Capítulo 12

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El portero del banco no la reconoció cuando, aquella misma tarde a las seis, Serena se presentó en Brookes tal y como le había dicho Leo. Después de las compras, Serena había tratado por todos los medios de olvidar la huella que el último beso había dejado en su memoria.

Con la melena al viento y un elegante traje de chaqueta color azul marino, subió las escaleras ante la mirada atónita del portero.

- ¡No la he reconocido !¡Creí que era usted una modelo, o algo así!

Serena sonrió.

- No, soy yo, Fred.

- Hoy no cocina, ¿ verdad?

- No- dijo ella vacilante-. Yo...he venido a encontrarme con el señor Kerslake.

-¡Oh!- exclamó Fred y silbó por lo bajo al verla dirigirse a los ascensores .

La noticia de su cita con Kerslake se conocería al día siguienteen todo el banco.

Leo estaba dictando unas notas a Lindy cuando Serena entró en el despacho. A pesar de que había decidido no dejarse atrapar por el encanto de Leo, su corazón se sobresaltó nada más verlo. Él alzó la vistaby la recobió con una expresiva sonrisa. Serena se recordó que tan sólo fingía y que, en realidad, no se alegraba tanto de verla.

Un sonoro suspiro hizo que ambos dirigieran sus miradas hacia Lindy.

- Lo siento, es que es tan romántico- murmuró Lindy.

- ¿El qué?- preguntó Serena, desconcertada.

- Le acabo de contar a Lindy la buena noticia- dijo Leo, recordándole así a Serena su parte en la representación.

- Estoy tan contenta por los dos...- añadió Lindy.

- Oh, gracias- dijo ella apresuradamente.

- Vamos, cariño, será mejor que nos vayamos ya - señaló él y agarró a Serena del brazo para salir del despacho-. Tendrás que hacerlo mejor- dijo él con acritud cuando cerró la puerta.

- Es que no sé cómo actúa una mujer comprometida- murmuró ella torpemente.

-¡ Todo lo que tienes que hacer es aparentar felicidad cada vez que me ves!

- Supongo que tendré que besarte cada vez que nos encontremos,¿no?- replicó ella sin querer admitir que en realidad sí era feliz al verle.

- Sería un bonito detalle de tu parte- dijo Leo.

-¡ Pues vaya! ¡No puedo pasarme todo el tiempo en tus brazos!- protestó ella.

Leo hizo un gesto de infinita paciencia.

-Pero bueno, no te pido que me montes una orgía- señaló él, exagerando-. Sólo te digo que, de vez en cuando, un gesto cariñoso sería muy apropiado.

  -Ya te dije que haría cuanto pudiese y cumpliré mi palabra- dijo ella más calmada y mirando hacia abajo-. Pero soy cocinera, no actriz, así que no esperes una representación de Oscar de Hollywood.

- Oh, no sé qué decir- replicó Leo con ironía -. Por tu actuación en la joyería, te merecerías una nominación. El beso que me diste fue realmente convincente.

Serena no quiso mirarlo a los ojos y sintió que el rubor volvía a sus mejillas, mientras su garganta quedaba atenazada por el recuerdo de aquel beso.

- Era lo que querías, ¿ no? ¿De qué te quejas?.

- No me estoy quejando.  Tan sólo quiero decirte que, si pudiste hacerlo antes, también podrás hacerlo ahora. Noelle estará alli esta noche, así que tendrás que esforzarte por resultar igual de convincente- explicó mientras las puertas del ascensor se abrían en el vestíbulo del banco-. También habrá bastante gente importante, por lo que te agradecería que fueras discreta con tus comentarios irónicos. ¡Un poco de dulzura y serenidad por tu parte no te vendría mal!.

Una Chica Interesada {Completada}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora