Capítulo 23

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Los dos días siguientes pasaron como una pesadilla. No tenía trabajo al cual acudir ni actividad que pudiera distraerla de los remordimientos por haber dejado escapar la última posibilidad de aclarar todo con Leo. Se entretuvo empaquetando la ropa que le había comprado, preparada para enviársela y el cheque permanecía sobre el paquete de ropa. No deseaba ingresarlo en su cuenta a menos que fuera necesario, pero tendría que hacer algo con él.

Llamó a su hermana y comprobó que Madeleine era otra persona distinta a la de la última vez.

-¡ Iba  a llamarte está noche!- exclamó-. ¡ Bobby ya está en casa!; todavía tiene que recuperarse, pero los médicos han dicho que lo peor ha pasado ya.

- Oh, Madeleine, ¡ qué noticia tan maravillosa!- dijo Serena, olvidando su tristeza al escuchar a su hermana tan feliz.

- Y todavía tengo más. He de decirte algo, Serena... ¡ me caso otra vez!

-¿ Cómo?

Madelyne se echò a reir.

-¡ Ya sabía que te sorprendería! ¿ No te acuerdas que te hablé de mi vecino? Oh, Serena, John es tan buena persona, me ha ayudado tanto y me hac tan feliz... Por favor, dime que te alegras.

- Por supuesto que sí- dijo ella, aunque Madeleine advirtió cierta duda en su voz.

- Sé que estás pensando en que puede salirme otra vez mal, pero el matrimonio no tiene por qué ser siempre un desastre. John me hace sentir otra mujer  y adora a los niños. Ya le he contado todo lo que has hecho por mí y quiere devolverte el dinero ya que él puede ocuparse de nosotros. Así podrás abrir tu restaurante.

- Qué amable- dijo Serena, parpadeando emocionada-. Pero no dejes que lo haga, Madeleine. Haz que te lleve de vacaciones con ese dinero. ¡ se lo merecen después de lo mal que lo hán pasado!

- Bueno, ya lo discutirás con él cuando lo veas- dijo Madeleine-. Lo único que quisiera es que tú encontraras a alguien. ¡ No sabes l maravilloso que es enamorarse de alguien que te quiere!

Serena no lo sabía; lo único que sabía era lo amargo que resultaba enamorarse de un sueño imposible. Se alegraba de la felicidad de su hermana, pero, cuando  colgó el telefono, se sintió mucho peor que antes.

Tomó el cheque y lo rompió en mil pedazos. Los colocó en un sobre y puso el nombre de Leo en él, con la aclaración de 《personal》 para que no lo abriera su secretaria. Bajó a la calle y lo echó al correo; de aquella forma, dio por terminada la mentira en la que se había convertido su vida en las últimas semanas. Todo lo que tenía que hacer era apartarle de su vida y comenzar de nuevo.

Una Chica Interesada {Completada}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora