Un día antes

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Despertó pensando que era por la mañana. El día no tan claro que se reflejaba en la habitación a través de la ventana le avisó de que por lo menos eran las cuatro de la tarde.
De pronto, un dolor de cabeza demasiado fuerte como para aguantarlo justo después de despertar llegó a él, obligándole a cerrar los ojos con fuerza y emitir un gruñido débil.
Algo no estaba bien
Aunque aún no era capaz de decir qué.

La puerta de la habitación que daba por seguro que no era la suya, se abrió suavemente. Una mujer con bata larga y blanca se acercó a él.
Y ahí sí que empezó a sospechar algo.

-Buenos días-Sonrió-Mi nombre es Dunn, y soy médico en este centro. ¿Sabes dónde estás?

Intentó aclararse la gaeganta, mientras hacía el esfuerzo de sentarse en aquella cama.

-¿En un hospital?

La mujer asintió.

-Pues me temo que sí. Has sufrudo una bajada de tensión cuando te encontrabas en el instituto. Te aviso de que no es grave, pero para que no vuelva a suceder tienes que procurar alimentarte correctamente. Han avisado a tus padres. No se encuentran en la ciudad ahora mismo, pero hemos hablado con ellos, y les hemos tranquilizado. Volverán en cuanto puedan, no te preocupes.

Negó con la cabeza. Seguía asimilándolo.

-E-Espere...¿Quién me ha traído aquí, entonces?

-La escuela llamó a urgencias. Contigo han venido un profesor y el alumno que te encontró en el baño.

-¿Alumno?

La mujer sonrió de nuevo.

-Ha ido justo ahora a por la comida. Llegará en un rato, la cafetería está hasta los topes. Tu profesor se encuentra rellenando el papeleo. Vendrá a verte en cuanto acabe.

Asintió. 

-¿Te encuentras mejor?-Repitió el acto-¿Necesitas algo?

-No, no...estoy bien. 

-Bien. Cualquier cosa, tienes un botón para llamar a los enfermeros de esta planta, vendremos en seguida.

Jin se lo agradeció y la mujer salió de la habitación, cerrando la puerta a su paso. 

-Una...bajada de tensión-Dijo, en alto, para sí mismo. Cerró los ojos con una mueca de estrés antes de apoyar su espalda en la pared. 

Observó su cuerpo. Su mayor preocupación era encontrar alguna marca notoria, que revelase algo por lo que tendría que preocuparse. Afortunadamente, ni había agujas, ni rasguño alguno. Solamente le dolía la cabeza y sentía su cuerpo débil. Como nunca. Sus ojos seguían pesando, a pesar de no tener sueño. 

Alzó sus manos delgadas y las colocó en frente de él. Las observó. Estaban blancas, más de lo normal. Suponía que así estaría su cara también. Bufó. 

Se quedó esperando en la habitación hasta que escuchó unos golpes en la puerta. Suponía que era el profesor que lo había acompañado, por lo que respondió "adelante", sin más preocupación. La sorpresa se la llevó luego al encontrar al alumno que le encontró en el baño del instituto ese día por la mañana. La doctora se lo había dicho, claro. Pero nunca mencionó su nombre. Imposible, habría reaccionado al instante, por muy cansado que estuviera. 

Abrió los ojos tanto que después un dolor agudo llegó a su cabeza. Se preguntó si no sería una alucinación, mientras observaba al castaño entrar en la habitación. 

-¿Cómo estás?-Preguntó con suavidad. 

-¿Ta-Tae? ¿Taehyung?-El chico sonrió, mientras asentía-¿Qué...me...fuiste tú? ¿Me encontraste tú?

Eres mi todoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora