Capitulo 35: ¿Y si me Acompañas a Practicar Taijutsu?

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Kurama estaba volviendo a casa luego de entregarle el cadáver de Asuma a Hiruzen para que pudiera darle un entierro digno. Por muy bastardo que haya sido, él merecía que fuera despedido por su familia.

El joven pelirrojo tenía una expresión neutral en su rostro pero por dentro tenía una culpa que podía retener. Él lamentaba que le haya quitado su único hijo vivo a Biwako, quien a diferencia de Hiruzen, si los había tratado como una familia, en especial a Kushina. Ella de vez en cuando se pasaba por la residencia Uzumaki para poder ver como está y de paso se quedaba a cenar para que pudieran seguir conversando.

Kurama estaba agradecido de que la esposa del Hokage viniera a su casa para poder hacer que Kushina hiciera algo más que hacer los quehaceres. ya que ella no salía mucho y cuando lo hacía, siempre iba donde Mikoto a tomar el té.

Lentamente el pelirrojo caminó en silencio mientras miraba el cielo azul.

"¿Kurama-kun?" - pero se sorprendió cuando escuchó una voz que no había escuchado en mucho tiempo - "¿Mikoto-chan?"

". . ." - Mikoto lo vio en silencio mientras el pelirrojo no sabía que decir. Él había llegado a Konoha hace unos cuantos días pero él no había ido a hablar con la matriarca Uchiha en todo este momento. No podían culparlo, él había estado ocupado con todos los asuntos que salieron de la nada. Primero, fue la noche de pasión con Kushina y luego el problema de Kurenai.

"Mikoto-chan, lamento no haberte ido a ver pero..." - dijo Kurama pero fue interrumpido por la pelinegra - "No continúes... Kushina me dijo todo lo que había sucedido cuando fui a verla ayer en la noche... lamento todo lo que le pasó a Kurenai-chan... ella no merecía nada de lo que sucedió..."

". . ." - Kurama solo pudo soltar un suspiro de alivio cuando escuchó que ella no estaba enojada - "Aún así lamento no haber podido verte..."

"Solo tienes que compensármelo" - sonrió Mikoto mientras se acercaba al chico de forma normal ya que estaban en medio de una calle transitada - "Kushina me dijo lo que hicieron~"

Kurama solo tragó saliva cuando escuchó esto porque podía sentir como el aura de Mikoto cambiaba a una de color rosa con un ligero tinte rojo. Eso solo significaba una cosa, que ella estaba empezando a excitarse.

"¿Sabes, Kurama-kun? Estaba pensando que no sería mala idea que te ayudara a entrenar" - sonrió Mikoto mientras se le acercaba al rubio con prudencia - "Puede que no lo sepas, pero yo era una de las kunoichi más fuertes de Konoha junto a Kushina y dos amigas más"

Kurama solo  tragó aún más duro cuando escuchó las palabras de la mujer porque era obvio el significado que quería trasmitir.

"¿Qué dices?¿Te gustaría practicar 'Taijutsu' conmigo?" - dijo Mikoto con un ligero tono coqueto.

Kurama se mordió el labio pero aún así asintió.

"¡Excelente!"  - exclamó Mikoto - "Pero primero será mejor que vayamos a tu casa... estoy segura de que Kushina-chan y Kurenai-chan tienen que estar preocupadas por ti"

"Vamos" - asintió el pelirrojo mientras los dos caminaron hacia su hogar.

* * * * * *

Luego de 15 minutos, los dos llegaron a la Residencia Uzumaki y Kurama rápidamente entró - "¡He regresado!"

"¡Kuro-chan!" - gritó Kushina mientras corría en su dirección y como había dicho Mikoto, ella estaba preocupada por el joven de cabello rojo.

Anko había llegado antes  y les había contado lo que había sucedido pero Kushina estaba preocupada porque Kurama había ido a entregarle el cadáver a Hiruzen. Si el viejo Sandaime dejaba que sus emociones nublaran su juicio, una batalla sería inevitable y con ello, la destrucción de gran parte de Konoha, pero eso no era lo que le preocupaba, sino que Kurama sufriera graves heridas no solo por los ataques de Hiruzen sino de toda la aldea. Kushina estaba comprendía que si Kurama peleara con todo, no solo se lastimaría por entrar en estado "Berserk", sino que también sufriría por los ataques de las cabeza de clan.

La Leyenda del KyubiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora