Capítulo 20

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Cuando por fin partieron hacia Yorkshire, Serena estaba tan desesperada que cualquier cosa le parecía mejor que continuar en aquella situación. Salieron de Londres a las tres de la tarde del viernes y lo hicieron directamente desde el banco, hecho que no impidió que se toparan con los enbotellamientos del fin de semana. El viaje que les quedaba por delante fue mucho peor, pues las obras sembraban las carreteras y para colmo se puso a llover.

Tardaron cinco horas en llegar  a Leeds y, durante aquellas horas, no intercambiaron ni una sola palabra. Una vez en Leeds, tomaron carreteras comarcales para llegar a la mansión de Cogleston Hall, residencia de los Redmayne.

- No vayas a estropearlo todo ahora- dijo Leo, frente a la puerta de la mansión-. Todo le que tenemos que hacer es pasar como podamos esta fin de semana. ¡ Recuerda que estamos enamorados!.

-¡ Oh, calla!- dijo ella, justo antes de que la puerta se abriera.

Bill Redmayne abrió en persona.

- Veo que estamos teniendo el típico verano inglés- señaló Bill al ver que ambos llegaban empapados-. ¿Hán tenido buen viaje? Por sus caras parece que no.

- Digamos que pasable- dijo Leo-. Siento que hayamos llegado un poco tarde, pero había mucho tráfico en todas las carreteras.

- Bueno, se sentirán mejor después de tomar una copa, y de cenar en condiciones. Seguro que quieren refrescarse, así que Dorothy les enseñara su habitación; cuando estén listos, nos reuniremos todos.

Bill llamó al ama de llaves a quien encargó que los condujera  a su dormitorio.

- Puede que sea un viejo anticuado, pero sé cómo son las cosas hoy en día, así que los he puesto en la misma habitación. Están enamorados y no hay nada más molesto que los huéspedes corriendo de una habitación a otra por las noches. Despierta a los perros- explicó Bill, antes de que la pareja siguiera a Dorothy.

Serena evitó mirar a Leo mientras se dajaban conducir al piso de arriba. La habitación era grande y lujosa; tenía su propio cuarto de baño y la cama era doble, cosa que paralizó a Serena.

Fue Leo el primero en reaccionar quitándose la cazadora y colgándola en el armario.

- Será mejor que bajemos cuanto antes.

-¿ Qué vas a hacer con la cama?- preguntó ella torturada pir la idea de tener que dormir con él.

-¿ Y qué quieres que haga?- dijo Leo-. Baja y dile a Bill que no quieres dormir conmigo y que prefieres una habitación para ti sola, sonaría estupendamente.

- No es algo tan raro- dijo Serena con dignidad-. Podrías decirle que me respetas demasiado como para dormir conmigo antes de casarnos o algo así.

-¡ Ja,Ja!- rió él-.¡ Muy convincente!

- Bueno, ¿y qué sugieres?

- Te sugiero que pienses en el dinero y que le saques el máximo partido. No pienso hacer el rídiculo delante de Bill Redmayne a estas alturas. Los dos vamos a dormir en esta habitación y yo, desde luego, voy a dormir en la cama. Si la quieres compartir conmigo, bien, si no, ya sabes que puedes dormir en el suelo.

-¡ Qué caballeroso!- replicó ella.

Leo se dirigió al baño.

- No sé por qué debo pasar una noche de rayos sólo por que has desarrollado derepente escrúpulos virginales. Antes no te importó dormir conmigo- añadió él con crueldad.

- Era distinto- dijo ella, después de una pausa.

-¿ Lo era?

- Sabes que sí.

Una Chica Interesada {Completada}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora