Capítulo 11

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- ¡No puedo entrar ahí vestida con vaqueros!- exclamó Serena en la puerta de una de las tiendas más elegantes de Londres.

Leo la había requerido inmediatamente después de que ella terminara de recoger las mesas del almuerzo del banco. Anteriormente, habían tenido una discusión bastante acalorada, sobre si Serena debía seguir cocinando o no. Ella quería hacerlo, pero Leo pretendía que se quedara todo el día sin hacer nada esperando a que él la necesitara. Serena no podía explicarle a Leo que las cinco mil libras del adelanto no eran para ella si no para su hermana y que, por lo tanto, seguía necesitando los ingresos de su trabajo. Leo, por supuesto, había sacado sus propias conclusiones y la había tachado de avariciosa.

-¿Que no te dejarán?-dijo él, abriendo la puerta del establecimiento para que entrara-. Enseguida comprenderán que lo que queremos es que te transformen.

Y, efectivamente, Serena salío de la tienda cargada de elegantes bolsas en las que llevaba un nuevo vestuario completo, incluso, Leo la había obligado a desembarazarse de los vaqueros y a comprarse un vestido sencillo de manga corta y cuello redondo, con el que salió del establecimiento. Él apenas había reparado en el total, pero ella sabía que se había gastado una fortuna.

- Los vaqueros y las camisetas son exactamente el disfraz de tu carácter malhumorado - había dicho Leo, al verla reflejada en los espejos de la tienda-. Este vestido es el que de verdad te identifica con la mujer que llevas dentro, apasionada y seductora.

- Estás equivocado- dijo ella-. Los vaqueros reflejan mi auténtica personalidad- señalo-. Este vestido no es más que el disfraz del papel que tengo que representar.

- En ese caso- dijo Leo al ver que no podía hacerla cambiar-, espero que tu representación sea convincente.

Ya en la calle, el fresco aire de mayo presagiaba la llegada del verano y el cielo se extendía azul sobre los edificios de Londres.

-¿ Dónde vamos ahora?- preguntó ella, trtando se seguir el paso de Leo.

- A Burlington Arcade.

-¿ Para qué?

- Supongo que una mujer inteligente como tú, debería saberlo, ya que se supone que estamos comprometidos.

- Pero, ¿cómo voy a averiguarlo?- dijo ella y se quedó pensativa unos instantes-.¿Un anillo?

- Un anillo- confirmó Leo-. Un anillo para la mujer a la que amo.

Sus palabras resonaron como eco en la mente de Serena mientras contemplaba extasiadalos anillos de diamantes en la lujosa joyería.

-¿Qué te parece este?- preguntó él.

Serena tomó el anillo formado por un enorme diamante central y otros más pequeños rodeándolo y se lo puso en el dedo corazón.

- Es demasiado ostentoso- señaló.

El joyero se dio cuenta de que Leo se impacientaba.

- ¿Tiene algo más sencillo?- preguntó con resignación-. ¿ Qué es lo que haces?- Preguntó Leo a Serena cuando el joyero se retiró para buscar nuevos modelos.

Serena se encontraba sentada en una silla y se revolvía cada dos por tres para taparse las piernas, apenas cubiertas por el vestido.

- No estoy acostumbrada a enseñar tanta pierna- protestó ella en voz baja.

Leo recorrió con la mirada sus largas piernas y luego la miró a los ojos con una sonrisa.

- Tienes unas piernas presiosas- dijo-. Y debías enseñarlas más a menudo en lugar de esconderlas todo el tiempo.

Por fin, el joyero regresó con otros anillos y los extendió ante su vista.

- Éste dijo Leo con resolución y lo tomó para enseñárselo a ella.

Se trataba de un sencillo diamante engastado en oro, sin nada que pudiera distraer la atención de su magnífico brillo.

- Es precioso- dijo ella, colocándose el solitario.

- Nos lo llevamos- concluyó Leo.

El joyero se quedó mirando a la pareja esperando que Serena diera muestras de gratitud al que parecía su prometido. Ella, al darse cuenta de que algo pasaba, cayó en la cuenta y miró a Leo, que estaba esperando lo mismo que el dependiente.

- Gracias- dijo ella con voz quebrada y se acercó a Leo para darle un tímido beso en la mejilla.

Antes de que pudiera apartarse de él, con movimiento  rápido, Leo hizo que Serena voloviera el rostro hacia él para encontrarse con sus labios. Por un instante, pareció que ambos se olvidaran de la comedia que estaban representando. Fue tan sólo un beso breve, pero tan dulce que las lágrimas brillaron en los ojos de Serena cuando el la soltó.

Una Chica Interesada {Completada}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora