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—Hola. Soy Jihye y yo la atenderé por hoy, ¿Qué va a tomar?

—A ti, preciosa, ¿Eres el especial del menú?— Puse los ojos en blanco.

—Mire señorita, tan solo escoga algo de la carta, tómeselo, págelo y váyase, ¿Sí? ¿Estamos?

Ahora fue Hyeonji quien puso los ojos en blanco.

—¿Todavía sigues enfadada?— Apreté los dientes. Era obvio que seguía enfadada —En fin— Suspiró —Un batido de vainilla y una tarta de oreo.

—¿Eso es todo?

—Ahá.

—Bien. Enseguida se lo traigo.

Ni siquiera lo apunté. Corrí a la barra, saqué el primer batido de vainilla que ví, lo abrí y lo eché a un vaso de tubo con dos cubitos. Después me dirigí al mostrador de las tartas, y saqué una porción de tarta de oreo. La puse en un plato y lo llevé todo a la mesa de mi ex.

—Que aproveche— Me di la vuelta para irme, pero ella me cogió del brazo.

—Lo siento...

Me giré ofuscada.

—¿Lo sientes? Haberlo pensado antes de engañarme, Hyeonji. Encima no una vez, no. Un año, por Dios. Tuviste tiempo de sobra para arrepentirte.

—Me arrepentí. Por algo te lo conté.

—Y yo decidí que no necesito a una mentirosa en mi vida.

—Jihye por favor...

—No.

Me di media vuelta y caminé a paso rápido a la barra.

Que asco de día.

Andrés.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora