Anko estaba haciendo todo lo posible por mantener su consciencia despierta, pero cada segundo que pasaba hacía que fuera más difícil.
Ella tenía que asegurarse de que las personas que venían fueran alguien de confianza porque si era un espía o peor, Danzo, entonces todo se iría a la mierda.
Desde el incidente con el Clan Uchiha, Danzo había estado en silencio, pero ella sabía que no podría con la tentación de obtener a un debilitado Jinchuriki.
La otro que podría suceder, es que los aldeanos descubrieran su posición y vinieran lo más rápido posible. Con la apariencia actual que tenía el joven, era obvio que ellos atacarían sin piedad.
Luego de eso la situación escalaría demasiado rápido porque Kurama de alguna u otra forma reaccionaría y contraatacaría. Hiruzen no tendría otro remedio que ponerse de lado de los aldeanos, después de todo, él era el Hokage de Konoha y su deber era protegerlos.
Anko miró al chico que estaba en tan mal estado que el sonido de su respiración era a penas audible.
"Lo siento Foxy-kun" - las lagrimas brotaban de los ojos de Anko mientras esperaba la llegada de la gente que se a cercaba. La kunoichi tenía una mirada fría y un kunai en una de sus manos, pero se relajó en gran medida cuando sintió un chakra familiar - "Kushina-san..."
"¡Sochi!" - gritó Kushina al ver el estado de su hijo.
Anko intentó decir algo pero Kushina no le dio ni siquiera una mirada, esto solo hizo que la culpa de la cabello morado creciera mientras veía como la pelirroja le tomaba el pulso al joven inconsciente.
"Necesito que me digas que fue lo que pasó" - dijo Hiruzen con seriedad.
"Yo..." - murmuró Anko.
Poco a poco los shinobis empezaron a reunirse, entre ellos Kakashi, Yamato, Kurenai, Asuma, Gai, Mikoto, Itachi, Inoichi, Hiashi y Yugao, quien estaba con una mascara Anbu de gato, sirviendo como guardia personal del Hokage.
Hiruzen comprendió lo que la mujer trataba de expresar y asintió - "Los que no tengan relación con Kurama-kun, les pido que se retiren..."
Los recién llegados se miraron unos segundos y partieron sin decir nada, con la clara excepción de la Anbu Neko.
La kunoichi de cabello morado tomó un pequeño respiro antes de empezar a contar lo sucedido sin dejar ningún detalle fuera. Ella se mordió el labio y miró al Uzumaki con tristeza mientras continuaba con su relato, notando como la expresión de la pelirroja se volvía cada vez peor.
"Sochi..." - murmuró Kushina mientras intentaba usar su Jutsu Médico pero parecía no tener resultado alguno.
"Resumiendo... mientras corrías detrás de él, lo presionaste tanto que terminó recordando algo que no debería haber recordado... probablemente una memoria del Kyubi..." - dijo Hiruzen mientras ordenaba los datos en su mente - "Dicha memoria era tan oscura que el chico terminó perdiendo el control de sus emociones y empezó a transformarse en el Bijuu... ¿todo bien hasta ahí?"
"H-Hai... Hiruzen-sama" - Afirmó Anko con un dolor en su pecho.
". . ." - Kushina solo estaba escuchando en silencio mientras hacía todo lo posible por intentar aliviar el dolor del joven pelirrojo. Ella sabía que Kurama le estaba ocultado algo importante pero ella había decidido esperar hasta que el chico estuviera listo, aunque ahora se estaba arrepintiendo.
Kushina solo podía maldecir su indecisión y ahora estaba pagando el precio.
"Sochi..." - murmuró la pelirroja mientras acariciaba la mejilla del joven.
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La Leyenda del Kyubi
Fiksi PenggemarSoledad... Un pasado desconocido... una Joven Alma ronda por el oscuro vacío... ¿Que le deparará el destino? ¿Como afectará su existencia a un mundo ya orquestado? ¿Podrá vivir la vida que siempre quiso? * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * *...