenazando no vas a llegar a ningún lado, Min.

-¿Desde cuándo me conoces?

La tensión raspaba el ambiente. Aunque no lo mostrase en su rostro, por dentro Nam sí que estaba asustado. Quizá la mejor palabra es intimidado. Pero fuera lo que fuese, lo único que quería era dejar las cosas claras entre ellos. 

-¿Entonces no vas a hablarme?

-Si tuviera algo que contar tampoco lo haría. 

-Lo que dijiste el otro día iba por él, ¿verdad?

Entrecerró los ojos. 

-¿Tú que crees? 

Dejaron de hablar. 

-¿Te gusta?

-¿Qué?

-Taehyung 

-No sé de qué me hablas. 

-¿Cómo puedes...?

-¿Has terminado? Me gustaría llegar a clase a tiempo. 

Se apartó. 

-No te conviene.

Yoongi, que ya había subido algo la escalera, se giró de nuevo. Su expresión volvía a intimidar demasiado. 

-Yo no te convengo. 

El timbre volvió a sonar. 

-¿Qué tienes ahora?

-Filosofía.

-Oh...va-vale...supongo que nos vemos luego.

Tae sonrió. 

-Nos vemos luego. 

El rubio siguió caminando. Y cierto chico sabía a dónde iba, y se lamentaba de tener que ir también a esa asignatura.

-Voy a matarle-Comentó en un susurro.

-No seas así. Vas lo vas a terminar estropeando todo-Contestó Yugyeom, que estaba más que harto de las quejas del pelinegro. 

-Entonces ve y mátalo tú. 

-Cállate y sigue caminando. 

-No entiendo por qué tengo que ir a Tecnología. No es útil.

-Eso para ti, Jin. Otra vez, no eres todo el mundo.

-¿Me tachas de arrogante?

-Sí-Ken asintió.

-Aquí no puedo llevar a cabo mi plan.

-¿Todavía sigues con eso?-Suspiró-No puedo entenderte. 

-No te he pedido en ningún momento que me entiendas. Sé lo que me hago. 

-Jin...hazme caso. 

-No, mira-Contestó, mientras se sentaba en el enorme taller-Escúchame tú a mí. Uno tiene que hacer lo que tiene que hacer, maldita sea.

-¿Por qué lo haces?

-No tengo un por qué concretamente. Ya lo has oído, ¿no?

-Vas a destruirte por completo.