Encuentros III

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Antes de nada, perdón, me olvidé de actualizar esta parte...y creo que sin eso no tenia sentido.

Gracias, y perdón...

...

El exterior del edificio era frío. El calor que desprendía la escuela se agradecía. La cafetería tenía su barullo normal, con el cual es casi imposible centrarse en algo más que en quien tienes al lado, pero eso no va con todos los alumnos. 

Si era sincero, Jin ni siquiera se había planteado cómo empezar su plan, en realidad sólo se había levantado para coger otra servilleta. Pero las cosas pasan por algo, o eso dicen. El caso es que tuvo que intervenir. 

-¿Eh?-El pelinegro giró su cabeza. Observó al chico-¿Qué conversación?

-Disculpadme-Agarró una silla y la colocó en medio de ellos-Creo que estábais hablando de cierta persona...vosotros dos. 

-Maldita sea, Jin-Jeon entrecerró los ojos-¿Qué quieres?

Negó con la cabeza. 

-Nada. ¿Puedo colarme en la conversación?

-¿Qué?-Preguntó el pelirrojo-¿Qué quieres decir?

-Chicos, chicos. Vosotros no sois tontos, y yo no voy a explicarme-Señaló al castaño que comía en la mesa-¿Vais detrás de él?

Abrieron los ojos. 

-¿Estás hablando de Taehyung?

-¿De quién si no?

Jungkook frunció el ceño de nuevo. Aquello no le gustaba nada. Otro en su camino, no gracias. 

-¿Tienes algún problema? 

Arqueó una ceja. Sonrió de lado. 

-¿Eso es un sí?

El pelirrojo, que se mantenía al margen, sacudió la cabeza. 

-Espera, espera, ¿de qué estás hablando?-Miró a ambos chicos-¿Cómo que ir detrás de él?

Jin inclinó un poco la cabeza. 

-¿No me entiendes? Estoy intentando preguntarte...si tienes algún tipo de...objetivo con él.

-¿Crees que esto es un jodido juego?-Soltó Jungkook, enfadado. Si sólo estaba haciendo el estúpido, tenía dos opciones: o no era un problema, o era el mayor de todos.

-¿Un juego?-Preguntó Hoseok.

-Veo que no nos estamos entendiendo-Suspiró de mayor-Os lo voy a proponer de otra forma: vosotros dos estáis colgados por Taehyung y ninguno ha hecho nada al respecto. Sabéis que es ridículo, ¿no?

El pelinegro bufó. 

-¿Qué quieres?-Repitió-No me digas que tú también has caído. 

-Yo no caigo-Contestó-No soy como todos vosotros. 

-¿Entonces?

-Me parece divertido probar otras cosas-Repuso, pasándose la lengua por los dientes. 

Abrieron los ojos. 

-Escucha-Pronunció Jeon, que estaba a punto de perder los nervios-Si se te ocurre tocarle el más mínimo pelo, juro que no vivirás para contarlo. 

Sonrió. 

-Vaya, ¿eso fue una amenaza? 

-Veo que lo entiendes. 

Soltó una carcajada. 

-Como nadie mueve ni un solo músculo, creo que no me costará demasiado.

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