Leo abrió la puerta de su despacho cuando Lindy le dijo que Serena estaba allí y que quería hablar con él.
- ¡Serena! Creí que te vería más tarde.
- Necesito hablar contigo- dijo ella-. Es muy importante. ¿ Tienes unos minutos?
- Por supuesto- señaló el con la puerta abierta todavía-. No me pases llamadas, Lindy.
Serena se colocó junto a una de las ventanas del despacho jugueteando nerviosa con el anillo. Leo se acercó a ella, pero Serena no quería ni mirarlo, por miedo a echarse en sus brazos y llorar. Durante tantos años había cargado sobre sus hombros con la responsabilidad de su hermana y de su madre, que ya no sabía cómo pedir ayuda.
- No pareces la misma mujer que dejé en casa esta mañana- dijo él al observar la alteración de Serena-. ¿ Qué pasa?
Explicarlo no iba a ser fácil, así que decidió ir al grano.
- Necesito dinero- dijo directamente.
Leo se quedó paralizado.
-¿ Cómo?- preguntó el, y se quedó callado sin qué estaba pasando o quizás entendiendo demasiado.
- No se si podrás adelantarme algo del dinero...
Leo dio un paso hacia atrás indignado, pero sin perder el control.
- Todavía no he cerrado el trato.
- Si, pero ha pasado una semana y pensé que...
- Que como hemos llegado muy lejos, podrías pedirme algo más, ¿ no?
-¡ No!- exclamó ella co desesperación-. ¡ No es eso!
-¿ ah no? Creo que eres una mujer muy fría. La mayoría de las mujeres habrían esperado unos días antes de pedir el dinero; ¡las sábanas están todavía calientes y ya me estás exigiendo que te pague! ¡ Eres buena, pero no tanto!
Serena se mantuvo impasible.
- No entiendes nada.
- Oh, claro que entiendo. Anoche casi logras engañarme; ahora veo claramemte lo que significó para ti. ¡ Y pensar que yo creí que tu profesión era la cocina!
-¿ Cómo te atreves?- preguntó ella lívida-. ¡ Lo de anoche no tuvo nada que ver con el dinero y lo sabes bien!
-¿ No me digas?
- No entiendes nada, deja que te lo explique...
-¡ No quiero que me expliques nada!- exclamó él muy enérgico.
- Leo, por favor...
- He dicho que no quiero escuchar nada!- murmuró entre dientes-. Eres como todas. Anoche dijiste que me deseabas, pero debí darme cuenta de que lo único que querías era mi dinero.
- ¡Pues sí, debiste darte cuenta!- dijo ella, despechada-. ¿ Por qué te extraña tanto si me has comprado? Sabías que el dinero era la única razón por la que accedi a hacer el pirapé. ¿ O es que crees que quiero engañar a mis amigos diciéndoles que soy tu novia?¿Crees que me gusta que me traten como a una mujer objeto, que me gusta que me vistan, que me enjoyen y que luego me tiren a la basura?¡ Por supuesto que lo hago por dinero! Me lo he ganado, ¿ O es que crees que tengo que acostarme contigounas cuantas veces más?
- Ya me pediste un adelanto- señaló él con los labios blancos y un ligero temblor en la comisura de la boca-. El trato era que te pagaría el resto al final.
- Necesito el dinero ahora- insistió ella.
-¿ Por qué?
- No te importa- dijo ella al fin, sin considerarle ya merecedor de contarle la verdad.
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Una Chica Interesada {Completada}
RomanceCuando Serena conoce a Leo jamás pensó conocer a alguien tan prepotente y altanero, extremadamente guapo y además rico. Y Leo cada vez se convence mas de que las mujeres son unas interesadas que sólo buscan su dinero y Serena no es la excepción. Per...